En tierra extraña
Su nieto pone el aparato de música cerca de su oído, se escucha "Ojos verdes", solo entonces los suyos brillan al compás de sus manos.
Sus recuerdos son en blanco y negro envueltos en dulces palabras: "Tú eres mi moreno, te quiero, bésame".
Su memoria está perdida en tierra extraña.
Sus recuerdos son en blanco y negro envueltos en dulces palabras: "Tú eres mi moreno, te quiero, bésame".
Su memoria está perdida en tierra extraña.
Te agradezco, Javier que me hayas hecho recordar, volviendo a escucharlas en youtube, esas maravillosas canciones que formaron parte de la vida de nuestros abuelos. Creo que, en pleno siglo XXI, alguien con un mínimo de sensibilidad aún puede emocionarse con la letra de "en tierra extraña". No sé si soy muy sensible, pero, poniéndome en la piel de aquellos emigrantes y sus circunstancias, sí que me ha emocionado un poco. Enhorabuena y suerte. Saludos.
ResponderEliminarHola Jesús, gracias por tu comentario.
EliminarSi mi 50 palabras te ha hecho recordar y emocionarte ya me siento realizado este mes al escribirlo. Realmente son canciones difíciles de olvidar y que siempre gusta escuchar.
Me gusta la interpretación que haces, y he jugado con las dos canciones, para eso ahondar en el recuerdo.
Pero en este caso la protagonista es una enferma de Alzheimer y gracias a la música logra recordar y volver a sentir.
Gracias y un abrazo Jesús.
Jesús me hubiera gustado conocerte, espero que en la próxima quedada puedas venir desde tu bella Galicia.
EliminarUn abrazo.
Igualmente te digo y muchas gracias, Javier. Un saludo.
EliminarQué bello tu relato, Javier. Un gesto de amor en el que la música vale más que cualquier otra palabra, son estos gestos los que en verdad pueden hacer resucitar la memoria, porque son nuestro patrimonio. Enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Manoli por tu comentario y valoración.
EliminarMi protagonista, que tengo que decir que es real, gracias a la música puede recordar y sentir,ya que por su enfermedad su memoria está en tierra extraña, y los recuerdos que le hacen vivir son los más antiguos, los que nosotros vemos en blanco y negro.
Gracias y un abrazo Manoli.
Tierra extraña la del olvido. Juegas maravillosamente con el doble sentido de la expresión, de una parte para atravesar el tiempo y recuperar con exquisita sensibilidad una época a través de las canciones que marcaron la emocionalidad de una sufrida generación, la de nuestros abuelos; de otra, para denominar un nuevo continente desolador en el capítulo de la humanidad, el territorio de la sinmemoria, que con el paso de los años convierte los recuerdos en un desierto de olvido.
ResponderEliminarAfortunada expresión para cerrar un micro que sobresale por la ternura que derrocha, por el tacto especial que sabes poner en tus relatos para dar cabida a los sentimientos y emociones de los más frágiles, de los olvidados.
Sentido y emotivo. Abrazos, Javier.
Manuel gracias por tu precioso comentario y valoración.
EliminarMi protagonista recuerda a través de las canciones del pasado, que es donde su enfermedad ha puesto su memoria, y esa música es la que la emociona y le hace sentir.
Son las canciones de su vida, cuando no necesitaba recordar para vivir.
Gracias y un fuerte abrazo Manuel, espero que en la próxima quedada puedas ir y nos podamos conocer.
Javier, cuando los mayores pierden la memoria a causa del Alzheimer, la música como si de magia se tratara, les hace recordar y sentir la emoción tanto tiempo olvidada.
ResponderEliminarCon tu maravilloso micro, lleno de matices y de una gran sensibilidad, he podido ver como brillan sus ojos al compás de sus manos y esas palabras llenas de amor que le traen a la realidad au que sea por un momento, lo que dura su canción,
Gracias por este regalo que nos has dejado. Enhorabuena por llenarnos de emoción.
Un aplauso con los ojos llenos de lágrimas y muchos besos apretados.
Pilar gracias por tu comentario y valoración, y empezaré por el final, tú me has emocionado con tu comentario y sobre todo por esa última frase.
EliminarTú sabes que este 50palabras lo vivimos muchos sábados, y que cuando lo contemplamos nos emocionamos al ver a esa mujer como vibra y siente cuando su nieto le pone la música. Desde el primer día te dije que esa protagonista merecía un 50 y aquí está, lleno de emoción y escrito con el corazón, porque además hay otra protagonista, que llena nuestro corazón y que tiene su frase en este relato, y que cuando la dice me hace vivir.
Este relato esta dedicado a las personas cuya memoria somos nosotros.
Si este relato logra emocionar y hacer sentir a quien lo lea ya soy feliz.
