De longevos
Era el Día de los Abuelos y quería sorprenderles, a los cuatro, con los regalos que había comprado con sus escasos ahorros pero sobrada ilusión. Los envolvió con sumo cuidado rotulando con su mejor letra el nombre de cada uno. Se lo merecían después de haberle atendido durante ochenta años.
Los abuelos eran los cuatro, con más de ochenta años ya, y él, bisabuelo al menos, puede que les doble la edad. Longevos unos, Matusalén él, por lo menos
ResponderEliminarPor un año nuevo en el que no falte el humor inteligente y la fina ironía del señor que firma este relato.
Un abrazo grande, Rafa. Y ya sabes, felices fiestas
Me ha faltado decir que el autor de este relato es un hombre jovencísimo, no hay más que leerle.
EliminarNo diré que llevo el camino del protagonista, porque ya no puede ser, pero a lo mejor el de uno de los cuatro...
EliminarMenos mal que has escrito "leerle", porque si pones "verle" se te viene abajo el piropo.
Que acabes bien el año y el próximo te resulte al menos como este. Abrazo.
Ole.
ResponderEliminar¡Guapa!
EliminarSinceramente !Vivan los abuelos!
ResponderEliminar¡Vivan! (Por lo que me toca).
EliminarBesos, Maite.
Todos los nietos debían hacer lo mismo que tu protagonista, agradacer a los abuelos todo lo que hacen por los nietos.
ResponderEliminarBuen relato Rafa, un abrazo y feliz navidad.
Lamentablemente, los abuelos no suelen vivir lo suficiente para recibir todo el agradecimiento que merecen de sus nietos. Salvo mis protagonistas, pero son excepción,
EliminarGracias, Javier.
Abrazo.
Con la velocidad de los avances de la medicina, no dudo que tu relato se vuelva realidad muy pronto, Rafa.
ResponderEliminarAbrazo y ¡felices fiestas!
Sí, hoy leía en alguna parte que en 5 años el número de personas mayores de 90 años ha crecido un 37%, o sea que por ahí vamos.
EliminarGracias, Vicente.
Rafa, este jovencito de 80 años ha sabido ser agradecido con quienes le han cuidado. Cada vez hay más esperanza de vida, aunque por lo que cuentas, lo de salir de casa e independizarse sigue siendo un verdadero problema. 80 años son muchos...
ResponderEliminarBuen relato.
Felices Fiestas y un maravilloso 2017.
Besos
Gracias, Pilar. En breve podemos llegar a que hasta cuatro generaciones vivan de la pensión del abuelo. Al tiempo...
EliminarBesos.
Ayer mismo vi por la calle a unos ancianos cargados de bolsas de regalos. Iban sonrientes, imaginando la alegría que sentirían sus nietos cuando fueran a recoger los Reyes. Quizá a los abuelos les haga más ilusión hacer regalos que recibirlos.
ResponderEliminarSaludos, Rafa
¿No pensaste que a lo mejor los regalos no eran para sus nietos sino para sus abuelos?
EliminarSaludos, Plácido.
Larga vida al protagonista y al escritor; y al comentarista, que no sea menos.
ResponderEliminarUn abrazo y un saludo para festejar ese punto de vista tan original que posees que pone el acento en la excepción.
Un mundo más amable y más atento con sus mayores para 2017 estaría bien. Feliz Año, Rafa.
Muchos años para leer, escribir, comentar y... lo que se presente.
EliminarGracias, Manuel.
Felices Fiestas.
Si las matemáticas no fallan, serán abuelos más que centenarios. Con esta genética la vida le promete años. Un relato que nos hace esbozar un sonrisa, y nos induce a pensar que en el futuro la longevidad se convertirá en un serio problema. Una brazo navideño, Rafa, y suerte.
ResponderEliminarY tan serio. La hucha de las pensiones va a pasar a ser una leyenda legendaria.
EliminarGracias, Salvador.
Felices Fiestas.
Has plasmado de una forma muy divertida el problema de la inversión de la pirámide poblacional, tan diferente a la que me enseñaron en el colegio.
ResponderEliminarDentro de unas décadas será aún peor, con la disminución de la natalidad que ha desencadenado esta crisis tan larga.
Un abrazo y feliz Año, Rafa.
La esperanza de vida crece y con ello el número de generaciones que llegan a conocerse. No será extraño llegar a ver a abuelos festejando a sus abuelos.
EliminarGracias, Asun.
Un gran 2017 para tí.