Fuera de catálogo
Tres meses después de naufragar, con apenas agua y comida, frente a aquella isla desierta, habían conseguido capturar más de cien monstruos de Pokémon, además de otro, que no sabían clasificar. Grande, indiferente, de mirada melancólica, pequeños cuernos, cola nerviosa y ubres a reventar. No sabían qué hacer con él.
Simpático. Y, salvando las distancias, bastante cierto, sobre todo para las nuevas generaciones que, aunque no lo crean, ven poco.
ResponderEliminarLo virtual no necesita de la naturaleza para inspirarse. Así pasa lo que pasa.
EliminarGracias, Luisa.
Un beso.
Felicitaciones. Te ganaste el premio mayor para cazadores de pokemones.
ResponderEliminarY eso que aún no sé cómo funciona.
EliminarGracias, Lu.
Abrazos.
Me temo que va a ser necesario todo un catálogo detallado de pokémones para poder reconocerlos y clasificarlos. Las vacas resultan bichos raros para los jóvenes... Un relato muy de actualidad, Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si no les cambian los cuernos por antenas y el rabo por un cable USB no va a haber manera.
EliminarGracias, María José.
Abrazo.
En un mundo urbano, donde los jóvenes viven apegados a las pantallas, hay realidades que les son del todo ajenas. Esperemos que a los personajes de esta isla desierta, antes de quedarse sin batería por el dichoso jueguecito, se les ocurra consultar el Google con su móvil las posibles utilidades de ese ser "fuera de catálogo", como reza le acertado título.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafa
Esperemos que San Google les eche un capote. Y ellos a la vaca, si es que embiste.
EliminarAbrazo, maestro.
Fuera de catálogo se van a quedar muchas cosas como sigamos a este ritmo, hay que ver lo que avanza la tecnología para algunas cosas...
ResponderEliminarMuy actual y sobre todo, real, triste querido Rafa, pero has dado en el clavo.
Un beso.
Malu.
Gracias, Malu. Una exageración, o no, de lo que nos podemos encontrar en cualquier momento.
EliminarAbrazos.
Rafa esta visto que a tu protagonista más que intentar sobrevivir sigue como en su vida normal, cara al movil, y por eso hoy en día no reconocen ni una vaca frente a sus morros.
ResponderEliminarComo anécdota te dire que una hija mía de pequeña cuando le preguntaron en el cole donde vivían los peces contesto que en "Mercadona".
Buen relato Rafa.
Un abrazo.
Te correspondo con otra anécdota. En el cole de mis hijos pusieron un pequeño gallinero para que los niños descubrieran a algunos de sus animales. Un pollito, en un momento determinado se quedó quieto y un niño exclamó "mira, se le ha acabado la cuerda".
EliminarPor ahí vamos.
Gracias, Javier. Abrazo.
¡Muy bueno Rafa!De tanto avance nos olvidamos de las pequeñas cosas, esas tan cotidianas. Un abrazo.
ResponderEliminar¿De qué sería la leche con la que se criaron? ¿Quizás de Pokémon?
EliminarBesos, Carmen.
Tanta es la enajenación de estos náufragos, que han hecho a un lado la necesidad de supervivencia para concentrarse en menesteres más triviales. Me imagino que también prefieren navegar por la red que surcar los mares del planeta.
ResponderEliminarMuy bueno, Rafa.
Un abrazo.
Puede ser que de cazas virtuales también se viva.
EliminarGracias, Vicente.
Abrazos.
Ese camino sin regreso posible parece ser el nuevo rumbo de parte del mundo; la otra parte parece caminar aún peor, allí no quedan ya ni monstruos con cuernos.
ResponderEliminarEl que avisa nos es traidor( y con tu relato ya lo has advertido), pero sí buen escritor. Para muestra un botón de cincuenta.
Saludos, Rafa.
Parece que lo que no está en las pantalla no existe, así que en breve tendremos todo un mundo por descubrir.
EliminarGracias, Manuel.
Saludos.
La vaca sí que se preguntaría qué clase de espécimen la ha cazado.
ResponderEliminarUn relato lleno de chica y sátira.
Un abrazo, Rafa.
Pablo.
La vaca, indolente y paciente, pensaría que después de ver pasar un tren ya creía que lo había visto todo.
EliminarAbrazos, Pablo.
Buen micro, Rafa, en consonancia con la realidad actual. Un nuevo espécimen se suma a la red de estos náufragos y esas "ubres a reventar indica que no viene solo... la historia traerá tela.
ResponderEliminarUn saludo.
Estos naúfragos no parecen muy capaces de descifrar lo que tienen delante. No figura en los códigos que han estudiado.
EliminarGracias, Manoli.
