Tenacidad
Mis negativas eran rotundas, pero él cada noche volvía a tirar piedrecitas a mi ventana, declarando su intención de poseerme para siempre. Nunca he sido fácil de conquistar, pero sé que es más persistente que cualquier alma que habite en la tierra y que, al final, cederé a su deseo.
MªBelen, parece que tu protagonista tiene asumido que al final cederá, dada la tenacidad y persistencia de ese algo o alguien que no logró saber quien es, no sé si es la muerte, un sueño, o mirándolo por una vertiente más poética un amante.
ResponderEliminarBuen relato Mª Belen, besos.
A mi me pasa como a Javier, también dudo sobre si nos hablas de un representante de la muerte en la tierra , de un amante o de ese sueño al que pareces no querer abandonarte. De todas formas, tanta tenacidad muchos podríamos considerarlo acoso. Muy bueno, María Belén. Suerte y saludos.
ResponderEliminarBelén, qué gran relato nos presentas. El título es muy bueno y te predispone a la característica que va a protagonizar el relato. Después, con la frase: "sé que es más persistente que cualquier alma que habite en la tierra" nos dices, veladamente, que se trata de algo que no es terrenal, y ahí, como debe ser en los grandes microrrelatos, nos dejas la puerta abierta para que el lector haga sus conjeturas sobre la identidad de ese tenaz protagonista.Podría ser la muerte, el viento,la lluvia, un espíritu enamorado... y mil cosas más que hacen de tu micro una obra de arte azul.
ResponderEliminarMe encantó, mi querida Belén.
Un besazo.
Pablo.
Eso de ser más persistente que cualquier alma que habita en la tierra tiene mal presagio, pero yo voy a ser más "folclórica" y optimista y voy a pensar que este personaje que tira piedrecitas, esw un admirador enamorado de una dama que continuamente le da calabazas. Pero sabe que insistiendo al final lo conseguirá. Bien sabido es aquello de, "quien la sigue, la consigue".
ResponderEliminarUn beso enorme, bella Belén, felicidades por tu tenacidad y tus éxitos.
Malu.
Me había decantado por algo demoníaco, pero ese no tira piedrecitas, ese entra y lo coge. Después pensé que era solo un enamorado terrenal, acechando a su amor platónico. Ahora pienso que sea lo que sea, es posible que quizás se trate de un “alma errante”.
ResponderEliminarNos das que pensar. Tiene muchas lecturas, aunque solo sea la tuya la que valga. Muy bueno, Belen. Muchos besos.
A veces nada es lo que parece, y este enigmático y poético relato oculta algo que no acabo de identificar. No sé si pensar en la insistencia de la muerte o decidirme por algo mucho más amable y romántico. Lo seguiré leyendo hasta decidirme... o no. En cualquier caso, precioso, Maria Belén.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Mª Belén,
ResponderEliminarYo estoy con los que piensan que el origen de el pretendiente es sobrenatural. Ahora, queda por saber si es fantasma, vampiro o demonio. Pensándolo bien, podría ser incluso un alienígena. Je, je, bromeo.
De cualquier manera, has hecho volar nuestra imaginación. Enhorabuena por tu creatividad.
Un abrazo.
Yo nunca he sido muy tenaz. De hecho, la segunda vez que tiré piedrecitas a una ventana llamaron a la policía.
ResponderEliminarSaludos, Mª Belén
Delicioso doble juego entre lo sobrenatural y lo mundano, entre lo abstracto de la tentación y lo concreto del amor carnal.
ResponderEliminarA la tentación le gusta tirar piedrecitas, constantemente. Si quiere, siempre encontrará el resorte exacto para hacer saltar al deseo.
También los amantes pueden ser muy convincentes, prometiendo para siempres aunque ellos lo hacen con fecha de caducidad; hasta que el deseo deje de bombear entre las piernas.
Tu relato es una gran metáfora, Belén, llena de matices y segundas lecturas que lo engrandecen y multiplican.
