Sorpresa
Cayó de espaldas al conocer la noticia. No se la esperaba. Al parecer, su marido regresaba a casa veinte años después de que fuera a comprar tabaco.
Pero no venía solo.
Traía desde La Habana, además de dos viejas maletas, una hermosa mulata y dos gemelos de apenas dieciséis años.
Parece que no le servían unos simples cigarrillos adquiridos en el estanco del barrio, al carota este. Y, aún, querrá que su ¿ex? los mantenga a todos . Muy simpático tu relato, Gloria. suerte y saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jesús e imagino que se sentiría con todo el derecho para que los acogiera.! Los hay con una cara!...
EliminarEste si que se fue a por tabaco y se fue lejos, lo gordo es que encima vuelve y con un cartón entero de tabaco. Esto si que es una sorpresa de y de las buenas.
ResponderEliminarBuen relato Gloria, me ha gustado.
Abrazos.
Gracias,Javier por tus palabras. Es que me di cuenta de que estaba llendo por el lado oscuro, y esta vez me apetecía algo socarrón.
Eliminar¡Qué bella sorpresa! Veinte años después, familia numerosa interracial. Me gusta el aire de fina ironía que recorre el relato y el dibujo preciso de una realidad que es más común de lo que se cree.
ResponderEliminarEstupendo, Gloria. Saludos.
Gracias, Manuel. Quién le iba a decir a ella que tendría la casa llena y con gente procedente del otro lado del charco...
Eliminar¡Menuda sorpresa, Gloria!
ResponderEliminarMe hecho sonreír...
Besicos
Me encanta haberte alegrado la mañana. Con ella me doy por satisfecha, Capobá. Gracias por leerme y comentar. Un beso. Gloria
EliminarEres una señora, Gloria. Más que sorpresa, eso tiene otro nombre. Reponte y huye con las joyas de la familia.
ResponderEliminarUn beso.
No estaría mal dejarlos con un palmo de narices. Muchas gracias Patricia. Un beso. Gloria
EliminarHilarante e imaginativo micro. Me ha encantado, Gloria. Es muy, muy, muy bueno.
ResponderEliminarUn beso fuerte.
Gracias, Pablo por tus palabras. Me apetecía escribir algo divertido por una vez y no sabía si sabría hacerlo. Parece que no me ha salido tan mal. Gracias por leerme y comentar. Un abrazo. Gloria
EliminarY es que ese dicho de: "Fue a comprar tabaco y no volvió", se queda corto en tu relato, pues viene con sorpresa bajo el brazo y además no una si no tres.
ResponderEliminarGenial querida Gloria.
Un beso sorpresivo.
Pues creo que más de uno lo ha hecho en realidad, sobre todo hace años, con todo el descaro del mundo. Pero no estoy en disposición de responder si les puso de patitas en la calle o si los asumió como familia. Muchísimas gracias preciosa por tus comentarios y enhorabuena por tu libro. Besos, Gloria
EliminarAlgunas no se conforman con comprar una cajetilla en el estanco de la esquina, tienen que ir hasta Cuba a por habanos. Después, además, tienen el valor de volver y no hacerlo solos. Es de imaginar la reacción agridulce de esa buena mujer: por un lado sorprendida, como bien dice el título; por igual indignada; pero en parte quizá también aliviada, por saber, ya por fin, a qué atenerse con ese sujeto. Hay que ver cómo son algunos.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Gloria
Sí, los hay que no tienen vergüenza, pero ya se sabe que hay de todo en la viña del Señor y gente de todas las clases pululando por ahí. Gracias por comentar y enhorabuena por todos tus éxitos. Un fuerte abrazo. Gloria
EliminarLo mismo no le llegaba ya con la cubana y puede que quisiese juntar a toda la familia... pero lo que sí es cierto es que el hombre tenía mucho pero que mucho cuento y tú lo cuentas muy bien, Gloria.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Manolo. Si los hay caraduras y este es de los superiores. Imagino que echaba de menos su tierra y así tenía a la familia reunida. Gracias por leerme y comentar. Un beso muy grande. Gloria
EliminarQué bueno!!! Ay menuda sorpresa través buen hombre a casa. Un paquete sin duda. Enhorabuena!!! Nos trajo una sonrisa pese a lo duro del caso. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Carmen por comentar.Los hay con un descaro impresionante y este es el caso. Espero que superada la primera impresión sepa reaccione. Besos. Gloria yo
EliminarQuería decir trae el hombre a casa. El corrector del móvil igual de enrevesado que el del tabaco Jajajjaja.
