La lentitud de Pandora
Sintió escalofríos ante la presencia del último monstruo, era viscoso, carecía de alma y apestaba a sangre y a pólvora. Su cuerpo estaba formado por las vísceras de miles de hombres. Si salía, asolaría países enteros, arrastrándolos en luchas fratricidas. Al verlo cerró la caja, pero él fue más rápido.
Pienso que ese monstruo que se escapó de la caja de Pandora por su lentitud, anda suelto, ya que la cantidad de calamidades y guerras que hay en el mundo no pueden tener otra explicación.
ResponderEliminarDescribes de tal forma con tus letras ese monstruo que nos lo podemos claramente imaginar.
Un abrazo.
Tu relato me pareció muy similar a un juego que salió este año, su nombre es Inside, aunque solo sea un juego tiene mucho de poético y es parecido el concepto de cataclismo. Saludos
ResponderEliminarEsperemos que Donald Trump ande más rápido que Pandora cuando tenga que lidiar con su propia y, por extensión, nuestra caja de los truenos. Dejando las bromas, muy bueno, Encarna. Suerte y saludos.
ResponderEliminarEs de temer que actualmente haya muchos monstruos como ese y peores fuera de la caja, bajo muy distintas formas. Algunos engañan, pues hasta llevan corbata y son, indudablemente, los peores. Volver a introducirlos dentro va a requerir algo más que rapidez. Se puede interpretar como la escasa reacción de nuestro tiempo ante los problemas, como el cambio climático y tantos otros.
ResponderEliminarUn saludo, Encarna
Ese monstruo lo miramos en las noticias todos los días, Encarna.
ResponderEliminarOjalá y alguien pudiera exterminarlo.
Muy bueno.
Saludos.
Encarna, me parece que el monstruo se ha reproducido y habitan sus descendientes por todo el mundo. ¡Lástima la lentitud de Pandora!
ResponderEliminarMuy buena la descripción del monstruo.
Besos
Es que una vez que se abre la caja de Pandora, ya no hay marcha atrás.
ResponderEliminarMuy buena descripción.
Besos.
Malu.
¡Pues vaya! Ahora vamos a necesitar el baúl de la Piquer para guardarlo de nuevo. Aunque antes habrá que echarle el guante.
ResponderEliminarCoincido con Pilar y Malu en la buena descripción que haces del monstruo.
Un saludo, Encarna
Decía Gracián que lo último que salió de la caja de Pandora fue la pereza, pero ya veo que se equivocaba.
ResponderEliminarInquietante
¿Pero a quien demonios se le ocurrió darle una caja tan peligrosa a alguien que se llama Pandora, que ya recuerda en su nombre al oso panda, con lo lento que es el animal aunque sea muy simpático? De aquellos polvos vienen estos lodos...
ResponderEliminarY coincido con Pilar, Malu y Margarita en que quien siente verdaderos escalofríos es el lector que se detiene a analizar la descripción perfecta que haces del "bicho" que anda suelto. ¡Mejor no encontrárselo!
Enhorabuena por este descriptivo y terrorífico cincuenta.
Un saludo muy afectuoso.
Gracias por vuestros comentarios.Y fue Zeus el que diò la caja a Pandora y según la mitología griega, fue la curiosidad la que la hizo abrirla y todos los males se extendieron por el mundo. Ahora tendría que hacer la descripción de un nuevo monstruo, como un ser de naranja y pelo amarillo....
ResponderEliminarMonstruos temibles hay y habrá, desgraciadamente. Tendríamos que unir nuestras fuerzas para evitar que salgan de la caja pero, si se escapan, mayor fuerza deberíamos hacer para encerrar al monstruo de por vida. Felicidades, Encarna.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pandora es lenta a propósito porque quiso contemplar a un monstruo de cuya liberación le iban a culpar, pero que ella no había creado. Para ser carcelero hay que ser más insensible. Escena de dos segundos en cincuenta palabras. Un saludo Encarna.
ResponderEliminarLa caja de Pandora debía de ser algo así como el Arca de Noé, lo digo por la cantidad de cosas que contenía, pero del monstruo que nos hablas en tu microcuento no mencionan nada los mitos, quizá porque lo hagan de forma simbólica.
ResponderEliminarDesde luego, si uno se decide a ponerle cara, la primera que se le viene a la mente es la de la guerra, la cual parece que no ha cesado desde que el primer mono le arreó un golpetazo con un hueso a un congénere, tal y como imaginó Kubrick en su película 2001: Una odisea del espacio.
Y ahí estamos, armados hasta los dientes que se dice, con una capacidad de destrucción, debido a las armas atómicas, como para hacer fosfatina nuestro planeta no sé cuántas veces.
Así que sólo cabe lamentarse por la lentitud de Pandora, aunque no sé si sería lentitud o, por el contrario, fue que el monstruo en cuestión era un as de la velocidad.
Enhorabuena por tu microcuento, Encarna. Saludos afectuosos.