Androide, demasiado androide
La salmuera de los días se disipó cuando ganó el Partido Humanoide. Encadenados como dúos "ombligados" regresamos emparejados a la Caverna platónica convertidos en sombras equidistantes, edénicas, sin otra capacidad comunicativa que la de intercambiar actualizaciones e indulgencias...
—Eres bonita, enviar, tu cordón prende como yesca de un calor primigenio.
—Eres bonita, enviar, tu cordón prende como yesca de un calor primigenio.
¿Habíamos salido realmente de la caverna?
ResponderEliminarExtraordinario, Plinio. A mí me has hecho salir un momentito de mi hibernación.
Un abrazo.
Este Partido Humanoide nos ha convertido a todos en robots, aunque en la actualidad pienso que en ocasiones ya lo somos.
ResponderEliminarMe gusta como indicas que se comunican y el lenguaje que utilizan.
Un relato futurista, pero que a lo mejor no está muy lejos.
Un abrazo Plinio.
Cito de cabeza de Los versos satánicos: "para volver a nacer hay que morir de nuevo", quizá la frase sea al revés, pero viene al caso en esa cueva útero donde las ideas brillan como tizones. Enhorabuena don Plinio, los Humanoides te damos las gracias.
ResponderEliminarHace tiempo que no leía nada tuyo, tengo Twitter muy abandonado, ya lo siento, dichoso tiempo escaso. Quiero decirte, en primer lugar, que ha sido muy grato reencontrarme con tus letras. En este futuro que has dibujado, los hombres vuelven a vivir en una realidad muy limitada, donde sólo existe aquello que se les quiere mostrar. Algo así ha sucedido siempre; a pesar de la aparente transparencia informativa en la que vivimos, seguro que hay muchos aspectos de los que nadie nos informa, por lo que tu relato, pienso, está emparentado con nuestros días, en los que estamos viendo que el progreso puede sufrir parones y hasta retrocesos, hasta llegar a convertirnos, si les dejamos, en una suerte de máquinas en serie, bajo un mismo pensamiento.
ResponderEliminarUn abrazo
Suscribo totalmente el comentario apocalíptico de Ángel (si él me permite ese calificativo). Provoca escalofríos ver lo indefensos que estamos ante la Maquinaria Dominante.
ResponderEliminarUn abrazo, Plinio.
Emoticono de asombro. Emoticono de silencio. Emoticono de aplauso. Y otro, y otro, y otro más.
ResponderEliminar¡Bravo, Plinio!
Hola, Plinio,
ResponderEliminarCreo que el título de este relato es una paráfrasis de «Humano, demasiado humano», obra de Friedrich Nietzsche (curioso que aparezca por segunda vez en pocos días).
No sabemos lo que nos depara el futuro pero, basándose en el escenario actual que presenta el planeta, quizás no sea muy distinto de lo que has imaginado. Una reducción epidemiológica total, donde los hombres ya ni siquiera lo son.
Muy interesante.
Abrazos.
*El autocorrector ha cambiado 'epistemiológica' por 'epidemiológica'. No lo había notado.
EliminarGenial.
ResponderEliminarGracias amigos, sois muy generosos en vuestras apreciaciones. Efectivamente el título alude a la obra de Nietzsche "Humano demasiado humano" en un mundo que ya poco tiene de poético.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!!
Efectivamente, Plinio...¿y qué hacemos con ese hombre que vuelve a la "caverna" y lo toman por loco...?
ResponderEliminarTal vez, la poca esperanza que parece existir sea a lo único que nos debamos sujetar para no caer al abismo absoluto. Yo estoy en eso...
Un gran relato. Un abrazo.
Volver a la Caverna, observar sombras, perder la riqueza del lenguaje. Un futuro desolador pero posible.
ResponderEliminarQué original y qué bien contado, Plinio. Un abrazo.
La de referencias que contiene el micro son muchas, solo capto algunas.
ResponderEliminarBien escrito y original Plinio.
Un gran abrazo...