Adiós, amigo Juan
Ramón prefirió volver paseando a casa tras el entierro. Primero pasó el cruceiro de las charlas sobre el tiempo, luego cruzó el puente de piedra del fútbol. La ermita de la economía precedió a la fuente de la política. Llegó a la puerta de la casa que ya no compartiría.
Manuel lo primero sino me equivoco es darte la bienvenida a 50palabras.
ResponderEliminarEsos lugares que le recuerdan a uno conversaciones, conversaciones que por desgracia ya no se repetirán en este caso.
Hábilmente nos muestras cada lugar con su tema de conversación, en lugar de hablarnos del paisaje que se contempla, muy original.
Buen relato Manuel, un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario Javier.
ResponderEliminarEspero que sea el primer micro50relato de muchos.
He descubierto esta web y me parece muy interesante.
Muchas suerte con el proyecto de 50 palabras.
Un abrazo.
Algo de nosotros queda en los lugares que hemos frecuentado, en las vivencias compartidas, en la huella depositada en otras personas, en las palabras que hemos empleado. Todo se supera, la vida continúa, pero es algo natural echar de menos y sentir el vacío de una pérdida cercana, una herida abierta que punza con mayor virulencia ante determinados estímulos. A nada que se haya vivido es imposible no adoptar como propios los sentimientos del protagonista.
ResponderEliminarUn saludo y bienvenido, Manuel
Gracias Ángel por la bienvenida y por tu comentario. Tu análisis del texto es muy profundo y acertado. Un placer que lo hayas compartido aquí.
EliminarUn abrazo.
Un color, un olor, un lugar, el recuerdo de las palabras y las personas perdidas. Siempre queda la memoria de los amigos.
ResponderEliminarMuchas gracias comentarista anónimo. Efectivamente son esas leves notas las que quedan detrás de una gran amistad.
EliminarUn abrazo,
Qué bonito, Manuel. La última frase me deja abierta una puerta que no sé si has abierto. Ese "que ya no compartiría" me hace pensar que, tal vez, fueron más que amigos. Y, sea o no el sentido que querías dar al relato, me parece un texto precioso.
ResponderEliminarEspero que podamos leerte más.
Hola Patricia,
EliminarVeo que no se te escapa una. Esa es precisamente la idea. Desconocemos si la casa es de Juan, de Ramón, de ambos en el presente o de un deseo de una casa que compartirían en el futuro. ¿Eran amigos?, ¿más que amigos?, incluso, ¿sabía el fallecido si Ramón tenía unos sentimientos más allá de la amistad y que nunca pudo manifestarle en vida por falta de valor?. Sea como fuere, eso cada uno se lo tendrá que imaginar, el trasfondo sigue siendo el mismo, la pérdida como catalizador entre el reflexivo Ramón y su nuevo entorno sin su amigo.
Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Manuel, bienvenido a la familia cincuentista.
ResponderEliminarPrecioso relato, en el que tras decir adiós a su amigo Juan, el protagonista regresa a casa por los lugares que le evocan su recuerdo.
Coincido con Patricia, en que tu última frase me lleva a pensar que entre ellos ha existido algo más que una "amistad".
Muy buen estreno.
Besos
Hola Pilar,
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Me alegro que te haya gustado la evocación pausada y progresiva de un recuerdo muy intenso, al igual que la posible "relación" de los protagonistas.
Un abrazo,
No sé si a Ramón le quedarán ganas de pasar cerca del cruceiro, de la fuente y de la ermita y de cruzar el puente. Juan era algo más que un amigo. Enhorabuena por el micro, Manuel
ResponderEliminarHola Placido,
EliminarGracias por tu comentario. Me da la sensación que Ramón no tendrá más remedio que pasar más de una vez por delante estos lugares en su día a día para ir cerrando heridas.
Un abrazo.
* "...de estos lugares...*
EliminarBello y doloroso recorrido el que ha de hacer Ramón evocando a Juan, al que acaba de perder. Me gusta la asociación entre cada lugar de ese trayecto y el tema sobre el que hablaban.
ResponderEliminarExcelente estreno en 50palabras, Manuel. Un abrazo.
Hola Carmen,
EliminarGracias por tu comentario. Me alegro que te haya gustado el relato. Espero publicar alguno más en 50palabras.
Un abrazo,
Es muy triste perder a un amigo tan cercano, Manuel, pero tú lo has contado muy bien y con mucha sensibilidad. Te felicito por este hermoso micro.
ResponderEliminarUn saludo.
Me ha encantado este relato, Manuel. Lo de dar nombre a los sitios, refiriéndose a las conversaciones que allí se daban es un gran acierto. De hecho es un trozo de vida que se ha quedado de Juan.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.
Pablo
Hola Pablo,
EliminarMe alegro que te haya gustado el relato y que lo compartas aquí en público. Es un placer formar parte de esta comunidad.
Un abrazo.
Hola Alma,
ResponderEliminarMuchas gracias por tus emotivas palabras.
En la añoranza del recuerdo se encuentra la cura ante la pérdida.
Un abrazo.
Tener recuerdos de aquellos que amaste y perdiste es quizá más duro que no tener recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena Manuel
Hola Gonzalo,
EliminarExcelente reflexión. Gracias por compartirla.
Un abrazo.
Bienvenido a Cincuenta Palabras, Manuel. Estupenda carta de presentación este delicado relato sobre una dolorosa pérdida. A través de ese regreso en soledad, y de esa estación final, el lector puede construir de algún modo lo que falta por contar.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos.
Muchas gracias por tus palabras Enrique. Me alegro que te haya gustado el relato.
EliminarUn abrazo,
Lugares comunes de ida, lugares de pérdida a la vuelta. Amor destila este paseo que titula los lugares compartidos como si se tratasen de hitos en la ruta de una vida compartida. Hermoso.
ResponderEliminarFeliz estreno, Manuel; saludos.
Gracias Manuel por tus palabras, me alegra que hayas disfrutado con este relato de pérdida y añoranza al que sin duda le queda un apellido muy largo que habrá que contar algún día.
EliminarSaludos,
Ese camino de regreso desde ninguna parte describe perfectamente el vacío que los recuerdos intentarán llenar. Vivir también es perder y aprender a perder es una de las pocas oportunidades que la muerte nos ofrece.
ResponderEliminarBonito y hondo relato, Manuel. Enhorabuena.
Un saludo.
Muchas gracias Antonio por tus palabras. El camino prosigue por muchas trabas y palos que te ponga la vida en las ruedas.
EliminarUn abrazo,
Has elaborado un relato precioso, al que has puesto piedras firmes y duraderas como esa amistad o amor.
ResponderEliminarMuchas gracias Maite por tus palabras. La aventura parece que debería continuar en un futuro...
Eliminarun abrazo,
Y bienvenido a 50.
ResponderEliminarGracias por el recibimiento!
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