Melodía de seducción
Tarde de verano, brisas que acarician cuerpos somnolientos...
Subo a tu habitación a escondidas, me embelesa contemplarte semidesnuda, mueves tu cuerpo con suavidad, rítmicamente, no te molesta mi presencia, te gusta, me seduces... De repente, mamá.
—¿Qué haces, Javier? —cierro y salgo corriendo—. ¿No estarás con la cajita de música?
Subo a tu habitación a escondidas, me embelesa contemplarte semidesnuda, mueves tu cuerpo con suavidad, rítmicamente, no te molesta mi presencia, te gusta, me seduces... De repente, mamá.
—¿Qué haces, Javier? —cierro y salgo corriendo—. ¿No estarás con la cajita de música?
Javier, qué bueno! De nuevo nos has seducido con tus palabras haciéndonos creer que tenía tintes amorosos y de repente nos sacas del embelasamiento desvelando que se trata de la fascinación que tiene el niño por la bailarina de la caja de música.Jajaja!
ResponderEliminarQué grande eres! Me ha encantado!
Un micro maravilloso que con mucha maestría nos seduces hasta el final.
Enhorabuena Javier!
Besos sensuales y seductores.
Muchas gracias Pilar por tu comentario y tu valoración.
EliminarQuien no se ha visto seducido por una caja de música, por ese repetido sonido, que se puede convertir en una melodía de seducción.
Si con la lectura mis letras he logrado seducirte y hacer pensar a tu imaginación lo que no es me alegro, eso es lo que buscaba al escribir este relato.
Muchas gracias y muchos besos.
Esto tiene toda la pinta de ser una anécdota autobiográfica. Pero no sabemos si al imberbe Javier le atraía la etérea y sensual imagen de la bailarina, la mecánica y, seguramente, repetitiva musica de la cajita, el peligro de ser descubierto haciendo lo que no debía... Qué más da. Lo importante es el relato está muy logrado. Suerte y saludos.
ResponderEliminarJesús gracias por tu comentario y valoración.
EliminarJesús has acertado de pleno, de pequeño estaba enamorado de una caja de música que había en la habitación de mis padres, y donde colocabas a una bailarina,que llevaba un imán por pies, y comenzaba a dar vueltas y vueltas al son de aquella música. Me pasaba horas allí.
Gracias de nuevo y un abrazo.
Nada es lo que parece, o sí, pues una figura como la que describes perfectamente puede producir esas sensaciones, y más al niño sensible que imaginamos al final. Yo también, seguro que como muchos, conocí una bailarina diminuta dentro de una caja en la habitación de mis padres, bajo la melodía de seducción de "Para Elisa" y su atracción hipnótica.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier
Ángel gracias por tu comentario, veo que coincidimos en esa admiración infantil por una caja de música, yo fíjate no logro acordarme de que música era, puedo recordar el tintineo pero no descifro a que composición corresponde, y no será que no la escuché más de mil veces.
EliminarGracias de nuevo.
Abrazos.
Javier, has conseguido seducirme con un relato tan sensorial, lleno de matices táctiles, visuales y auditivos. El arrobo del niño ante la bailarina es lo que descubrimos tras una ambigua presentación erótica.
ResponderEliminarExcelente micro. Besos.
Carmen muchas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarSí, he querido darle un inicio erótico y sensorial, para al final ver la causa verdadera de esa atracción, y creo que lo he conseguido
Gracias de nuevo y muchos besos.
Buenísimo amigo. En casa había una caja igual. Me encantaba poner la música y verla dar vueltas y vueltas, aveces la imitaba hasta marearme Jajajajaj. Enhorabuena me encantó tu micro.
ResponderEliminarCarmen gracias por tu comentario y valoración.
EliminarEstoy com probando que eramos muchos los que de pequeños estábamos seducidos por una caja de música, tendremos que hacer un estudio psicológico jajajaja.
Gracias y muchos besos.