Repito, una delicia. Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.
¡Qué bello, Belén!
ResponderEliminarEso me pasa a mí con tus historias, que me resisto, pero no hay tenacidad que aguante su poder de seducción.
Bravo, Dulce Mujer.
Un beso grande
Me voy ahora mismo a tirar piedras a tu ventana...
EliminarBelén, yo también apuesto porque se trata de una posesión sobrenatural a la que es imposible resitirse. Muy enigmático tu relato, dejando que vuele libre nuestra imaginación...
ResponderEliminarEnhorabuena, Belén. Un placer leerte y conocerte.
Besos apretados.
No voy a entrar en si hablamos de una persona o de algo más intangible (es que así no me equivoco), lo qué si puedo decir es que cuando alguien o algo llama a tu puerta con insistencia, sin ceder al desconsuelo, sin terminar de aceptar un 'no' por respuesta, demuestra tener verdadero interés, no ser un visitante pasajero, por lo que puede que merezca una oportunidad. La constancia, un concepto no demasiado frecuente en un mundo dominado por el consumo rápido, es hoy más virtud que nunca, es una virtud que siempre hay que considerar, de ahí que tu protagonista piense que terminará cediendo al asedio, aunque sea tranquilo, sólo con piedrecitas.
ResponderEliminarUn relato sensible, profundo y con muchas lecturas posibles.
Un abrazo grande, Belén
En verdad admite muchas lecturas, la del enamorado que no ceja, la de un ser fantástico, la de la muerte misma... Ya decía Oscar Wilde que la mejor manera de vencer la tentación es caer en ella.
ResponderEliminarUn gran micro, Belén. Besos.
Hay mucha sensualidad en tu relato, aunque también hay algo en él que nos advierte de que su naturaleza no es del todo carnal. Yo apuesto por que nos hablas del amor, que llamaría con perseverancia a la vida de alguien reacio a él, y que acabaría logrando su objetivo. De ser así, sería asombroso su parecido argumental con el relato también de noviembre de Patricia. Por lo demás, está escrito con la elegancia y el sentido poético que te caracteriza, excepcionales ambos, lo que implica entre otras cosas una sabía elección de cada palabra y la construcción de cada frase, por no hablar de esa dosis de ambigüedad nada fácil de lograr.
ResponderEliminarEnhorabuena y un fuerte abrazo, Belén.
Con lo dulce que eres tú, tendría que tender a pensar que se trate de un obstinado amante al que su pretendida se le resiste, pero prefiero esta vez pensar que se trata de algo más de ultratumba que terrenal. Incluso, para rizar el rizo, diría que podría tratarse de un suicida haciendo guiños a la señora de la guadaña. Vele, ya lo dejo, jajaja. Me encanta cuando un micro se puede exprimir buscándole distintos significados. Felicidades, María Belén. Un beso enorme.
ResponderEliminarCríptica historia la tuya, María Belén, por misteriosa, que nos deja abiertas muchas posibilidades de lectura (tantas como piedrecitas a esa ventana cerrada).
ResponderEliminarTras leer los comentarios precedentes, me uno a ese "folclore" del que nos habla Malu y me quedo, tal vez despistado, con algo tan terrenal como el deseo carnal, tantas veces no correspondido, de amar a alguien, sabiendo que si eres tenaz, obstinado, puedes terminar derribando los obstáculos que se interponen entre amante y persona amada. Porque ¿hay castillo que sus murallas resistan un ataque prolongado en el tiempo?
Enhorabuena por tu facilidad de escritura y enhorabuena por esta nueva muestra de prosa bellamente poética.
Hola Mª Belén, me gusta un relato que queda libre a la interpretación del que lo lee. Puede ser un amante, la muerte o bien un fantasma o demonio... Yo tomo la opción de posesión diabólica, que es más terrorífico.
ResponderEliminarUn gran beso, saludos.