El sueño de Narciso
Frente al espejo, empezó con las uñas, manos, brazos y piernas y, con un gesto intrépido, viró la dentadura y siguió con el estómago y el corazón, disfrutó de la tierna mousse de hígado y pulmones, del gelatinoso intestino y del sabor dulzón del sexo.
Solo encontraron sus dientes perfectos.
Solo encontraron sus dientes perfectos.
Este Narciso se quiere tanto que desea, aunque sea en sueños, comerse a sí mismo.
ResponderEliminarDescribes muy bien ese proceso de auto-canibalismo.
Me encanta tu frase final.
Buen relato Cripín, un abrazo.
Gracias, Javier. El final cierra el proceso de exaltación del ego.
EliminarSuper-contorsionista, además de caníbal. Desde luego, a nadie se nos hubiera ocurrido una cosa como esta. Tu imaginación es descomunal. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo, Crispím.
Gracias Olga. Me encanta tu comentario.
EliminarTu Narciso es el retrato perfecto del individuo de la sociedad de hoy. Autocomplacenciente y egoísta, se autofagocita en virtud de su yo dominante. Todo comienza y termina en uno mismo. Es un culto al propio yo que si solo consumiera al individuo, sería tolerable. Allá cada cual con sus inspiraciones. Pero la obsesión individualista no acaba en devorarse y saborearse a sí nismo, sino que devora insaciable todo lo que encuentra a su paso, recursos naturales, espacios colectivos, reservas verdes, aguas limpias, mares... todo lo que esté al alcance de su ego es fagocitable.
ResponderEliminarEste Narciso moderno es una termita destructiva e implacable que se extiende por todos los continentes bendecida por el proyecto global de un humanismo deshumanizado.
Como relato, me parece magnífico y original tu ejercicio de prestidigitación caníbal.
Saludos, Crispín.
Has convertido mi visión individualista de Narciso en una imagen apocalíptica de la sociedad hedonista actual. Una lectura impactante que te agradezco.
EliminarTanto se amaba y sólo a sí mismo, que llegó al extremo, aunque fuese en un sueño. No es difícil encontrar individuos que, si fuera posible, cumplirían punto por punto la acción de tu protagonista. En el lado opuesto existen personas sin autoestima. Podemos llegar a ser así de extraños, extremistas y complejos.
ResponderEliminarUn saludo
Esas personas sin autoestima se suelen ser lss que alimentan el ego de tantos Narcisos.
EliminarEl Ego, por encima de lo racional. Texto del absurdo que provoca la reflexión real. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
El ego sin control lleva a lo irracional. Gracias por tu comentario.
EliminarEstupendo relato que, como dicen algunos, puede herir sensibilidades con tanto destripe y tanta sangre perfectamente reabsorbida por esos dientes inmaculados. ¿De qué le servirán ahora? Enhorabuena y suerte, Crispín. Un saludo.
ResponderEliminarLa impotencia de no poder terminar su obra, su exaltación del narcisismo, lo lleva a la incongruencia de dejar ese recuerdo bello pero inútil.
EliminarAntropofagia llevaba al límite. Es como el mito de la serpiente que se devora a sí misma; en segundas lecturas podemos observar un ego tan inflado que anula a su portador. Buen micro.
ResponderEliminarUn saludo, Crispín.
Gracias Manoli. Las serpientes, personas incluso la sociedad, pueden ser antropófagas.
EliminarCrispin, para los narcisistas debe de ser un sueño tu micro. Muy bien contado.
ResponderEliminarBesos
Puede que alguno lo haya leído y lo esté intentando. No me sentiría culpable.
Eliminar¡Vaya! Narciso devorando a quien más quiere. Es como si a Isabel Báthory se le hiciera la boca agua cuando se miraba en el espejo. Curioso micro.
ResponderEliminarSaludos
Quizás a la Condesa Sangrienta solo le faltó mirsrse al espejo para alcanzar la gelleza que tanto buscó.
EliminarAutoantropofagia y sin droga Caníbal. Eso sí que es autoadulacion de la buena...
ResponderEliminarUn micro muy original Crispin.
Un saludo
La adulación y especialmente la autoadulacuión puede ser una droga muy potente.
EliminarGracias por tu comentario.
Yo iba a decir que ahora entiendo la expresión "estás para comerte", pero no me atrevo.
ResponderEliminarEs atrayente y repulsivo a partes iguales, y con esas texturas al final consigues un efecto mucho más intenso que me impide despegarme de tus palabras.
Me gusta.
Un saludo, Crispín
Así es Argarita. Afortunadamente la expresión "estar para comerte" es solo una manera de hablar, aunque tmpoco se pueden dar ideas
EliminarBuena alegoría de lo autodestructivo que puede llegar a ser el ego. Muy bueno ese 'viraje de la dentadura' que dinamiza el desarrollo de la historia.
ResponderEliminarMuy chulo, Crispín. Enhorabuena.
Un saludo.
Gracias Antonio. El poder autodestructivo del ego incontrolado se representa muy bien en este relato. Me gusta tu interpretación.
EliminarNarciso, Ego, Vanitas, vanitatis. Da igual, Algo que todos tenemos y expresamos de mil formas. La tuya me ha parecido buenísima.
ResponderEliminarSuerte y saludos
Gracias María Jesús. Es un tema recurrente, pero, como bien dices, inherente al ser humano y a los relatos.
EliminarEl ego que todo lo fagocita está muy extendido. Lo interesante es el modo tan original de contarlo, sobre todo el contorsionismo de los dientes para alcanzar sus amados órganos.
ResponderEliminarMuy imaginativo, Crispín. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
Cuando se tiene un ego disparado (y disparatado), se sipera cualquier reto.
EliminarOriginal a más no poder... Sorprendente y muy imaginativo.
ResponderEliminarHas retratado al ego de la mejor forma posible, enhorabuena Crispín, un beso.
Malu.
Gracias, esa era mi intención, sorprender con la imagen de un Narciso autodestructivo como colofón de se delirio.
EliminarMuy imaginativo. La imagen del viraje de los dientes es muy impactante. Me ha gustado mucho, Crispín. Saludos
ResponderEliminarGracias por tu comentario. La imagen del viraje, como dices, es impactsnte, prro mejor no intentarlo.
EliminarTu Narciso no se conforma solo con contemplar su imagen y, puesto que no tiene agua en la que ahogarse, el reflejo aún más perfecto del espejo le lleva a devorarse. Has creado una imagen muy buena, Crispín. Felicidades y un saludo.
ResponderEliminarGracias Matrioska. Narciso lleva al extremo su obsesión y se transforma en víctima y verdugo de su belleza. Un abrazo.
EliminarVaya, Crispín. Un micro muy poderoso tanto por el tema que tratas en él como por el modo en que lo haces. Nos dejas fuertes sensaciones y truculentas imágenes dentro de un imposible argumento que sin embargo acaba tragicómicamente resuelto con esa monda y lironda dentadura final. Me asombra ver el partido que se le puede sacar a estas cincuenta palabras.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo
Gracias, Enrique. Cincuenta palabeas dan mucho de sí, aunque no siempre es fácil enumerar tus pensamientos.
EliminarUn abrazo.
El relato es perfecto y redondo, desde el título al desarrollo y desenlace. Nada sobra.
ResponderEliminarMis felicitaciones.