Aquí la Psicóloga se ofrece por un módico precio... Jajajajajaja
EliminarDesde luego imaginación no te falta y además despiertas la de los demás.
ResponderEliminarQue buen compás.
Un beso Javier
Leire gracias por tu comentario y valoración.
EliminarLa imaginación que nunca nos falte y que la podamos plasmar en un papel durante mucho tiempo.
Gracias y besos.
Despiertas algunos de nuestras ensoñaciones y fijaciones infantiles con tu relato, Javier. Incapaces aún de entender los mecanismos del deseo y mucho menos de la pasión, los niños trasladan a los juguetes su incipiente despertar. Una pulsión del instinto sexual, todavía no consciente, les lleva a explorar y manipular su mundo cercano de objetos para dar salida a la tensión interna que ya se manifiesta.
ResponderEliminarMe gusta ese ambiente de sensualidad y embeleso que nos envuelve, y que es el que envuelve al niño, hasta que la mamá, siempre al quite, le saca, nos saca, de nuestro goce.
Como diría aquel: de nota. Abrazos, Javier.
Manuel gracias por tu comentario y tu valoración.
EliminarHe envuelto la historia en un ambiente de sensualidad pero simplemente como adorno al relato, por lo menos como protagonista del mismo nunca esos pensamientos aparecieron por mi mente, o eso creo yo, o no me acuerdo, aunque tal vez, como he contestado antes, si este comportamiento lo estudia un psicólogo o un psiquiatra podría sacar muchas conclusiones.
Gracias de nuevo y un abrazo.
Muy bueno, Javier. No recuerdo si lo hemos abordado con anterioridad, pero esa fascinación por las cajitas de música y sus bailarinas me lleva siempre a «Ensayo de un crimen», la película de Luis Buñuel basada en la novela de Rodolfo Usigli. Desde niño, una de mis favoritas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Vicente por tu comentario y tu valoración.
EliminarComo habrás visto en otros comentarios hemos sido algunos los fascinados por las cajitas de música, no sé que tendrán.
No conocía la película que has nombrado, pero he buscado en wikipedia y ya sé de que va la misma. dese luego te puedo asegurar que mi cajita de música solo tenía el poder de hipnotizarme a mí.
Gracias de nuevo y un abrazo.
¡Madre mía del Amor Hermoso! Muchas incógnitas en un relato que parece situarse en la Casa de los Horrores.
ResponderEliminarPor pasos:
1- ¿De quiénes son los cuerpos somnolientos del principio y que no vuelven a aparecer?
2- ¿Cuántos años tiene el protagonista?
3- ¿Por qué habla, como si fuera humana a la bailarina?
4- ¿Por qué está semidesnuda?
5- ¿Puede una moña mecánica seducir a alguien?
6- ¿Es viciosa y por eso le gusta estar atada a un mecanismo musical?
7- ¿Por qué le molesta a la madre que contemple la cajita?
8- ¿Por qué el protagonista huye al ser descubierto?
9- ¿Edad y ocupación de una madre que tiene eso en casa?
Creo que mejor voy a aceptar la interpretación mayoritaria.
Un abrazo, mirando de reojo, que el lado oscuro se extiende por tu casa.
Y un beso.
Patricia: Todo buen relato deja un sin fin de preguntas por resolver.
EliminarLa extraordinaria claridad del final nos relega de hundirnos en el pesimismo de ignorar datos que no alteran la inquietud que nos produce.
No entiendo tus preguntas. Sería como preguntar ¿Cuál era el verdadero apellido de Joseph K en El Proceso? ¿Es un pariente de Kafka o le ha sucedido a él? ¿Qué edad tiene el protagonista? ¿Por qué lo hacen atravesar una penosa detención?, etc.
Señoría antes de proceder a contestar a las preguntas de la fiscal Patricia y su gallina quisiera hacer dos aclaraciones.
EliminarPrimero que me declaro inocente de todas las acusaciones jajaja.
