Apisonadoras
Desde el amanecer se sentía el polvo y el ruido de las chabolas cayendo bajo las máquinas. Ella trataba de recoger apresuradamente lo poco que poseían. Los niños tenían que ponerse los zapatos. Amarrando el colchón al carro con una cuerda, rompió aguas. Y ya no pudo contener las lágrimas.
Aurora terrible historia la que cuentas, esa mujer embarazada, recogiendo lo poco que tienen ella y sus hijos, y de fondo ese sonido de las apisonadoras que al leer tu relato casi se siente.
ResponderEliminarBuen relato Aurora, un abrazo.
A veces, la vida y sus plomizas circunstancias pasan como una apisonadora encima de la gente, con mayor fuerza sobre quienes menos tienen. Aunque parezca mentira, siempre se pueden complicar las cosas aún más. Un relato arrollador, como el título, en la descripción de la desgracia de la protagonista, a la que no es extraño que le broten las lágrimas, y no sólo por el dolor asociado al parto.
ResponderEliminarUn abrazo, Aurora
Originalísima pinza final, haciendo que el inicio y el fin se toquen por el correr mítico de las aguas lustrales.
ResponderEliminarMe ha encantado, Aurora.
Muchas gracias por compartirlo.
Salut.
Hay vidas que tienen continuas apisonadoras encima de ellas.
ResponderEliminarDuro relato, no muy lejos de la realidad de algunas personas.
Enhorabuena, Aurora.
Besos.
Malu.
Yo creo que las verdaderas apisonadoras son esas mujeres que no se dejan aplastar por la vida, pase lo que pase, y que son admirables, aun en sus momentos de debilidad.
ResponderEliminarUn aplauso, Aurora.
Otro bebé en apuros.
ResponderEliminarUn micro triste, pero real como la vida misma.
Saludos, Aurora
El título pende sobre la narración como espada de Damocles de las circunstancias adversas de los más débiles. Si puñaladas da el hambre, vivir en la pobreza debe generar un sin fin de avatares desgraciados que hace pesar la vida sobre los hombros como una apisonadora.
ResponderEliminarTransmite dolor el relato y también denuncia al evidenciar el abandono en el que viven personas en las condiciones extremas en que lo hace la protagonista.
Saludos, Aurora.
Tremendo relato de dolor y de injusticia. Siempre se le puede complicar aún más la vida a quien nació sin fortuna.
ResponderEliminarBesos, Aurora.
Losas que aplastan y cercenan la vida de los que menos tienen. Las lágrimas significan amargura, pero también son un reto al infortunio con una nueva vida. Muy bueno, Aurora. Un abrazo y suerte.
ResponderEliminarGran belleza la de tu narración, en duro contraste con la sobrecogedora escena que describes. Perfecto título también, tan rotundo como el grito de tu mensaje.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo, Aurora
Tremendo el tema que has tocado, de actualidad, y que has contado de una forma sublime.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Aurora.
Un beso.
Pablo
Un desahucio especialmente inoportuno; un alumbramiento en tiempos oscuros. Un drama en toda regla.
ResponderEliminarBien contado, Aurora.