La unicornia
Mairdred esconde bajo las haldas una cesta de huevos, robados de la despensa del castillo, y los deposita con cuidado ante el mágico ser.
Observad cómo hinca su cuerno amorosamente en el pecho de la doncella, qué fantástico animal.
Trisca alborozada por ríos, prados y bosques esperando al príncipe avatar.
Trisca alborozada por ríos, prados y bosques esperando al príncipe avatar.
Pepe tu relato está lleno de fantasía, nos trasladas a un mundo mágico.
ResponderEliminarMe gusta el uso de esas palabras no muy habituales en su uso pero que le dan belleza al relato: haldas, trisca.
Buen relato Pepe, un abrazo.
Qué alborozo, don Javier, poder usar las palabras de toda la vida. Qué cuernos, como prometí en el anterior 50 iba a tener sangre y aquí lo tenéis vos. Un abrazo.
EliminarVuelos altos de poesía-fantasía adquiere el relato con esa forma tan tuya de narrar mediante el poder de la sugestión. Un tiempo remoto donde seres fantásticos eran adorados como dioses y señoreaban el mundo, de una parte poderosos; de otra, tan frágiles esperando encontrar su ser complementario.
ResponderEliminarNo obstante, la historia literal que se desprende es que la doncella al ser atravesada (erótico destello) se transforma en unicornia y se libera de la mundana sevidumbre de la doncellez.
Relato-romance de gustoso paladar, señor trovador, para la boca de un juglar con cítara.
Afortunado. Abrazos, Pepe.
Los conquenses tenemos una vena encantada en las entrañas, ahora bien, me abruma la interpretación que habéis imaginado de unas pocas palabras unidas. El maestro Freud sin duda engarzaría traumas infantiles hasta hallar una causa histérica. Lo de trovador me ha llegado al alma y yo sí me siento afortunado de contar con vosotros. Un Abrazo.
EliminarSi los hombres-lobo y los vampiros transmiten su condición a otros, por qué no podrían hacerlo las criaturas del mundo mágico. Una vez en él esa doncella, sólo quedaría que un príncipe también experimentase la misma transformación para que no le faltase de nada a la muchacha. Saldrán ganando ambos, seguro que el mundo mágico, aun con sus brujas y demás, es más interesante y llevadero que el nuestro.
ResponderEliminarUn abrazo, Pepe
Ya que habláis de lobos debo decir, don Ángel, que si al narrador del pequeño relato le otorgáis la voz del genial Félix Rodríguez de la Fuente (¡qué fantástico animal!), hallaréis la pista de esta deconstrucción. Un abrazo.
EliminarUn 'cuento de haldas' que nos recuerda que aunque los mitos son ventanas hacia espacios y tiempos imaginados, también son espejos que nos gusta contemplar.
ResponderEliminar¡Qué fantástico cincuenta!
Un abrazo.
Una fantasía con ribetes artúricos, para soñar con esos otros tiempos donde los mitos y las leyendas podían hacerse realidad.
EliminarUn placer que os guste el retrato don Vicente. Un abrazo.
Con un vocabulario exquisito, un cuento de pura fantasía.
ResponderEliminarUn abrazo, Pepe.
Pablo.
Gracias don Pablo, la carne de la fantasía nos deja un regusto que se saborea con placer.
EliminarUn abrazo.
Por algo no se mencionan nunca las unicornias en los cuentos. Y vas tú y ¡hala! a traumatizarnos. Nunca más podré salir a dar de comer al unicornio de la esquina. Es que no sé cómo se distingue si son machos o hembras.
ResponderEliminarQué disgusto.
Ay Patricia, que tú ya lo sabes, solo los seres virginales pueden acercarse a acariciar a estas nobles criaturas. No? Un beso.
EliminarVaya, el unicornio es considerado un símbolo de la sexualidad, aunque también es alquímico... una unicornia me hace desatar la imaginación, queme abstengo de decir, para que no me psicoanalicen.
ResponderEliminarMuy bueno don Jose.
Saludos!!!
La unicornia es una especie a extinguir, como el dragón, la mandrágora, la pepsi y un largo etcétera. Un saludo don Jean.
EliminarPrimorosa fantasía en su contenido e impecable en su forma.
ResponderEliminarUn abrazo.
El primor de doña fantasía, Carmen, está en elegir las palabras y las ideas que la Sra.Imaginación nos provee a todos los cincuentistas. Un abrazo.
EliminarEse mágico mundo que retratas quizá ya se ha perdido en la mayor parte del planeta, aunque haya sido sustituido por otros, pues creo que a los seres humanos nos resulta imposible vivir sin la fantasía; la realidad es cruda, ya lo sabemos, y sin el aliño de esos mundos no sé si hubiésemos llegado hasta el presente; pues, incluso con esas ayudas, no tenemos demasiado bien encaminado el futuro, por decirlo con un eufemismo.
