Ángeles de tinta
Abandonado entre la basura un bebé llora. A su lado, libros amontonados, desahuciados. Pero sus personajes, siempre vivos, escuchan su llanto.
Don Quijote, lanza en ristre, mantiene a raya a una rata hambrienta de inocencia. Mientras, las hadas tejen con sus cuerpos un manto de calor y protección. Pronto amanecerá.
Don Quijote, lanza en ristre, mantiene a raya a una rata hambrienta de inocencia. Mientras, las hadas tejen con sus cuerpos un manto de calor y protección. Pronto amanecerá.
Salvador has unido la fantasía y la cruel realidad para contarnos esta historia. Genial forma de presentar a los personajes de ficción como salvadores del bebe abandonado.
ResponderEliminarEl título redondea el relato.
Buen relato Salvador.
Un abrazo.
Un gran relato.
ResponderEliminarFelicidades
Los personajes de los libros cobran vida para proteger al bebé. Un imaginativo y bello micro.
ResponderEliminarSaludos, Salvador
Gracias, Salvador. Lástima que sea tan corto porque el relato prometía bueyes, mulas, Ángeles, estrellas, magos y mundos oníricos por ilustrar. Gracias por compartir esta micro-belleza.
ResponderEliminarSalut
Precioso, Salva, y con un título magnífico.
ResponderEliminarMe gusta mucho la idea de que nuestros personajes favoritos velen por nosotros.
Un fuerte abrazo navideño.
Las buenas lecturas nos han rescatado a muchos de las horas más bajas, han avivado nuestra imaginación, hasta el punto de hacer que todo parezca posible. El bebé de tu relato no tiene la culpa de haber ido a parar a las peores manos, las que le han abandonado; tampoco es culpable de no saber leer aún, pero para eso están los héroes míticos de la literatura, dispuestos a salir de los libros si hace falta, capitaneados por aquel imprescindible y generoso caballero de La Mancha.
ResponderEliminarMuy buen relato, Salvador.
Disfruta mucho estas fiestas y no dejes de escribir como lo haces en el nuevo año.
Un abrazo fuerte
¡Genial Salvador! Me encanta este original relato. Nos narra dos desgracias: un niño y libros, ambos abandonados en la basura. Me gusta la sensibilidad que has tenido al poner a los personajes a cuidar de la criatura. El titulo estupendo.
ResponderEliminarSaludos.
Precioso tu relato, Salvador. Me gusta lo que cuentas y cómo lo haces, ahora y siempre que nos deleitas con tus relatos. Eres muy elegante en tu escritura (permíteme el calificativo). Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermoso en palabras y en concepción. Si un nuevo Jesús redentor viniera al mundo, no hallaría pesebre más pobre que un contenedor, pero tampoco compañía tan maravillosa como la que le has proporcionado hasta que llegue el alba.
ResponderEliminarPara volver a creer en la magia de la vida. Un abrazo, Salvador, y felices fiestas.
Tiene muchas lecturas el micro. Me quedo con la de Manuel, quizás sea por las fechas navideñas.
ResponderEliminarMe ha resultado muy interesante la aparición de Don Quijote en la historia como capitán de las letras, luchando contra las ratas(aunque sea una)
Te grito BRAVO, con toda la fuerza que me dan mis pulmones.
Feliz Navidad y mis mejores deseos para el "cuentito".
Salvador, qué bello relato. Me ha parecido preciosa la idea. Imaginar que los personajes de los libros cobran vida para proteger al recién nacido. Me ha parecido muy poético.
ResponderEliminarEnhorabuena, Salvador.
Felices Fiestas y Mejor Año nuevo.
Besos
Bello relato en todos los sentidos, Salvador, lleno de imaginación y sensibilidad, y con un homenaje implícito a la literatura y sus inmortales personajes.
ResponderEliminarFelices Fiestas y Feliz 2017.
Un abrazo.
Muchas gracias a todos por vuestras amables palabras. He querido mezclar un crudo y repugnante acto, la del abandono de un recién nacido, con la magia de las letras. Naturalmente, con nuestro hidalgo como lanza de humanidad. Estoy convencido de que personas que leen y disfrutan con la literatura serían incapaces de realizar semejante bajeza. Os deseo felices fiestas a todos y un feliz 2017 que espero disfrutar con vuestros relatos. Abrazos navideños.
ResponderEliminarMe gusta la mezcla, ha quedado muy fresco. Y Felices Fiestas.
ResponderEliminarDesahuciar la lectura es desahuciar aquello que nos hace crecer como especie, como algo más que seres de carne, hueso y primitivas pulsiones que nos superan.
ResponderEliminarEn algún lugar de esas historias que comparten suerte con el infortunado bebé, está la grandeza que salva vidas, frente al miedo que las abandona.
Una excelente parábola, y muy bien escrita, sobre la importancia de la cultura contenida en los libros para proteger al hombre de su propia barbarie.
Enhorabuena Salvador.
Un abrazo y felices fiestas.
Creo que ese niño abandonado en la basura ha entrado con buen pie en este mundo, pues esos personajes de los libros tienen una gran experiencia en salvar a los humanos de todas las épocas y latitudes de las miserias y los agobios de la existencia.
ResponderEliminarCuando todo se pone negro, cuando el dolor se abate sobre nosotros por las mil circunstancias por las que el dolor puede caernos encima como una lluvia sorpresiva, meternos en las páginas de un libro, dejad a un lado nuestra vida y diluirnos en esa tinta acogedora es el mejor de los bálsamos.
Lou Marinoff escribió un libro que se titulaba Más Platón y menos Prozac, no está mal, pero se quedó un tanto corto, pues a Platón se le podrían añadir miles de nombres más, por suerte, hay muchísimo donde escoger en el universo de los libros, si uno tuviese siete vidas como los gatos, pienso que habría que dedicar, al menos una, en exclusiva, a leer.
Así que tu microcuento me parece una joya porque une unos libros desahuciados –¿quién o quiénes habrán sido los cenutrios que los han arrojado a la basura?- con un bebé recién llegado a este mundo hostil. Y lo que en un principio parece una historia triste acaba siendo una fantástica historia llena de esperanza, ningún niño podría encontrar mejor acogida que ese en sus primeros momentos de vida.
Mi enhorabuena, Salvador, un abrazo.
Maite, Antonio, Enrique, muchas gracias por vuestras palabras. Comentarios que enriquecen este relato, en el que intentaba aglutinar realidad, magia y literatura. Un abrazo fuerte y feliz 2017.
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