Puro teatro
Observa a las dos figuras; una de ellas, con cara triste, cuenta una tragedia. A la otra le parece una historia cómica y lanza una carcajada.
Le dan deseos de pegarle un tiro al insensible personaje; pero él reconoce que, aunque parezca fiero, nunca será violento un fusil de utilería.
Le dan deseos de pegarle un tiro al insensible personaje; pero él reconoce que, aunque parezca fiero, nunca será violento un fusil de utilería.
Vaya, así que la máscara triste odia a la feliz... claro, es molesto que se rían de tu desgracia.
ResponderEliminarMuy ingenioso el relato, Beto!
Un saludo.
Hola Ana, he elucubrado un poco con el drama y la comedia, representados en esas dos caretas. Gracias por su comentario.
EliminarSaludos.
Tu relato me hace soñar con que haya un día en que los fusiles piensen en que no tengan por qué ser violentos. La vida, queda reflejado en tu relato, es pura tragicomedia. Y resolver su dilema debiera ser siempre algo pacífico, un juego que se dirimiera en cincuenta palabras, por ejemplo.
ResponderEliminarSaludos, Beto.
Hola Manuel, también suscribo tu deseo de que algún día los fusiles enmudezcan y no oigamos nunca más su violenta voz. Gracias por tu reflexión y amable comentario.
EliminarSaludos.
Genial homenaje al mundo del teatro, Beto.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Pablo.
Gracias Pablo, como siempre, eres muy generoso con tu comentario.
EliminarSaludos.
Beto ojalá todo quedará siempre en el atrezo del teatro, que la violencia y las armas siempre fuesen figuradas.
ResponderEliminarBeto buen relato, como ha dicho Pablo homenajeas al teatro, pero a su vez tu escrito tiene un espíritu pacifista.
Un abrazo.
Hola Javier, es un tópico eso de que la realidad supera a la ficción, pero por fortu-na, en el teatro, los actos violentos pierden su protagonismo al bajar el telón. Aprecio tus palabras, gracias por el comentario.
EliminarSaludos.
Beto, siempre hay dos caras de una misma moneda, depende de como se mire. El teatro representa la vida misma. Espero que las armas sean solo atrezo y no ocasionen ningún daño. Buen homenaje al teatro.
ResponderEliminarBesos
Hola Pilar, también comparto su deseo de que las armas puedan convertirse en herramientas de trabajo (como en el teatro) y no instrumentos de muerte. Gracias por la lectura y su comentario.
EliminarSaludos.
El teatro es realidad imaginada, múltiples historias que pasan por toda la gama de matices desde la tragedia a la comedia, aunque en las obras tragicómicas los límites no estén tan claros. Por fortuna, en un escenario la sangre nunca llega al río. Sí puede haber más consecuencias en ese otro gran teatro que es la vida, en el que a veces reímos y otras lloramos, todo depende de la obra que nos corresponda en ese momento. Otra cosa es que a alguien que sufre le cueste entender que pueda darse al mismo tiempo la dicha de otro.
ResponderEliminarUn relato muy interesante, Beto, fuente de muchas posibles reflexiones.
Un abrazo
Hola Ángel, aunque ya conozco tu gentileza, no dejo de maravillarme de la mane-ra en que desmenuza los relatos, para enriquecerlos, con todas las posibilidades de interpretación que encuentras en las historias que dejamos por aquí. Gracias por la amabilidad de tu comentario.
EliminarSaludos.
Puro Teatro, con mayúsculas. No está muy alejado de la vida diaria, en la que estamos representando papeles diversos, según sea la situación que queremos expresar. Me ha gustado mucho tu reflexión, Beto.
ResponderEliminarUn abrazo.
María José, en este gran teatro de la vida, representamos papeles de acuerdo a nuestras conveniencias y muchas veces lo hacemos sin tomar en cuenta la tragedia de los demás. Gracias por la lectura y por dejar su comentario.
EliminarSaludos.
El tema de la violencia de un fusil de utilería creo yo que es discutible. Lo que no se discute es que has escrito un magnífico relato.
ResponderEliminarSldos.
Sí, no tengo dudas de que un fusil, sea de juguete o de utilería, se fija en nuestra conciencia como una representación subliminal de la violencia, pero pienso que al utilizarlo en el teatro se mutila su capacidad de hacer daño y se convierte en un objeto no violento. Gracias Lu Folino, por acercarse hasta mis 50 palabras y dejar su comentario.
EliminarSaludos
La vida es puro teatro y nosotros somos meros actores que nos movemos entre la risa y el llanto.
ResponderEliminarUn gusto leerte siempre Beto, sorprendes en cada texto.
Un abrazo grande.
María Belén, mi deseo es que en este teatro, que es la vida, la risa supere al llanto. Aunque últimamente estoy un poco limitado con el tiempo, lo que me impide venir más seguido, me pone muy contento leer los comentarios que dejan los amigos, como usted. Muchas gracias.
EliminarSaludos.
¡Qué grande señor Don Beto! Encantada siempre de leerte.
ResponderEliminarTe mando un beso.
Malu.
Estimada Malu, Muchas Gracias, yo también estoy encantado de leer su comentario.
EliminarSaludos.
"Teatro, lo tuyo es puro teatro". Muy bueno tu micro, Beto, un abrazo.
ResponderEliminarHola Matrioska, así es, algunas veces, la vida es puro teatro y en ello me he inspirado para pasar por aquí. Gracias por la lectura y el comentario.
EliminarSaludos.
ResponderEliminarGran relato, Beto, que dice mucho y da otro tanto que pensar.
Enhorabuena y un abrazo.
Ojalá todos los deseos de violencia estuvieran siempre condenados a naufragar por un motivo u otro, o que quedaran saciados con la mera creación de situaciones ficticias.
EliminarGran relato, Beto, que dice mucho y da otro tanto que pensar.
Enhorabuena y un abrazo.
(Es que no había pegado el comentario completo)
Enrique, ese fusil quisiera manifestar su naturaleza, expresarse violentamente pero se da cuenta de su función actual y lo vano de su deseo. ¡Bendito sea el teatro, donde la violencia es sólo ficción! Gracias por la generosidad de tu comentario, un abrazo.
EliminarSaludos.
Me gustan mucho los relatos que hace un guiño al teatro, como el tuyo, Beto.
ResponderEliminarEstoy viendo dos máscaras, sintetizando la sociedad entre los dos polos (arriba y abajo).
Saludos desde allende los mares.
Hola María Jesús, me complace haber traído un tema que le gusta. Gracias por la lectura y el comentario.
EliminarSaludos desde mí soleada media isla.
En este mundo de números binarios en el que nos ha tocado vivir, la dualidad que representan las máscaras del teatro sigue resultando muy vigente. Por desgracia, tambien sigue escuchándose el rugir de los fusiles.
ResponderEliminarUn abrazo, Beto.