Al servicio del pueblo
Tras saludar al último de los quinientos invitados a la recepción de palacio, el Rey sintió un inquietante hormigueo en la mano derecha y vio que tenía seis dedos. Por recomendación arzobispal se proclamó un edicto que proscribía los pecaminosos guantes y se instituyó la Real Fábrica Nacional de Manoplas.
Todo sea para que el Rey siempre tenga la razón, y que los diferentes sean los demás. Creo que el pueblo es el que está al servicio del Rey.
ResponderEliminarBuen relato Belén.
Fue un placer conocerte el otro día, un abrazo.
Por el interés de unos pocos se soslaya el de la mayoría. Y todos a tragar. Como la vida misma. Muy bueno, Belén. Suerte y un saludo.
ResponderEliminarBajo una capa de humor negro, muestras una realidad: los que mandan siempre obtienen lo que desean, por absurdo o arbitrario que sea. Me ha gustado, Belén.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un visionario adelantado a su tiempo, que sufre una mutación que tal vez se extienda en el futuro entre la población y se adelanta a las necesidades que se producirán. Un aprovechado que utiliza su poder para justificar e imponer sus intereses a aquellos cuyo bien se supone que procura. Un ser algo demoníaco a quien le surge un elemento que le detala y debe ocultar para que sus súbditos no sospechen. De las tres posibilidades, al hilo del título, lleno de fina ironía, nos quedamos con la primera, que es la que menos favorece al protagonista. Un relato imaginativo, lleno de una sutil crítica social hacia la picaresca del poder.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Belén
Es probable que a los humanos nos salga de vez en cuando algún defectillo de fábrica, incluso aunque seas un rey. No es la primera vez ni la última que nos prohíben algo simplemente porque al que está en el poder le viene bien. A veces el prohibir algo no implica que no se siga haciendo. ¡Con lo que molan los guantes con seis dedos! Jajaja.
ResponderEliminarMuy bien, Belén. Un besazo.
Si «En tierra de ciegos el tuerto es rey», de esta historia podría inferirse lo mismo, sólo que entre pentadáctilos y polidáctilos. Según se ve, ha podido más el deseo de uno que el de la mayoría. «No es que yo tenga un dedo de más, ellos tienen uno de menos», diría este monarca. Ejemplos como este abundan también fuera de la ficción.
ResponderEliminarUn crítica mordaz muy bien escrita.
Saludos, Belén.
Belén, buena crítica social en tu relato. Ha quedado muy claro al servicio de quién está la iglesia y la arbitrariedad en la toma de decisiones por parte de la Casa Real.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Belén, un verdadero placer poder conocerte y pasar el sábado juntas. Hay que repetirlo...
Besos apretados.
Lo más natural es que hubiera perdido un dedo. El dedo índice de los antiguos monarcas (y el de algún político moderno) tenía (y tiene) un gran poder.
ResponderEliminarUn buen micro.
Enhorabuena, Belén
Bonito juego de palabras el que estableces entre el título y el texto del micro, Belén. ¿Quién está el servicio de quién?, ¿el Rey al del pueblo o al revés?. Genial.
ResponderEliminarEs lo que tiene el poder real, que realmente es poder, lo demás es cuento.
ResponderEliminarMe ha gustado y devirtedo tu cuento.
Muy bien, Belén. Un abrazo
En la figura real no cabe defecto alguno. Tapémoslo y acatemos sus absurdas normas.
ResponderEliminarMe gusta esa ironía con la que críticas a los poderosos, Belén.
Encantada de haber compartido contigo el encuentro en Madrid. Besos.
Ya el título en sí es una ironía, pues todo quisque que llega al poder dice mirar por el bien del pueblo, pero, dado el mal barro con el que parece que nos hicieron, o quizá fuese que éste se estropeó después de nuestra caída, lo cierto es que la mayoría de quienes llegan al poder acaban mirando por sus propios intereses, y pasa eso de los mismos perros con distintos collares, o lo de El Gatopardo: Cambiarlo todo para que todo siga como está”.
ResponderEliminarYa lo decía Borges: “Ojalá merezcamos no tener gobierno”. Pero creo que habrá que sentarse para esperar a que tal deseo se haga realidad, y lo más seguro es que la muerte nos sorprenda en tal espera.
En el microcuento, como mandan los cánones y, a veces, los cañones, la iglesia está al lado de la monarquía, es más, es su representante quien recomienda la solución de las manoplas, con dos aspectos geniales como no puede ser de otra forma en quienes saben de pe a pa lo que es el poder: convertir a los guantes en algo pecaminoso e instituir la Real Fábrica de Manoplas, así se matan dos pájaros de un tiro, o toda una bandada que no sé muy bien, pues el arzobispo del microcuento, en cuestiones políticas, parece estar a la altura de Richelieu y Mazarino.
Gran relato, Belén, un abrazo.
Si es que, los poderosos, no tienen defectos, Belén, ni ahora, ni nunca...
ResponderEliminar¡Vaya un "relatazo" que te has marcado, crítica al poder con la iglesia pululando también! Magnífico, querida.
Enhorabuena, te superas a ti misma en cada micro, soy incondicional de tus letras.
Un besazo.
Malu.
Y la cantidad de puestos de trabajo que va a crear la nueva fábrica, ¿qué?
ResponderEliminarTe ha salido un besamanos impecable, Belén, aunque de ahora en adelante no saludaré nunca de forma seguida a más de diez ;-)
Ay, a ver cuando llega nuestro turno.
Un beso
Un beso grande para todos. Perdonad por no haber podido pasar por aqui antes, pero quería esperar a tener un rato de tranquilidad para leer todos vuestros comentarios y disfrutar y aprender de ellos. Fue un verdadero placer estar con algunos de vosotros el otro día y ójala haya pronto otra ocasión para repetirlo. Miles de besos.
ResponderEliminarSurrealismo al servicio de tus excelentes letras y de la ácida crítica hacia las más privilegiadas instituciones. Aparte de esa primera lectura, en la que el falso servilismo eclesiástico hacia el poder establecido toma la iniciativa para tapar los defectos de la monarquía, veo también otra en la que esos seis dedos, para la visión retorcida de los guardianes de la fe, pueden resultar obscenos y escandalosos.
ResponderEliminarQué bien escribes, Belén. Cuánta profundidad y originalidad hay en todos tus textos.
Un fuerte abrazo
Concuerdo en que es un muy bien escrito surrealista llena de interpretaciones (una mutación los seis dedos?) que cada uno puede tomar como quiera. Gobierno e iglesias coludidos para engañar al pueblo... mmm donde lo he visto?
ResponderEliminarUn gran abrazo!