ResponderEliminarLo entendí Carmen. A mi me hace lo mismo. Gracias por tus palabras. Un saludo afectuoso. Gloria
EliminarMi primera reacción al leer tu micro, Gloria, fue indignación... ¡qué jeta tiene el hombre ese que se larga y vuelve, pasados los años, con el fruto de otra vida, con otra mujer y, además, con hijos! Si fuera yo la que los "recibiera" tendría muy claro qué decirles, jajaja.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un abrazo.
Sí, la verdad dan ganas de recibirles de una forma muy "especial". Muchas gracias por leer y comentar. Besos. Gloria
EliminarPues yo pensaba que iba a traer puros habanos, pero la sorpresa es mayúscula.
ResponderEliminarDivertido y con mucha miga, Gloria, enhorabuena.
Besos.
Malu.
Gracias, Malu. Sí, la verdad es que la sorpresa es mayúscula. Menudo caradura. Besos mil y gracias por comentar. Hasta pronto. Gloria
EliminarEs lo malo de cambiar de estanco. Que de pronto hay alguien que te ofrece una marca nueva y como premio por probar te llevas una familia nueva. Y claro, nuestro buen hombre necesitó unos minutos para sopesar la oferta. Quien dice unos minutos, dice veinte años. Porque como dice la canción "Viente años no es nada..." En cualquier caso, casi mejor de fumar y seguir en casa. :)
ResponderEliminar¡¡Enhorabuena!! Un abrazo.
Sí, como dices debía ser muy buena y con regalo incluida. Como dices debía de haber dejado de fumar. Le hubiera ido mejor y con menos sobresaltos. Un fuerte abrazo. Gloria
EliminarEs que el tabaco Habano, hace unos milagros..
ResponderEliminarHas escogido una forma divertida para narrarlo.
Suerte
Gracias, María Jesús. Quería precisamente hablar de la infidelidad desde un punto de vista más divertido. Ya me estaba pasando con el drama y los temas triste. Un beso. Gloria
EliminarQué desfachatez la del marido, pero hay que reconocer que la situación tiene mucha gracia. Solo falta que la mujer no pierda el temple para darle el recibimiento que se merece...
ResponderEliminarMuy bueno, Gloria. Un beso.
Sí, es una situación con mucha miga. Cada uno que se imagine una continuación diferente. Un saludo, Gloria
EliminarMuy buen micro, Gloria, me encantaría otro con la reacción de la buena mujer después de reponerse de esa caída de espaldas del sorpresón. Un beso.
ResponderEliminarQuizás el próximo mes. Tengo que ir pensando cómo reaccionaría. Gracias por tus palabras. Un beso. Gloria
EliminarGloria, después de 20 años seguro que ya lo habrán dado por muerto. Asī que ella que diga que no lo conoce y le cierre la puerta en las narices. A ver si deja de fumar...jajaja
ResponderEliminarBuen micro.
Besos
Sí, es un buen final. Al fin y al cabo no le debe nada. Un abrazo. Gloria
ResponderEliminarMuchas gracias, Gloria. Creo que en la mente de todos nosotros se quedó la imagen de ese hombre marchándose, y con su regreso, si bien en inesperadas circunstancias, nos has devuelto el equilibrio necesario, permitiéndonos pasar la página.
ResponderEliminarMuy divertido relato.
Un abrazo
Me alegro que te haya gustado, Enrique. la verdad es que tenía ganas de escribir algo n tan trágico como acostumbro a hacer. Un abrazo. Gloria
EliminarBueno bueno, he visto sorpresas parecidas en la vida real. Lo divertido es que vuelven a la casa con la sorpresa, esperando que les aplaudan por todo...
ResponderEliminarMuy bueno Gloria, mis felicitaciones.
Sí, la verdad es que a veces la realidad nos sorprende más, y hay algunos caraduras que se atreven con eso y con mucho más. Gracias por comentar, Jean.
EliminarMuy divertido, aunque no creo que a su mujer se lo pareciera, claro. Jejeje. Saludos
ResponderEliminarSí, imagino que no tendría precisamente ganas de reírse, sino de mandar al diablo al caradura de su marido. Gracias Juana. Espero verte pronto en la Microquedada. Gracias por leer y comentar. un beso. Gloria
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