(La voz de) los silenciados
Toda la atención se centraba en ella. La muchacha se convertía en grito de millones de personas. Ella, abrumada, intentó formular palabra. Pero nada. De su boca no socorría más que un sollozo.
Se miró los zapatos y suspiró: se había atado los zapatos de escapar con sus cuerdas vocales.
Se miró los zapatos y suspiró: se había atado los zapatos de escapar con sus cuerdas vocales.
Lenin proponía votar con los pies; supongo que a la protagonista de este angustioso micro no le queda otra que hablar con los pies.
ResponderEliminarSaludos, Saioa
Y así, ante su silencio, siguieron los poderosos arrasando a los mudos
ResponderEliminarUna situación tremenda, sin duda, sobre todo por su simbolismo. Aquello de una imagen vale más que mil palabras en ese caso se cumple a la perfección.
ResponderEliminarUn saludo, Saioa
Tremenda imagen la que nos dejas, Saioa.
ResponderEliminarEl micro me parece brutal, angustia y hace pensar mucho, llevo ya unos minutos con el "run-run" sin saber muy bien qué decirte, así que voy a optar por felicitarte porque me ha impresionado muchísimo.
Besos.
Malu.
Quien debia ser la voz de los silenciados, por alguna causa ha perdido esa capacidad de dar respuesta a la opresión, incluso se ve obligada a huir antes que seguir hablando, protestando.
ResponderEliminarBuen relato, un abrazo.
Estás dispuesta con tu relato a poner los puntos sobre las aes y redondear íes y úes. Peor es para un títere andar sin voz que perder la cabeza; mucho peor tener trabados los pies de escapar y, peor de lo peor, estar ante la multitud y tener pisada la lengua con el envés del pisapapeles del silencio.
ResponderEliminarPero tener amarrados los zapatos de escapar con las cuerdas vocales, es una imagen de una frescura irreverente que cautiva y vale más que cincuenta, más que un ciento, más que mil palabras.
Me desatas, Saioa. Un abrazo.
Saioa, me has dejado impresionada con tu micro. Transmites muy bien lo que quieres contar y con la dureza que requiere el tema. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha gustado mucho tu relato. Desde el título a la frase final. Eso de atar los zapatos de escapar con las cuerdas vocales, me ha dejado impresionada para bien.
ResponderEliminarEnhorabuena. Un beso.
La que debía actuar de portavoz de sus expectantes congéneres no puede articular palabra. Terrible pero muy hermoso tu relato, Saioa. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarRelato duro y hermoso, cargado de simbolismo.
ResponderEliminarNos has dejado a todos mudos tras leer la magnífica imagen final.
Felicidades, Saioa. Un abrazo.