Muchísimas gracias y muchos besos.
Emotivo relato el que nos regalas este mes, Javier. Esa doble tierra extraña, la del emigrante y la de quien sufre la enfermedad del olvido, penetra en el corazón con las canciones de toda una generación. A mí me ha hecho recordar a las mujeres de mi infancia, abuela, madre,tías, entregadas al trabajo doméstico entonando las canciones de nuestra paisana, Conchita Piquer.
ResponderEliminarBello micro dedicado a quien, sin duda, se merece todo el afecto de los suyos.
Fue un placer compartir con Pilar y contigo la escapada cincuentista a Madrid. Besos.
Carmen muchas gracias por tu comentario y tu valoración.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, y sí esa tierra extraña evoca a aquel que está fuera de la suya y también a aquellos que por su enfermedad han olvidado donde están y solo la música les trae el recuerdo y les hace sentir y vivir.
Para nosotros también fue un placer compartir contigo el fin de semana de 50 palabras y saber que nuestra amistad necesitará muchísimos 50 palabras para ser contada y que intentaremos llenarla de momentos tan buenos y felices oomo los de este fin de semana.
Muchos besos Carmen.
La música es una llave al pasado, más aún cuando éste se ha oscurecido y sólo quedan sensaciones. Si la memoria se pierde, te conviertes en un forastero del presente, pero, por suerte, el cariño y la música carecen de tiempo.
ResponderEliminarEntrañable relato que deja un un poso agriduce.
Javier, nos encantó conoceros y compartir la tarde y la noche del sábado con vosotros. Fue un gustazo. Espero que podamos repetirlo.
Un fuerte abrazo.
Antonio gracias por tu comentario y valoración.
EliminarPara mi protagonista la música es la que le hace sentir y recuperar parte de la memoria perdida.
Antonio a mi también me encanto conoceros y compartir unas horas llenas de amistad. Y seguro que se repetirá, además sabiendo ahora lo cerca que estamos.
Un fuerte abrazo.
Genial, Javier.
ResponderEliminarTodo el relato rezuma sensibilidad, nostalgia y amor, para alguien que está presente, aunque parezca que ausente.
Me has emocionado.
Un abrazo fuerte.
María Jesús, muchas gracias por tu comentario.
EliminarSi he logrado emocionarte me siento recompensado.
siempre que uno escribe uno busca llegar al lector y provocar emociones, y por suerte creo que lo he logrado con este relato.
Decirte que está escrito con el corazón.
Besos.
Algún rescoldo queda en esa memoria que parece extinta, Javier. La música, el cine y las palabras de cariño pueden volver a encenderla aunque sea un momento.
ResponderEliminarMuy bonito y emotivo.
Un abrazo, si es posible también, para quien te ha inspirado el relato.
Vicente
Vicente muchas gracias por tu comentario.
EliminarTe por seguro que el próximo sábado la protagonista del relato recibirá tu abrazo y te puedo asegurar que su respuesta será una sonrisa.
Un abrazo.
El Alzheimer es así. La confusión pueden hacerle olvidarse incluso de sí mismo. Cuando un recuerdo parece haber desaparecido, en realidad sigue ahí. La cuestión es cómo recuperarlo. Pero parece que el nieto sabe hacerlo de maravilla. En este caso mediante la música.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Javier. Un abrazo.
Olga muchas gracias por tu comentario.
EliminarComo tu dices la única manera de hacerle recordar es mediante la música, que le hace despertar recuerdos que permanecían dormidos.
Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo.
Hay tantas personas que se sienten en tierras extrañas...
ResponderEliminar¡Qué bonito lo has contado Javier! Tuve la ocasión de hablan con Pilar el sábado, mientras íbamos a cenar y justamente pasamos por un centro de Alzheimer. Terrible enfermedad que viví también muy de cerca...
Enhorabuena, es un micro bellísimo y escrito de corazón.
Me encantó conocerte el sábado, espero que podamos repetir en las siguientes.
Beso grande.
Malu.
Malu muchas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarSi tu has vivido esta enfermedad de cerca poco te tengo que contar. Como has dicho este relato está escrito con el corazón, y dedicado para aquellas personas para las cuales su memoria somos nosotros.
A mí también me encantó conocerte y seguro que repetimos.
Un beso enorme.
La tierra extraña del olvido… Un buen microrrelato, pero muy triste, Javier.
ResponderEliminarSaludos
Plácido muchas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarUn abrazo.
Me da que esa tierra extraña va más allá de donde uno habita físicamente y que tu protagonista se ha ido a otro lugar que no alcanzamos a ocupar, excepto por esas canciones del recuerdo.
ResponderEliminarSe siente, enhorabuena.
Javier gracias por tu comentario.