Segundo la acusación particular (Lu) que ha intervenido con anterioridad a mí está muy equivocada en sus consideraciones a la fiscal ya que creo que no conoce lo suficiente a Dª.Patricia y su gallina.
Dicho esto procedo a contestar a todas las preguntas que me han efectuado anteponiendo el número de la pregunta.
1ª Los cuerpo somnolientos que aparecen al principio corresponden a mis hermanos que dormían plácidamente la siesta.
2º El protagonista contaba entre 8 y 10 ya que la relación del acusado con la bailarina duró varios años.
3ª Es que nuestra relación era muy personal, y usted ya conoce que mi imaginación no tiene límites y de pequeño no le quiero contar.
4ª A esta pregunta tendría que contestar la bailarina, pero en su defensa puedo decir que llevaba tutu y medias, y que el resto lo puso mi imaginación.
5ª La moña mecánica puede seducir a mentes revueltas como la mía, además sabe usted que en aquella época el cierzo soplaba como es debido, no como ahora, y aquellos vientos fríos afectaban a cualquiera.
6ª No era viciosa, seguro que a ella le hubiese gustado salir corriendo y dejar de dar vueltas dentro del joyero.
7ª Pues porque mi santa madre guardaba las pocas joyas que tenía en esa cajita de música y estaba harta que el acusado Javier metiera sus manitas por allí.
8ª El protagonista aquí presente huye al ser descubierto ya que temía ser castigado y lo que deseaba esa tarde era ir al Parque Grande a dar vueltas con su bicicleta y a ser posible subir hasta la estatua de El Batallador a contemplar el paisaje, y usted y su gallina saben de que hablo.
9ª La edad no la puedo concretar mi mente empieza a fallar ya, en cuanto su ocupación ama de casa.
Solamente añadirle a su señoría que toda esta acción transcurrió en la hermosa ciudad de Zaragoza, cuando su protagonista andaba por allí.
En cuanto al lado oscuro que recorre mi casa se debe usted referir a la autora de esos relatos que últimamente han ganado por aquí y que tanto nos gustan a todos. Usted sabe que mi lado oscuro queda para pistolas que caen y se disparan por culpa de un gato azul cuyo nombre ocultaré.
Bueno Patricia muchas gracias por tu comentario, ha sido un placer contestarte y he pasado un rato genial, gracias.
Solo espero la llegada del día 5 para echarnos unas risas.
Y ya sabes te mando muchos besos y de los buenos.
Y el veredicto del jurado es: ¡Inocente!
EliminarHasta el día 5, Javier. Te llevaré un poco de cierzo embotellado, que veo que lo echas de menos.
Abrazo fuerte.
Vaya, por lo que leo acá hago varios descubrimientos... Se que Javier nació en los 60, en el relato tiene 8-10 años, es decir de 1968. Luego Javier le dice a Patricia que "además sabe usted que en aquella época el cierzo soplaba como es debido"... es decir... Patricia? (la joven, frágil e imaginativa Patricia) es de esa época? Pese a tener las pruebas delante de mis ojos, me niego a creerlas y considerarla una burda mentira del acusado.
EliminarNo,no nooooo....
(PD: Quizás ahora con que nuevo desengaño me encontrare, algo así como que Margarita es casada... nooooo).
Esa cajita de música debe guardar algún secreto inconfesable, esa huida rápida deja un poco de intriga...
ResponderEliminarYa nos lo contarás
Besicos
Carmen gracias por tu comentario, todas las respuestas las encontrarás en mi respuesta a Patricia.
EliminarBesos.
Un relato en el que, creo que por la forma de hablarle a la bailarina y el escaso traje de la misma, haces una pirueta para desembocar en una historia del pasado y una obsesión de un tal Javier Puchades, niño, por una caja de música, su melodía y las horas muertas que, ante ella, empleaba para ir nutriendo su imaginación desde pequeño.
