Ancianolandia
Ancianolandia estaba habitada por abuelos sin nietos.
Sólo una pareja fértil había perdido el tren del futuro trabajando la tierra estéril. Se satisfacían sin reproducirse. Los ancianos alertaron:
—Tenemos pensiones de hambre, vosotros tendréis hambre sin pensiones.
Nueve meses después nacerían gemelos deformes, incrementando así la lista de los dependientes.
Sólo una pareja fértil había perdido el tren del futuro trabajando la tierra estéril. Se satisfacían sin reproducirse. Los ancianos alertaron:
—Tenemos pensiones de hambre, vosotros tendréis hambre sin pensiones.
Nueve meses después nacerían gemelos deformes, incrementando así la lista de los dependientes.
María Jesús esta "ancianolandia" no sé si verla como ciencia ficción o como un futuro que ocurrirá irremediablemente, sobre todo en lo referente a las pesiones.
ResponderEliminarEste futuro que tal vez no está muy lejos es muy deprimente.
Nos planteas un relato que hace pensar mucho, creo que muy valiente y escrito de forma excelente.
Buen relato María Jesús, un abrazo.
Un mundo estéril, sin renovación, en decadencia progresiva. Un futuro abocado a una pronta desaparición, donde la vejez predominará tanto que ya no podrán existir niños ni jóvenes, en el que un último intento de pervivir, con esos gemelos, resultará baldío. "Pensiones de hambre", "hambre sin pensiones". Si pretendías dar miedo lo has conseguido, una inquietud alimentada por una realidad verosímil como las cosas no cambien.
ResponderEliminarUn abrazo, María Jesús
M. Jesús, nos has dado una visión del futuro que nos espera si no se toman medidas. Es demoledora pero posible. Los jóvenes sin futuro se marchan a buscarlo fuera de nuestras fronteras y los que se quedan cobran salarios de hambre. Si no se actúa pronto tu micro será una realidad.
ResponderEliminarTu última frase es brutal.
Buen micro, M. Jesús.
Besos apretados.
Qué distopía tan terrible, MJ. Tu sutil y sardónica mala leche en estado puro.
ResponderEliminarGrande, tocaya.
¡Menudo futuro el que nos presagias, María Jesús! Pero lo más terrible es que todo parece indicar, si no ponemos remedio antes, que vamos camino de conocerlo más pronto que tarde.
ResponderEliminar¡Gran cincuenta el tuyo! Enhorabuena.
Terrible realidad la que nos espera.
ResponderEliminarUn buen micro.
Saludos, María Jesús
Un futuro cuya descomposición tiene sus raíces en nuestros días. Un lamento fuerte y claro, María Jesús.
ResponderEliminarFelicidades.
Un abrazo.
¡Ay, Dios mío, miedo me da Mª Jesús! Y lo cierto es que no estás muy lejos de la realidad.
ResponderEliminarMe gusta ese "pensiones de hambre y hambre sin pensiones", muy bueno, sí señora.
Un beso grande.
Malu.
Como soy de Benidorm (si así es, nacida y criada allí), me ha dado cierto yuyu cuando he leído tu título Jajaja. Como ahora está de actualidad por el documental "El hombre que vendió el sol". Pero al ver que trataba sobre el sistema de financiación de las pensiones, ya he dejado al inserso y me ha vendido la imagen de Montoro, y ya no sé si pegaré ojo esta noche. Jajaja
ResponderEliminarBromas a parte muy ingenioso y mordaz.
Saludos amiga.
Perdón, el hombre que embotello el sol. He tenido un lapsus con la canción "the man he sold the world". ¡Esta cabecita mía!
EliminarUn juego de palabras genial, "pensiones de hambre" y "hambre sin pensiones", que deberían tener en cuenta nuestros dirigentes en sus prioridades. Excelente relato, María Jesús, sobre el círculo vicioso de natalidad, vejez y la financiación para un futuro digno. Un abrazo y suerte.
ResponderEliminarHas creado toda una sociedad que me recuerda por el tono el Ensayo sobre la Ceguera de Saramago. La primera frase ya crea de un solo trazo todo un universo insostenible, "abuelos sin nietos", como si dijéramos amar sin amor o felicidad sin dicha.
ResponderEliminarCreo que el planteamiento del relato es tan sólido como bien escrito está porque, aunque a punta a posibles imposibles, resalta una cuestión gravosa que se está dando en las poblaciones envejecidas de las sociedades avanzadas.
Un abrazo, Mª Jesús.
Un presente sin futuro es una muerte anunciada. Presente decrépito, futuro imperfecto o imposible.
ResponderEliminarBuen relato, Mª Jesús.
Un saludo.
Una distopía hacia la que parece que nos encaminamos, María Jesús. El envejecimiento de la población (esos abuelos sin nietos), la miseria de las pensiones, o su supresión...
ResponderEliminarEs un relato magnífico. Enhorabuena y besos.
Un futuro deprimente que nos hace pensar en las malas practicas que el mundo lleva últimamente.
ResponderEliminarBuen relato, de los que hacen cavilar.
Un beso.
Pablo
Esos gemelos deformes vienen a ser, si se me permite la comparación, como las pulgas de aquel perro flaco, un despropósito que sin duda agudizará la ya desastrosa situación. Como ya te han dicho antes, no resulta demasiado difícil de imaginar esa realidad que, de manera fantástica, planteas. Algún día, aunque sea por egoísmo, los paises ricos tendrán que abrir sus puertas a los inmigrantes.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, María Jesús.
Un abrazo
Tu relato cuenta una historia, la desarrolla, plantea el conflicto y tiene un desenlace fatal. Todo en cincuenta palabras. Eso es un gran mérito.
ResponderEliminar!Terrible! y, lo peor, tan real. Muy bueno.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestros comentarios y reflexiones.
ResponderEliminarEspero hayáis pasado una buena Navidad y os envío mis mejores deseos para el 2017 donde seguir encontrándonos en los rincones de letras.