EliminarEsa tierra extraña es el lugar a donde la enfermedad del Alzheimer les lleva al olvidar los recuerdos y no saber ni quienes son.
Mi protagonista mediante la música logra sentir y recobrar bellos recuerdos.
Un abrazo.
Dicen que cuando la memoria falla los últimos recuerdos en olvidarse son los primeros que se tuvieron, si ademas están unidos a la música, aún habrán penetrado más dentro y serán más difíciles de borrar. Un relato con mucho de emotivo, con esa relación entre dos generaciones; el nieto, en lugar de estar pegado a una pantalla, ayuda a la abuela a permanecer en este mundo, a no perderse del todo en esa tierra extraña e implacable que es el olvido. Aparte, también incluye un reconocimiento a la música de una época, que ahora, acostumbrados al consumo actual y rápido, hemos dejado injustamente relegada.
ResponderEliminarUn relato muy completo, Javier, como este abrazo que te mando
Angel muchísimas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarTienes razón la música es el medio que tiene mi protagonista para recordar y por unos momentos sentir.
Angel aunque ya te lo he dicho fue un placer conocerte y seguro que nos volveremos a ver, ya que nos queda mucho que comentar.
Un abrazo enorme.
Si la vida es como una lumbre que poco a poco se va apagando -eso en el mejor de los casos, porque, a veces, es un hachazo brutal que cae sobre el ser indefenso que somos-, también puede ocurrir que en esos años de rescoldos, un soplo de viento nos haga revivir pasadas experiencias, nos traiga algún hálito pretérito impregnado con algunos de nuestros más bellos recuerdos, y nada mejor que la música para provocar esa magia cuando todo parece dirigirse ya hacia el despeñadero del olvido y de la muerte.
ResponderEliminarHay en tu microcuento varios niveles, por un lado, toda una época en blanco y negro representada, principalmente, por esas canciones –por otro lado tan hermosas- que sirvieron a esas generaciones para grabar a fuego en sus corazones sus mejores sentimientos. Por otro lado, está la tierna y emotiva relación del nieto y el abuelo, la vida que comienza y experimenta sus primeros dolores y alegrías, y la vida que se extingue en dolorosas circunstancias.
Además, están las propias canciones que citas, de forma directa o indirecta, está esa terrible enfermedad de la que, por parafrasear a García Lorca cuando hablaba de su homosexualidad, no me atrevo a decir su nombre, y por lo que parece, también haces un homenaje a personas reales y a hechos vividos y sentidos que te son caros.
Así que la emotividad desborda por esas cincuenta palabras, pues todos los temas que tocas y esbozas lo son, y mucho, y nos hablan a cada cual de sus propias experiencias.
Por tanto, Javier, tu tierra extraña me ha sido muy familiar y tus cincuentas palabras me han emocionado. Enhorabuena y un abrazo.
Enrique muchas gracias por tu completo comentario y valoración.
EliminarPoco puedo añadir, loa has dicho todo tan bien, has hecho una completa interpretación de mi relato y has visto todo lo que yo quería expresar.
Solo diré que si he logrado emocionarte ya me siento recompensado.
Hubiera sido un placer conocerte el sábado, espero que en una próxima ocasión.
Un abrazo.
Javier, te leo y me viene a la mente el temido Alzheimer, y su terrible olvido.., el que nos pierde la memoria en tierra extraña.
ResponderEliminarMe quedo tarareando esos ojos verdes, como la albahaca..., con el recuerdo de cuando era pequeña y la oía en el transistor de mis abuelos.
Gracias por tan lindo relato, Javier.
Ana muchas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarTienes razón, como he dicho el Alzheimer afecta a mi protagonista y la música es la forma de sentir y volver a recordar.
Al igual que a ti esas canciones también me recuerda a mi niñez.
Fue un placer conocerte el sábado y muchas ganas de leer tu primer relato aquí en 50 palabras.
Un beso.
Tristeza, melancolía, nostalgia... hay tras tu bello microrrelato, Javier. Y si, como dices, habías pensado en un enfermo de Alzheimer, más emotivo resulta. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
María José gracias por tu comentario y valoración.
EliminarNo es que este pensado en un enfermo de Alzheimer, es que la protagonista esta enferma de Alzheimer y es real, y cada vez que veo esta imagen me emociono, y desde el primer día pensé que merecía un 50 escrito con el corazón.
Besos.
Cruda realidad expresada con mucha ternura. Te felicito, Javier.
ResponderEliminarAlma muchas gracias por tu comentario.
EliminarBesos.
Una enfermedad que afecta cada vez a gente más joven. Bien por ese nieto que sabe cómo recuperar un recuerdo en la mente de su abuelo, para que pueda, aunque sea momentáneamente, abandonar esa "tierra extraña". Muy entrañable y emotivo, Javier. Felicidades y un abrazo.