ResponderEliminarDe eso nos estamos aprovechando todos cada mes. Sigue así, Javier. Un placer leerte.
Un abrazo.
Pablo
Pablo muchas gracias por tu comentario y tu valoración.
EliminarHas acertado plenamente, todo está basado en hechos reales aderezados por la imaginación del autor.
Gracias de nuevo y abrazos.
Has conseguido esparcir el encanto de las cajitas de música en un espacio reducido y dispuesto a dejarse seducir por un personaje muy intrigante.
ResponderEliminarEl erotismo de tu historia linda a partes iguales con la obsesión o la lascivia según sea la edad del personaje.
Yo, personalmente, me quedo con un adolescente salidillo que utiliza su imaginación para liberar tensiones.
Buen relato, Javier.
Un abrazo
Antonio gracias por tu comentario y valoración.
EliminarComo habrás comprobado muchos eramos los seducidos por las cajitas de música con bailarina, tendremos que hacer algún relato más.
El personaje no llega a la adolescencia, todas las respuestas las puedes encontrar en mi respuesta a Patricia.
Gracias de nuevo y un abrazo.
Un relato sorprendente.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Lu gracias por tu comentario y valoración.
EliminarUn abrazo.
Qué encanto de relato! Nos llevas del erotismo a la inocencia de la fascinación de un niño por la bailarina de la caja de música. Muy logrado el ambiente de la hora de la siesta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ana muchas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarHas resumido muy bien lo que he querido expresar al escribir este relato.
Un abrazo.
Qué bueno, Javier, me encanta tu micro, tiene un desarrollo perfecto. En el primer párrafo creas magistralmente el clima, luego viene la escena de gran sensualidad, y en lo mejor…aparece mamá, especialista en anticlímax.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un abrazo
Geoeges muchas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarHas descrito muy bien las partes de mi relato.
Gracias y un abrazo.
Para mí, esas 108 sílabas que forman esas 15 frases rayan la perfección.
ResponderEliminarSantiago muchísimas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarMe has dejado sin habla.
Gracias.
Un abrazo.
Me ha encantado tu brillante relato. La sonrisa ha asomado a mis labios cuando al leer la aparición de tu madre y llegar al punto final, he tenido que retroceder para, entonces valorar en su justa medida el acertado título y la estructura en general de la historia. Escena cinematográfica, en la que a diferencia de la película homónima, no has necesitado echar mano del verso para captar nuestra atención. ¿qué te dije del viernes pasado?. ¡Felicidades!. ¡A por el asesino!. El lamento espero que no sea de Montalbano, no te creo capaz de enfadar así a Patricia. Un abrazo Javier.
ResponderEliminarCristina muchas gracias por tu comentario y tu valoración.
EliminarHas acertado plenamente de donde he sacado el título. Me alegra que te haya sacado una sonrisa.
Gracias por tu felicitación por lo de AragónRadio, sí tendremos que ir en busca del asesino, noooo el herido no es Montalbano, este personaje incluido por Patricia nos tiene que durar tanto como el protagonista, hasta junio.
Gracias y un abrazo Crsitina.
¡Qué levante la mano la persona que no haya sido nunca seducida por una caja de música! Tengo dos desde pequeña y son mi mayor tesoro.
ResponderEliminarMe encanta, Javier, das siempre en el clavo.
Un beso grande y nos vemos el 5, ¡qué ganas!
Malu.
Malu muchas gracias por tu comentario y tu valoración.
EliminarMe parece que veo pocas manos levantadas, me he dado cuenta al escribir este relato aquí que yo no era el único seducido por la caja de música, me alegra muchísimo haber traído buenos recuerdos a tanta gente.
El 5 nos vemos, no veas las ganas que tengo.
Gracias de nuevo Malu.
Besos.
