Fragilidad
Las manos asoman por la ventana, en lo alto. Blancas de sombra, de soledad. Imagino un pecho y una cara presionando contra la pared fría, para que los brazos estirados alcancen el exterior. Las manos me llegan como brotes de vida desde la piedra de la cárcel. Sigo mi camino.
Muy bueno, Sergio. Si no puedo hacer nada para aliviar al prisionero, para qué, siquiera, intentarlo, puede que piense tu personaje mientras sigue su camino. Y muchos actuaríamos así, llegado el caso. Triste. Suerte y saludos.
ResponderEliminarSergio bienvenido a 50palabras.
ResponderEliminarNos muestras una imagen de desesperación de unos presos por alcanzar la libertad, pero al mismo tiempo tu protagonista pese a sentir todo lo que nos cuenta al observar la imagen se sume en la indiferencia, o en el no poder hacer nada.
Buen relato Sergio.
Un abrazo.
Es un relato muy visual y bien escrito. Bienvenido a LG comunidad, Sergio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo.
Con poesía y crudeza te asomas por aquí, Sergio. Yo también te doy la bienvenida a nuestra Familia.
ResponderEliminarUn abrazo.
La desesperación por un lado y la impotencia por los dos. En medio, un muro infranqueable, que permite una mínima comunicación, muy frágil, entre dos personas durante un instante, tras el que cada cual regresa a su mundo.
ResponderEliminarUn saludo y bienvenido
Una imagen preciosa la de esos brotes llamando a la vida desde la ventana. Ojalá se encuentren fuera un sustrato fértil para echar buenas raíces.
ResponderEliminarBienvenido, Sergio.
El fugaz encuentro de dos existencias dispares. La libertad contrastada con el cautiverio y, como atisbo de esperanza, unas manos que germinan en un terreno casi yermo: la prisión.
ResponderEliminarMuy bueno, Sergio.
Bienvenido.
Un muy buen relato que transmite la desolación del encierro y la indiferencia de los transeúntes.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Lu
Clama esa imagen que sustenta el relato como una llamada al extremo de la esperanza, que no es sino el filo mismo de la desesperación. Un filo también que separa dos mundos sin posibilidad de encuentro. El individuo dueño de sus actos y de su libertad y el de quien no puede disfrutar de ello.
ResponderEliminarUn relato que conjuga estilo, fuerza y belleza. Saludos, Sergio.
Sergio, bienvenido a 50palabras. Me ha gustado mucho esa imagen de las manos blancas de sombra, de soledad. Precioso. Al igual que esas manos como brotes de vida. Ambas nos muestran la realidad del preso y sus deseos de libertad.
ResponderEliminarPor otro lado, la indiferencia del narrador.
Me ha gustado mucho. Muy buen estreno. Enhorabuena!
Besos
Soledad y desesperación frente a la indiferencia del narrador.
ResponderEliminarBuen estreno Sergio, bienvenido.
Malu.
Mandé el relato hace tiempo y después me desvié por distintos caminos. Uno de ellos me trajo de regreso a 50palabras y me encuentro con tan lindos comentarios.
ResponderEliminar¡Muchas gracias a todos! Me voy a quedar por estos pagos :)
Saludos desde Argentina :)