ResponderEliminarJuana muchas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarExactamente la música le hace abandonar esa tierra extraña del "olvido".
Un abrazo.
Me gusta el contraste que dibujas con esos ojos verdes y los recuerdos en blanco y negro. Notas musicales que caen del pentagrama y brotan en tierra extraña para llenar el vacío.
ResponderEliminarSe nota que lo has escrito con el corazón.
Un beso, Javier.
Margarita muchas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarTienes toda la razón, está escrito con el corazón.
Y es verdad, buscaba ese contraste de colores.
En la quedada se te echo mucho de menos.
Besos.
Qué bien contado de principio a fin Javier. Me encantó. Me ha traído recuerdos bonitos y tristes a la vez. Enhorabuena amigo. Besitos
ResponderEliminarCarmen muchas gracias por tu comentario.
EliminarMe alegra que te haya gustado, y que te haya traído esos recuerdos.
Te puedo decir que está escrito con el corazón.
Besos.
Qué delicado y cuánta ternura despierta ese gesto con el que el nieto recupera por unos momentos el brillo en los ojos y la memoria de su abuelo. Me ha gustado y emocionado mucho tu micro, Javier. Fue todo un placer conocerte, a ver si para la próxima ocasión podemos charlar un poquito más. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarMatrioska muchas gracias por tu comentario y valoración.
EliminarComo he dicho en otros comentarios si he logrado emocionarte ya me siento por satisfecho con este relato.
Para mí también fue un placer conocerte, en la próxima seguro que podemos hablar más.
Besos.
Precioso, Javier.
ResponderEliminarSalvador muchas gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Me ha emocionado y espantado a partes iguales tu historia. No he querido leer los comentarios anteriores, porque intuyo que me voy a repetir, y si lo hago, me arrepentiré de decir nada, por lo que, los obvio, no por interesantes ni geniales como no puede ser menos de esta familia de 50 palabras (otro rato lo haré) sino porque ... bueno, ¡que eres grande Javier!. Me has recordado a cuando el abuelo le ponía en el tocadiscos un tango de Gardel a mi yaya, y ella, que ya empezaba a estar en una tierra extraña parecida a la que tú describes, le mandaba a un sitio lejano y maloliente porque ya no sabía lo que hacía y el proceder de su marido, con cara pero sin nombre, le parecía una sandez. Por eso digo lo de miedo, terror a no recordar alguna vez aquella tarde remota en que mi madre me llevó a conocer la nieve. Disfruto con la lectura de tus micros. Un abrazo.
ResponderEliminarCristina muchísimas gracias por tu comentario y valoración, y te digo que la que me ha emocionado has aido tú con tus palabras. Como he dicho en otros comentarios si he logrado emocionarte ya soy feliz, ya que pienso que cuando uno escribe busca eso, emocionar al lector y hacerle sentir.
EliminarSolo te dire que este relato está escrito con el corazón y dedicado para aquellas personas para los cuales su memoria somos nosotros.
Besos y muchas gracias de nuevo Cristina.
La música, al igual que los olores, las imágenes y otros estímulos similares, tiene la facultad de abrir atajos en la memoria, así como la de intensificar la huella de muchos recuerdos. Bajo esa premisa nos recreas una entrañable situación en la que ese dulce vínculo entre nieto y abuela juega un papel importante, pero sobre todo las canciones, que nos llevan con sus notas a acompañar al personaje en un conmovedor viaje en el tiempo. Me ha gustado mucho, además del relato, ese maravilloso concepto, " en tierra extraña", que en este caso no solo hace referencia a aquel pasodoble, sino también a la situación mental de la anciana.
ResponderEliminarEnhorabuena, Javier. A ver si es verdad que volvemos a vernos pronto. Fue todo un placer conocerte.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias Enrique por tu comentario y valoración.
EliminarHas acertado plenamente Enrique, con "en tierra extraña" a la vez que hacía referencia a una canción que le hace recordar a mi protagonista, con esas palabras me refería a ese lugar donde se encuetra la memoria de las personas afectadas por el Alzheimer, ya que su memoria esta perdida y ellos no saben donde se encuentran verdaderamente.
Para mi también fue un placer conocerte, y ahora sabiendo que estamos más cerca espero que nos veamos pronto.
Un abrazo enorme.
Que bonito relato Javier, me ha gustado bastante. Ciertamente el olvido es una tierra extraña y desconocida a la que todos iremos un día.
ResponderEliminarDale mis felicitaciones a tu nieto que amablemente te pone la música de tu época en tu oído... Qué? que Javier no es tan viejito? ehmmm creo que metí las patas de nuevo. Me voy...