Un abrazo.
Muy bueno y actual micro, una buena critica de lo que se esta viviendo a nivel mundial (relato que es valido en todas partes).
ResponderEliminarSaludos Rafa y que tengas mucha suerte.
Muchas gracias, Jean, por tu valoración y deseos.
EliminarAbrazo.
Y es que tanto vivir en el mundo virtual se desvirtúa la realidad. Pobres chicos, tanto pokemon cazado y son incapaces de reconocer al único animal que puede darles alimento.
ResponderEliminarGenial siempre Rafa, sorprendes en cada historia y nunca quedas fuera de catálogo.
Un abrazo, que esta ocasión, si ha de ser virtual.
Hola María Belén. Siempre tan generosa en tus comentarios.
EliminarBesos virtuales.
Es lo que pasa, que vivimos en un mundo imaginario más creíble que la realidad, para algunos, claro... ;)
ResponderEliminarUn simpático micro, Rafa. ¡Suerte!
Un abrazo.
Así es, la ficción parece que supera la realidad pero no la puede reemplazar porque el estómago no entiende de bytes ni de virtualidades.
EliminarGracias, María Jesús.
Un abrazo.
Muy buen micro, Rafael, muy bien escrito. Te felicito.
ResponderEliminarAunque dada la temática, no sé si reírme o llorar porque es cierto que los jóvenes de hoy en día están tan centrados en las nuevas tecnologías y en todo lo que las rodea que se han olvidado de mirar por sus ventanas, y cuando tienen la suerte de ver una vaca no saben reconocerla. ¡No saben todo lo que se están perdiendo!
Un saludo.
Sí, el tono de broma no debe camuflar el trasfondo de los que suponen cambios en modelos de educación y enseñanza sobre los que se desconoce adónde pueden llevar.
EliminarGracias por tu comentario, Alma.
Abrazos.
Pues sí, así están las cosas, me temo. Quiero creer que en algún momento alguien levantará las vista del móvil y verá que hay vida más allá de la pantalla.
ResponderEliminarGenial relato.
Un saludo.
¡Menudo susto se van a llevar el día que lo hagan! Igual lo encuentran más interesante.
EliminarGracias, Ana.
Un beso.
Muy bueno Rafa y no va de "broma" que al paso que vamos... Felicidades
ResponderEliminarGracias, María Luisa. Aún tenemos que ver mucho más, para inspiración de relatos como este.
EliminarAbrazos.
Rafa, muy oportuno tu micro! Desde que se ha puesto de moda el Pokemon go, muchos jóvenes ven la vida a través de la pantalla de su móvil, perdiéndose todo lo que ocurre a su alrededor.
ResponderEliminarMuy bien contado y me has hecho sonreir. Gracias.
Enhorabuena!
Cuando ya conozcan todo el mundo virtual tendrán que empezar a conocer el real, digo yo.
EliminarGracias, Pilar, por tu comentario.
Un beso.
Este verano leí una noticia muy curiosa: un joven se había perdido por el monte jugando al Pokemon go al separarse de su familia. Protección civil tardó horas en encontrarlo. La de cosas nuevas que vería durante su "aventura". Muy actual el relato, Rafa, y tristemente realista.
ResponderEliminarSeguro que justificó el susto con los monstruos que había conseguido.
EliminarGracias, Asun.
Abrazo.
Muy acorde con la "Pokemanía" que estamos sufriendo. Igual hay que adaptar el juego con animales, por lo menos sería más ilustrativo. De todas formas me he reído un montón con lo de la vaca. Un abrazo, Rafa.
ResponderEliminarCuando dominen todo lo virtual habrá que empezar a enseñarles lo real.
EliminarGracias, Juana.
Un abrazo.
Nunca me defraudan tus historias Rafa. Me encanta ese sentido del humor, que no sé si será el mejor o el peor, pero me llega siempre y como si tuviese un resorte o muelle, me provoca la sonrisa y a veces la carcajada.
ResponderEliminarYou are the milk!
Un abrazo, padrino. Espero que vayas a Madrid.
And you the sugar!
EliminarEspero verte en Madrid.
Abrazos.
Jajaja, Rafa, lo veo tan verosímil, que no sé si echarme a reír o a llorar. En todo caso, un micro muy bueno, con tu fantástico y siempre bienvenido toque de humor. Un beso y felicidades.
ResponderEliminarAnte la duda, siempre reir.
EliminarGracias, Inma.
Besos.
Ay, Rafa, aunque lo pintas con esa pátina humorística, nos muestras ese futuro, que ya es presente, de ignorancia natural.
ResponderEliminarAbrazos.
A ello vamos a la velocidad de un byte.
EliminarAbrazo fuerte.