Una mujer de palabra
En el anuncio buscaba marido, ofrecía tranquilidad y casita con vistas al mar.
Se presentó Cándido. Después de una cena romántica a la luz de las velas, lo estranguló con sus propios tirantes de seda. En la tapa de madera de pino colocó un póster de la playa de Benidorm.
Se presentó Cándido. Después de una cena romántica a la luz de las velas, lo estranguló con sus propios tirantes de seda. En la tapa de madera de pino colocó un póster de la playa de Benidorm.
Pepe de verdad una mujer de palabra, tranqulidad y vistas al mar.
ResponderEliminarBuen relato Pepe, este humor negro me encanta, o por lo menos a mi me ha hecho sonreir.
Un abrazo.
Gracias, Javier. En este tiempo que vivimos creo que el humor negro es muy necesario. Un abrazo.
EliminarPepe, sarcasmo rezuma por tu imaginativo micro. Me encanta la elección del nombre del hombre: Cándido (no podría ser otro, desde luego). Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María José. Me alegro que te guste el nombre que he elegido para el confiado que acude a la llamada de un anuncio tan sugerente. Un abrazo.
Eliminar¡Que no se diga que no cumplió su palabra! Tranquilidad, casita de madera y vistas al mar. Cualquiera se niega... jajaja.
ResponderEliminarNo había leído nada tuyo. ¿Eres Pepe Sanchís, el periodista?. Creo que tuvimos comunicación por email, te pasé unas fotos de una protesta frente al Museo del Prado. ¿Eras tú?
Un abrazo.
Encantado de que te guste. Pues no soy periodista, no. Aquí en Valencia somos muchos con el mismo nombre y apellido. Un abrazo.
ResponderEliminarDemasiado Cándido el protagonista, aunque la mujer realmente cumplió su palabra. ¡Enhorabuena por el micro, Pepe!
ResponderEliminarGracias Plácido. Imagina cuántos Cándidos habrán picado este Black Friday. Un abrazo.
EliminarPues menos mal que no era una mujer de bandera y prometía la patria entera porque ya imagino a la científica recogiendo trocitos por todo el país.
ResponderEliminarDivertida apuesta, Pepe.
Un saludo
Gracias Margarita. Creo que las mujeres sois de pocas promesas pero cumplidoras. Saludos.
EliminarSi este gracioso relato fuera al revés, y al hombre le hubiera respondido una Cándida, se te vendrían encima todos los colectivos contra la violencia de género.
ResponderEliminarNo entienden que la literatura nos permite liberarnos y exorcizar demonios (como diría un escritor peruano-español, que está de novio con la ex mujer de un cantante de baladas que fue jugador de fútbol, un señor que no sé y un exministro de economía, fallecido).
Lu, desde el primer momento tuve claro que sólo una mente femenina podía planificar y llevar a cabo esta historia; un hombre no hubiera hecho ninguna promesa y además la hubiera enterrado de cualquier manera. Así que !Viva el Vino y las Mujeres! (Lo del vino lo digo porque el marido que te falta es el Marqués de Griñón, famoso bodeguero que elabora muy buenos caldos)
EliminarUna mujer cumplidora, poco se le puede achacar en ese sentido, ni siquiera publicidad engañosa. Ella hizo un anuncio y lo llevó a término hasta sus últimas consecuencias, aunque fuese un poco a su manera, valiéndose de que las palabras, y ella sabe usarlas, tienen tanto poder que pueden presentar diferentes significados y todos ciertos.
ResponderEliminarY un aviso para navegantes: si esta psicópata produce sonrisas (y vaya si lo hace) es porque pensamos que cándidos siempre son los otros, que a nosotros no nos ocurriría algo así.
Un saludo, Pepe
Gracias Ángel por tu comentario. Tienes toda la razón, todos llevamos dentro un Cándido aunque nos cueste trabajo reconocerlo. Un abrazo.
EliminarCon el relato he empezado a sonreír y con los comentarios más... así que ¿qué te voy a decir? pues que con tu humor de siempre has conseguido que se desmenuce hasta llegar a límites de marquesados... ja, ja muy bueno Pepe.
ResponderEliminarGracias, Mª Luisa. Como la vida ya nos trae bastantes disgustos, en lo que escribo procuro abrir una ventana a la ironía. (Lo del Marqués de Griñón no podía dejarlo pasar, este hombre me ha procurado muy buenos ratos con sus vinos). Un abrazo.
EliminarPepe, hay que tener cuidado con los anuncios por palabras, que luego pueden ser ciertos a pies juntillas.
ResponderEliminarHas sabido jugar con las palabras y el nombre de Cándido. Buen relato con sentido eel humor.
Besos
Muchas gracias, Pilar, por tu comentario. Me alegro que te haya gustado. Un abrazo.
EliminarMucho cuidado con lo que se desea, puede cumplirse al pie de la letra. Cuando menos una hermosa vista de playa acompañará a este Cándido tan cándido.
ResponderEliminarMuy divertido, Pepe.
Un saludo afectuoso.
Gracias Vicente, creo que este cándido no tiene remedio. Un abrazo.
EliminarJuas, juas, pues no se anda con chiquitas esta mujer. Y el pobre Cándido, hace honor a su nombre.
ResponderEliminarOriginalidad y humor negro, combinación perfecta.
Besos.
Malu.
Muchas gracias por tu comentario, Malu. Un abrazo.
EliminarCon ese nombre el pobre no debió interesarse por la letra pequeña de las palabras de aquella mala aunque cumplidora mujer.
ResponderEliminarGran humor el de tu historia, Pepe, que nos deja un personaje, el femenino, de mucho cuidado.
Un abrazo. Y espero que hasta pronto.
Gracias Enrique. Por suerte no todas son iguales... hay de peores! En serio, un abrazo y hasta la vista.
EliminarCuando leí la primera frase, estuve tentado de informarme con más detalle del anuncio. Menos mal que, tras leer el párrafo que sigue, recordé que ya estoy casado...
ResponderEliminar¡Ja, ja, ja, ja! ¡Humor negro destilado! Enhorabuena, Pepe, por este espléndido relato.