La entrevista definitiva
El periodista Chet Morrison llevaba tiempo tratando de localizar al famoso asesino para una entrevista. Éste era conocido por sus fechorías y le apodaban "El rápido" por su forma de trabajar.
Al fin la concertó. En la edición del domingo salió la excepcional conversación junto a la esquela del periodista.
Al fin la concertó. En la edición del domingo salió la excepcional conversación junto a la esquela del periodista.
La entrevista si que fue la definitiva y el asesino hizo honor a su apodo.
ResponderEliminarBuen relato MªLuisa.
Un abrazo.
Algunos, por una exclusiva, están dispuestos ya no solo a matar si no a morir. Muy bueno, Mª Luisa. Suerte y saludos.
ResponderEliminarEs muy peligroso entrevistar al diablo, o acercarse a quien lo lleva dentro.
ResponderEliminarDe todas formas hay que reconocer que los dos personajes son grandes profesionales: dejaron acabado sus respectivos trabajos.
Un beso.
Pablo
Visto y no visto. El apodo le viene que ni pintado. Desde la perspectiva profesional de ambos, objetivo cumplido.
ResponderEliminarUna historia bien cerrada. Saludos, Mª Luisa.
Desde luego rápido y letal. Jejejje. Me encanta. Enhorabuena María Luisa!!! Besitos
ResponderEliminarY tan definitiva... Y el asesino tan rápido.
ResponderEliminarMuy bien ejecutado tocaya.
Un beso.
Malu.
Nunca mejor dicho aquello de «Se me va la vida en mi trabajo». En fin, seguro estoy de que Morrison conocía y aceptaba el riesgo.
ResponderEliminarBuen micro, Mª Luisa.
Un saludo afectuoso.
Y es que a veces.... nos ciegan los deseos.
ResponderEliminarMe ha encantado. Un abrazo.
Consiguió su entrevista, un mérito que nadie podrá quitarle, como también el hecho de que fue única y definitiva. Seguro que se difundió por todo el mundo. Hasta ahí todo hubiera sido impecable, de no haberse producido otras consecuencias.
ResponderEliminarUn abrazo
Jugar con fuego es lo que tiene...
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.
Muchas gracias por vuestros comentarios. Puede que la muerte, para algunos, les compense si pasan a la posteridad.
ResponderEliminarEso es rapidez y lo demás son cuentos... Muy bueno tu relato, Mª Luisa. Te felicito.
ResponderEliminarM. Luisa, ninguno de los dos defraudó las expectativas del otro, uno realizando su trabajo hasta las últimas consecuencias y el otro no puede evitar sus instintos asesinos velózmente.
ResponderEliminarBien contado.
Besos
El periodista habrá sabido arrancarle secretos inconfesables al asesino y este no se ha podido contener y ha hecho lo que mejor sabe hacer.
ResponderEliminarUna buena historia, enhorabuena.
Buena muestra de cuando el celo profesional se lleva a las últimas consecuencias... ¡Felicidades, Mª Luisa!
ResponderEliminarUn abrazo.
Sólo una cosa, muy rápido....Una buena historia, Mª Luisa.
ResponderEliminar