Espabilado
Como morlaco albardado de noble estampa, estaba destinado a morir en la arena. Por eso me negué a que me torearan y permanecí aplomado en el centro del ruedo. Desde el tendido gritaban, llamándome rajao y burriciego, pero mi inmovilidad absoluta consiguió que me devolvieran a los corrales por manso.
Encarna lo primero darte la bienvenida a 50palabras.
ResponderEliminarVeo que debes conocer bien el mundo del toreo, ya que utilizas lenguaje del mismo, incluso el título es un nombre típico de toro.
Tu protagonista ha demostrado ser espabilado y listo.
Buen relato Encarna, un abrazo.
Solo decirte Encarna que ayer me equivoqué con lo de la bienvenida, ya que hoy me he dado cuenta que ya llevas publicados varios relatos.
EliminarUn abrazo.
Perdonad que me meta por aquí. Yo hice caso de Javier, que me parece infalible, y también te di la bienvenida, pero la mantengo, porque todas las letras son bienvenidas; y Javier, haga lo que haga, me seguirá pareciendo infalible.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues no conozco el mundo del Toro de hecho soy antitaurina, pero pensé que para escribir este micro lo mejor era usar lenguaje taurino. Gracias por tu comentario
EliminarEse toro sabe lo que se hace. Al negarse ha cumplir con las embestidas violentas que se esperaban de él, en algo que podríamos llamar resistencia pasiva, ha logrado salvar el pellejo, al menos de momento. Con suerte le devolverán al campo, eso si el ganadero, cuya reputación habrá bajado unos cuantos puntos, no se venga del animal convirtiéndole en raciones para restaurantes. Un personaje que hace honor al título del relato, que coincide con su nombre.
ResponderEliminarUn saludo y bienvenida, Encarna
Decía un personaje de Las bodas de Fígaro que, para vivir tranquilo, había que ponerse unas orejas de burro. A este toro, que hace honor a su nombre, le ha bastado con simular mansedumbre, aunque no sé yo si así conseguirá librarse del cuchillo del carnicero.
ResponderEliminarUn buen micro.
Saludos, Encarna
Tu toro, Encarna, sabe mucho de estrategias... ¡no es listo, ni nada, el animal! Muy bueno, sí señor. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.