Yo, como muchos niños y niñas, tuve una caja de música con bailarina que bailaba sin descanso, en cuanto levantaba la tapa. A mí me tenía totalmente extasiada y confieso que me escapaba, muchas veces, para poder disfrutar de ella. ¡Ya te imaginas lo que me ha gustado tu relato, Javier! Te agradezco traerme este bello recuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo.
MªJosé muchas gracias por tu comentario y tu valoración.
EliminarMe alegra que te haya traído tan buenos recuerdos, cada vez que leo un comentario estoy más feliz de haber escrito este relato, me veo ya recompensado.
Gracias de nuevo.
Besos.
Jugando con las palabras me sorprendes y me seduces con esta melodía. Felicidades, Javier, me ha gustado mucho tu micro.
ResponderEliminarUn saludo.
Alma Rural gracias por tu comentario y valoración.
EliminarUno cuando escribe intenta seducir al lector y cuando lo consigue se siente feliz.
Gracias y un abrazo.
Lo más normal es que, al oír la melodía, apareciera mamá para asegurarse que no rompías su cajita de música. Me has engañado con la puesta en escena, pero luego has dejado en mi mente una tierna imagen de un pequeño Javier embelesado con la minúscula bailarina. Muy bueno el micro, felicidades. Un abrazo.
ResponderEliminarMatrioska gracias por tu comentario y valoración.
ResponderEliminarSi, ella lo que no quería es que tocará las pocas joyas que había en su interior, y como tu dices yo estaba embelesado con la bailarina.
Besos.
Has combinado la sensualidad del chico con la ingenuidad de la madre, en un micro delicioso.
ResponderEliminarMis felicitaciones, Javier.
MªJesús gracias por tu comentario y tu valoración.
EliminarBesos.
Muy divertido relato, siempre son bienvenidos los micros autobiográficos... sin duda desde pequeñin eras ̶p̶s̶i̶c̶ó̶p̶a̶t̶a̶ un curioso.
ResponderEliminarFelicitaciones!!!
Jean gracias por tu comentario y valoración, pues sí de pequeño era muy curioso, lo de psicópata a lo mejor ha ido en aumento con la edad, jajaja.
EliminarEn relación al comentario que has hecho más arriba, se da la circunstancia que mi infancia la viví en Zaragoza, ciudad en la cual vive Patricia, desconozco su edad, y tampoco la conozco en persona, pero por conversaciones que hemos tenido nuestras vidas en aquella época se cruzaron seguro sin nosotros saberlo, y el cierzo al que hago referencia es un viento frío el norte que sopla en esa ciudad y que hace que los inviernos se sientan aún más fríos. Y con esto del cambio climático seguro que en aquellos años era más frío que ahora.
Un abrazo.
Ese Javier del relato apunta maneras fetichistas. No me extrañaría que algún día termine haciendo un "grand assemblé" con alguna bailarina.
ResponderEliminarAbrazos, Javier.
Gracias Carles por tu comentario, aunque me fascinaba la bailarina de la caja de música, nunca me he planteado lo del ballet, dios no me dio piernas para ello, más bien me las colocó de pato, soy un negado para cualquier tipo de baile.
EliminarUn abrazo
Pues a mí, Javier, las cajas de música me ponen triste, y no sé por qué. En cualquier caso, la tuya resulta tremendamente seductora, sobre todo por el ambiente tan apropiado que creas, pero también por ese hipnótico Sea of love que, gracias al título de tu relato, suena de fondo.
ResponderEliminarBello y valioso relato, que se aprecia aún más tras conocer su carácter autobiográfico.
Enhorabuena y un abrazo. Veo que al fin voy a conocerte en persona. Será un enorme placer. Hasta pronto, Javier.
Enrique muchas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarSí es posible que esa música en ocasiones produzca tristeza, pero sobre todo en mi caso producía atracción, un querer contemplar a esa bailarina dando vueltas sin fin.
Para mí también será un enorme placer conocerte el próximo día 5, pienso que va a ser un gran día.
Un abrazo y hasta pronto Enrique.