Prueba de amor (I)
Cegada por los celos, Amelia me vigilaba día y noche. Con todo, logré hacer algunas escapadas al cobijo de la luna nueva. Un día, como prueba de amor, envueltos en papel de fiesta, le envié los ojos de mis amantes. Desde entonces, no ha vuelto a molestar... ni a verme.
Caray, Andrés. No me extraña que no te haya vuelto a molestar. Eso de estar cegado por los celos a algunos les suena muy romántico y poético, pero lo de quedarse ciego con todas sus consecuencias ya es otro cantar. Muy bueno. Saludos y suerte.
ResponderEliminarSiempre había pensado que el amor es ciego, y si no, se le tapa un ojo. Pero esto son palabras mayores, Andrés, y muy bien escritas.
ResponderEliminarUn saludo
Justo eso iba a decir yo, el amor es ciego, espero que esos ojos envueltos en papel de regalo iluminen a la protagonista "cegada de amor".
ResponderEliminarUn abrazo Andrés
Sé que me quiere y me ha demostrado que, pese a todo, me prefiere a mí. El pobrecillo cree que puede escapar, pero he hecho un collar con los ojos de sus amantes para atarlo corto.
ResponderEliminarComo dice Margarita, el amor es ciego, pero en este caso llevado a sus últimas consecuencias.
ResponderEliminarBuen relato Andrés, un abrazo.
Juegas con la literalidad de las palabras, Andrés, de una forma ingeniosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es mejor que no te demuestren lo que pueden hacer por amor. Al protagonista se le ha ido la mano. Cupido con los ojos vendados es un niño inocente y travieso. Esto es un juego que se torna horror.
ResponderEliminarMuy bien contado, Andrés. Un abrazo.
Tanto estar cegada por los celos, terminó ciega ella también, como una amante más. Muy bueno. Un beso
ResponderEliminarNo es de extrañar la reacción de Amelia, seguro que no volverán a cegarle los celos.
ResponderEliminarUn saludo
Final un poco sorprendente. ¿También le ha arrancado los ojos a Amelia? Bastante inquietante.
ResponderEliminarAndrés, tu protagonista al enviar su regalo, ha conseguido abrirle los ojos a Amelia. A mi me parece que más que una prueba de amor ha sido un aviso, como los que manda la mafia.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos
Bestial tu historia, encierra violencia a tope. Bien descrita, llega al lector.
ResponderEliminarSaludos y suerte
Guauuuuuuu. Madre mía qué bueno. Sin duda una prueba absolutamente convincente. Hay que tener siete ojos con los celos Jejeje. Besitos
ResponderEliminarPor fin, Amelia, verá la luz. Más le vale al menos. Gran micro, Andrés, Felicidades. Un saludo.
ResponderEliminarSi hay algo que ha dejado bien probado tu protagonista es que está para que lo encierren. Tampoco parece que fuera buen remedio para su ceguera por celos el que ella recibiera todos esos ojos, ;-).
ResponderEliminarBuen relato, Andrés, con toda la estructura necesaria para que así lo sea, según los ortodoxos.
Saludos
¡Ay Andrés, por un momento sentí un escalofrío imaginándome ese collar!
ResponderEliminarLa cegaron los celos, así de simple y de complejo y tú lo has contado divinamente, enhorabuena.
Besos.
Malu.