Cuando la palabra es más filosa que un cuchillo
Sus lágrimas, que caían sobre el papel, reflejaban tristeza, inmensa culpa y dolor visceral.
Había sido ella.
Había asesinado. No con cuchillos, sino con palabras. Mató con ellas los sueños, los proyectos, su corta vida... y a su compañera de curso.
Solo dos palabras escritas de un último mensaje: "Te perdono".
Había asesinado. No con cuchillos, sino con palabras. Mató con ellas los sueños, los proyectos, su corta vida... y a su compañera de curso.
Solo dos palabras escritas de un último mensaje: "Te perdono".
La palabras muchas veces causan dolor, heridas profundas, y en ocasiones no nos damos cuenta del daño que pueden causar, y más aún la palabra escrita que permanece y es más difícil de olvidar, de borrar.
ResponderEliminarAhora de poco vale el arrepentimiento cuando el daño es irreversible.
Buen relato Nicolás, un abrazo.
Nicolás, me gustó tu micro porque en él le das a las palabras todo su valor. Las palabras pueden en un momento dado, si se emplean con maldad, destruir nuestros sueños, pero también pueden dirimir nuestros problemas y volvernos a acercar a las personas que más amamos.
ResponderEliminarTe felicito por tu micro.
Un saludo
Tu micro, Nicolás, me hace pensar en todos esos casos de acoso escolar, en el que emplean mensajes ofensivos en la Red. Desde luego, la Palabra tiene un enorme poder. Díganselo a los publicistas o a los políticos... Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es. Es un hermoso relato. Pedir perdón es un acto de grandeza y el error debe ser educado. Mientras no se aplauda al picaro por su hostilidad, no pasa de un hecho más dentro del mundo de las relaciones humanas.
Eliminar¿Y a la acosadora le va a importar algo que la perdonen o no? Probablemente ya esté buscando a su próxima víctima.
ResponderEliminarNo seas tan dramático. Son niños, en este caso, adolescentes. El perdón es un acto de misericordia y me parece grandioso. Nadie nace sabiendo. Nuestro deber de adultos es educar en el compromiso ético de las generaciones que siguen.
EliminarA pesar de la cháchara sin sentido que nos invade, a la que ya ni hacemos caso, unas palabras administradas con intención maliciosa y cortante pueden ejercer un gran poder, con las peores consecuencias. También, por fortuna, es posible usarlas con nobleza. Ese "te perdono" de la víctima, ha provocado arrepentimiento en el agresor, lo demuestra, lástima que llegue tarde.
ResponderEliminarUn saludo, Nicolás
El tema del acoso escolar es muy duro y, desde mi punto de vista, poco o casi nada se hace para frenarlo.
ResponderEliminarEsos perdones suelen llegar siempre tarde y cuando el daño es irreparable.
Buen micro Nicolás.
Besos.
Malu.
Nicolás, el acoso escolar está causando muchas víctimas. En este caso, la acosadora se arrepiente del daño causado al leer la nota de perdón de su víctima. Lástima que llega demasiado tarde.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos