Regresivo
Comencé a sospechar que algo andaba mal cuando salimos de firmar el divorcio y nos encontramos celebrando nuestro aniversario.
Al poco tiempo nacía nuestro hijo, luego nos casábamos y después nos enamorábamos.
Antes de perderla para siempre, logré detener mi cronómetro, al que había dejado por error en conteo regresivo.
Al poco tiempo nacía nuestro hijo, luego nos casábamos y después nos enamorábamos.
Antes de perderla para siempre, logré detener mi cronómetro, al que había dejado por error en conteo regresivo.
Daniel nos has contado un historia de amor al revés por ese fallo del cronómetro, aunque en muchas ocasiones querríamos que el tiempo fuese así regresivo.
ResponderEliminarBuen relato Daniel, me ha gustado.
Un abrazo.
Hábilmente mostrada esa regresión en tu relato, Daniel. Enhorabuena y suerte. Un saludo.
ResponderEliminarDaniel, tu relato aunque el tiempo va hacia atrás, no es nada extraño. Actualmente el orden de hacer las cosas en las parejas ha cambiado, incluso el de enamorarse y ser padres. Tal vez, es que el se vive demasiado deprisa en todo, hasta en el amor.
ResponderEliminarBuena forma de contarlo, regresiva como el tiempo en el cronómetro.
Besos
¡Anduviste rápido, Daniel, con tu cronómetro de cuenta atrás! Un despiste y el amor de tu vida hubiera desaparecido. O mejor dicho, no encontrado.
ResponderEliminarImaginativo a más no poder este cincuenta, muy bien hilvanado para contar un amor con marcha atrás pero afortunadamente con freno.
¡Enhorabuena!
Un abrazo.
¡Magnífico! Llevo un rato pensando en los momentos a los que volvería si tuviera ese reloj... Muy buen relato, enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarSi poseyéramos ese mágico cronómetro, tal vez las relaciones serían muy distintas. Original micro, Daniel.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizá esa marcha atrás suponga una nueva oportunidad, después de haber aprendido de los errores, algo parecido a Bill Murray en "Atrapado en el tiempo". Quién tuviera esa posibilidad en algunas ocasiones.
ResponderEliminarUn abrazo, Daniel
Los físicos dicen que la flecha del tiempo no puede invertirse, los poetas no están tan seguros.
ResponderEliminarUn relato tan ocurrente como bien escrito, Daniel.
Un saludo afectuoso.
Este reloj "regresivo" ha hecho saltar mi alarma así que, antes de que sea tarde, quiero dejar constancia de lo que me gustan tus relatos y de que admiro tu capacidad para elevar el más nimio detalle a protagonista de una historia que, en la mayoría de los casos, me hace sonreír.
ResponderEliminarQue los sepas, Daniel, aunque no te lo diga.
Un cálido abrazo.
¡Cuántos quisiéramos poder dar marcha atrás y parar en el momento deseado!
ResponderEliminarEnhorabuena, Daniel, por una idea, que además de original, está perfectamente narrada. La última frase, perfecta, para enmarcar.
Besos.
Malu.
Yo habría dejado que el reloj siguiera corriendo hasta llegar a mi primer amor de infancia.
ResponderEliminarEnhorabuena por el micro, Daniel
Daniel, una linda historia de amor con final o principio "no feliz". Bueno, con felicidad no mantenida en el tiempo...
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un relato con un desarrollo que parece previsible pero que tiene un final brillante. ¡Quién pudiera ir marcha atrás!, aunque igual no me gustaría tanto como parece, por recuperar tiempo y volver de nuevo a contar, si. Un saludo Daniel.
ResponderEliminarAhora entiendo todo. Quiero decir que esa impresión de que el tiempo va demasiado rápido quizá no sea tal, sino que alguien lleva por ahí un reloj como el tuyo, pero en modo "FF". ¡Que alguien le avise, por favor!
ResponderEliminarSimpático y buen relato, Daniel, de esos que al ser leídos producen sensaciones.
Enhorabuena y un abrazo.