ResponderEliminarHe puesto en Google la unicornia, 126000 resultados, el primero, imágenes de la unicornia, las miro, y entre ellas aparece la foto de nuestro cincuentista Javier Puchades, supongo que se debe a que ha sido el primero –como acostumbra- en comentar tu microcuento. El segundo resultado corresponde a los vídeos que una jovencita, que se hace llamar a sí misma La unicornia, ha colgado en Youtube.
He hecho esa búsqueda porque de unicornia no tenía referencia alguna, del unicornio, así, a bote pronto, me venían a la memoria los hermosos tapices de La dama y el unicornio que vi hace unos cuantos años en el Museo de Cluny, en París, así como una novela de Iris Murdoch, titulada El unicornio que, por cierto, no he leído. Yo no puedo decir aquello de Mallarmé: “La carne es triste, ¡ay!, y ya lo he leído todo”. La carne, probablemente, sea triste, sobre todo cuando se arruga, pero para leer y releer cuanto desearía deberían darme, al menos, otras diez vidas más.
En fin, todo lo anterior para decir que has hecho una obra de taracea con tu magnífico microcuento, con un sabio uso de las palabras y un sugerente desarrollo de la historia.
Enhorabuena y un abrazo.
Enrique, se que disfrutas cierto tipo de libros que también disfruto yo. Con el tema del unicornio y haciendo mención a tapices con el mismo tema, te dejo una belleza de libro con cientos de ilustraciones de tapices de unicornios que, aunque ya se encuentra descatalogado, el museo Metropolitano ofrece para descargar:
Eliminarhttp://www.metmuseum.org/art/metpublications/The_Unicorn_Tapestries
Saludos!!!
Muchas gracias, Jean, respecto a los libros y la lectura, casi podría decir lo de Cervantes, que me leo hasta los papeles rotos que encuentro por las calles. Un abrazo.
EliminarVaya, sufrimos del mismo mal entonces, y lo mio debí tratarlo con doctores, ya que decían que no debía leer la correspondencia del vecino.
EliminarSaludos!!!
No sé si está bien decirlo con eufemismo, pero este mundo es una mierda, y el futuro que estamos dejando en herencia aún más. Entonces que nos queda, a veces este pequeño rincón, donde estiramos las neuronas, para traer un poco de paz a nuestros espíritus inquietos.
EliminarDon Enrique, Jean, increíbles vuestros comentarios. Mi aportación, el avatar como la eterna 2ª llegada de Cristo, aquí aparece como el príncipe azul, de una bestia alquímica, cuya transformación es como la de la cierva en el soto, entronca con las 1001 noches.
Lo del museo metropolitan de 10 don Jean.
Abrazos.
Fantasía concentrada en un texto condensado de gran calidad. No puedo añadir nada más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo Mª José, seguimos leyendo nuestras fantasías.
EliminarFantasía en estado puro, Pepe, me gusta que sea una unicornia.
ResponderEliminarUn beso, conquense.
Malu.
Un beso, casto, Malu, que aquí en mi tierra "Unicoño" es marido fiel, como ya dijo Jose Luis Coll, otro conquense, en su particular diccionario.
EliminarPepe, un relato pura fantasía y connotaciones no tan puras... jajaja. Los unicornios para mí nunca volveran a ser los mismo... mecachis!
ResponderEliminarBuen micro Pepe!
Besos
La unicornia es un bello animal que necesita para su desarrollo personal una alimentación especial. Este cuento puede parecer cruel, pero quién no recuerda a las pobres vírgenes sacrificadas, en aras donde el celuloide hizo su agosto. Pilar no dejes de creer en los mitos, son nuestra fuente de la imaginación.
EliminarUn relato poético y mágico, no me canso de leerlo.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un abrazo.
En la Edad Media las doncellas llevaban una cesta de huevos a Santa Clara, madrina de la clarividencia, de los orfebres y del tiempo, para que no lloviera el día de su boda. Un abrazo Asun, gracias por el comentario.
EliminarHe pasado por tu blog Arkano 100. Me pareció que también había 50.
EliminarNo lo pude ver todo. En el caso del relato de Peter Pan y por el comienzo de tu siguiente cuento, asumo que que este ha sido finalista semanal en el concurso de La Ser. Si estoy equivocada te pido disculpas. Es muy bonito.
Lo dejo aquí puesto que tu blog solo admite comentaristas del equipo.
Muchas gracias Lu, por tu paseo y tu comentario, intentaré arreglarlo. En cuanto a los de la ser, no he tenido la suerte de ser finalista, pero es que debe ser (perdón por la triple redundancia) imposible leerse 800 (como esta última semana) en tres días -aquí la escritura se convierte en números. Alguna vez escucho a los finalistas y son por lo general mediocres para mi gusto, aunque hay excepciones, algunos de este rincón literario. Sigo escribiendo por inercia para ese notable concurso y los publico en el blog como no premiados. Es mi venganza.
EliminarA mi me encanta el de Peter Pan y el de Cuando Edipo perdió la última batalla. Los últimos que he presentado son bastante duros, no sé si es una tendencia. Un abrazo Lucía.
El blog Arkano 12 y medio http://arkanovviii.blogspot.com.es/ ya debe admitir comentarios. Besos.
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