Jo, jo, how
—Señor, allá afuera está la persona de quien le hablé.
—Dígale que pase —respondió con desgana el magnate petrolero.
Un hombre vestido de rojo, obeso y de barba blanca entró en la oficina. Se arrellanó sobre las piernas del potentado y le preguntó:
—¿Qué me vas a regalar esta Navidad?
—Dígale que pase —respondió con desgana el magnate petrolero.
Un hombre vestido de rojo, obeso y de barba blanca entró en la oficina. Se arrellanó sobre las piernas del potentado y le preguntó:
—¿Qué me vas a regalar esta Navidad?
Vicente original relato, en el cual es Papá Noel el que va a pedir su regalo.
ResponderEliminarUn relato que creo que esconde una fina ironía y donde su frase final es genial.
Buen relato Vicente, me ha gustado, un abrazo.
¡Muchas gracias, Javier!
EliminarTraté de mezclar un poquito el mito con la realidad.
Sé que en estas fechas en que muchos cerramos el año a tambor batiente es más difícil comentar, por ello te agradezco doblemente.
¡Felices fiestas!
Y tanto que se merece Papá Noel un buen regalo. Con el dinero que va a las arcas de esos magnates, regalo va, regalo viene, es de justicia que le pongan bajo su árbol un trineo motorizado con calefacción central.
ResponderEliminarSiempre he sospechado que es un niño viejito y lo has retratado tal como me lo imagino, pidiendo su regalo pícaramente.
Abrazo inmenso y ¡Feliz Navidad, Vicente!
Claro que se lo merece, Patricia. Lo que no todos saben es que Papá Noel/Santa Claus/San Nicolás es muy dado a visitar Cincuenta Palabras. Estoy seguro que el regalo que propones le ha llenado el ojo y en su próxima visita al magnate se lo solicitará. También sé que no te olvidará y pedirá algo para ti. ¿Qué? A tanto no llegan mis pesquisas, sólo puedo decirte que te hará sonreír.
Eliminar¡Feliz Navidad!
Le abrazo, Dama del Sombrero.
Al final queda resuelto el misterio de cómo consigue Papá Noel comprar los regalos.
ResponderEliminarEnhorabuena por el micro, Vicente
Me ha costado un Potosí sobornar a dos renos para que me lo revelaran, Plácido. Eso sí, mientras menos personas lo sepan, mejor.
EliminarMil gracias y ¡felices fiestas!
Me gusta este histriónico Papá Noel y la mucha ironía que has puesto en el tratamiento del tema; por otra parte, tan adecuado para las fechas. Aprovecho para saludarte con mis buenos deseos para ti de un próspero 2017. Muchas y bellas palabras para celebrar sus días. Un abrazo, Vicente.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, Manuel. Creo que al igual que otros compañeros, este mes decidí enviar un relato ad hoc con la temporada.
EliminarMuchas gracias, Manuel. Por el comentario y tan buenos deseos, mismos que yo devuelvo incrementados para ti.
¡Felices fiestas!
Un abrazo.
Muy desenfadado e irónico tu cuento de Navidad, aunque creo que no es para niños. Ay qué peligro tienen esos magnates petroleros, sobre todo si son tejanos, a la más mínima, te ponen el mundo patas arriba.
ResponderEliminarEspero que Papá Noel esté un buen rato arrellanado sobre las piernas del personaje y se las deje para el arrastre, vamos que se pase unas semanitas con muletas y sin poder visitar sus pozos, y que eso le distraiga de pensar en otras cosas, pues, seguramente, casi ninguna sería buena.
Lo que queda como una incógnita es la identidad de ese Papa Noel, yo lo imagino como un socio o un matón que lo tiene cogido por salva sea la parte y que, cada poco, le hace un chantaje.
Pero, le pase lo que le pase al magnate de marras creo que se lo tendrá bien merecido, y si después de Papa Noel recibe la visita de los Reyes Magos con una demanda parecida, pues miel sobre hojuelas.
Un abrazo, Vicente.
Ignoro si el magnate es texano, británico o quizás ruso, por su cercanía con la Santa Claus Village. Tampoco sé si tus sospechas acerca del milloneta y su carencia de escrúpulos son ciertas, si bien las evidencias cotidianas apuntan a eso. Sí es así, espero que el buen gordo consiga hacerlo cooperar con el bien aunque sea sólo para quitarse los sermones de encima.
EliminarDe lo que sí puedo dar fe, es del donaire que tienes para comentar.
Un abrazo, y otro más, para desearte, también por esta vía, que pases las mejores fiestas decembrinas y que el año entrante traiga cosas buenas para ti.
Genial. Me ha encantado del todo. Sí, eso tendríamos que hacer, subirnos a las rodillas de señores como esos para que se cansen de nosotros con razón, no como ahora, que ni les cansamos ni nos miran.
ResponderEliminarMuy bueno!!!!!!!!
¿Verdad que sí, Luisa? A cansarlos.
Eliminar¡Muchas gracias y felices fiestas!
Felices fiestas para todos.
ResponderEliminar¡Felicidades a ti también, Lu!
EliminarGracias.
Que vaya preparando las piernas el magnate (cuánto se parece esa palabra a "mangante"), porque si el entrañable señor de rojo, que es para todos un ejemplo, ha hecho eso, después vamos a imitarle todos los demás, comenzando por los más necesitados, igual así entiende eso del espíritu navideño, y en estas fechas y en otras comparte lo que le sobra con quienes han tenido menos suerte.
ResponderEliminarUn relato refrescante y simpático, desde el título.
Aprovecho para desearte unas felices fiestas, Vicente, y que no falten tus letras en 2017
Ojalá y el método funcione, la caridad bien lo vale.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Ángel.
Espero que para ti y los tuyos no haya más que bendiciones en el epílogo de este 2016, en el 2017 y siempre.
¡Nos leemos!
Jo,jo,jo...Muy bueno tu micro, amigo Vicente. Adecuado a las fechas que estamos viviendo y con una carga de ironía y de denuncia subyacente que asombra, por lo bien escrito que está. ¡Feliz y divertida Navidad! Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarMuchas gracias, María José. Qué gentileza la tuya.
EliminarUn abrazo y mis mejores deseos para ti en estas fiestas. Pásala de maravilla.
¡Feliz y divertida Navidad!
Je, je, je.
Vicente, hoy se me ha caído otro mito. Yo pensando que Papá Noel lo podía conseguir todo y ahora resulta que es mucho más poderoso el magnate petrolero. Pura realidad. JAJAJA!
ResponderEliminarBuen micro.
Besos
Olvidaba desearte la más Feliz Navidad y un 2017 lleno bellas historias que contar.
EliminarBesos apretados.
Así es, la vida está llena de sorpresas.
Eliminar¡Gracias, Pilar! Por el comentario y esos hermosos deseos que son recíprocos.
Un abrazo navideño.
Nadie ha dicho nunca, que yo sepa, que Papá Noel fuera todopoderoso. El dinero tampoco lo es, por supuesto, pero se acerca más al concepto.
ResponderEliminarEnigmático y sugerente relato, con múltiples lecturas y excelente título.
Mis mejores deseos ahora y siempre para ti y los tuyos, amigo Vicente.
Un fuerte abrazo.
Mil gracias, Enrique. Los caballos y alfiles del dinero avanzan cada vez más rápido. Me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarUn fuerte abrazo. Espero que el 2017 te trate maravillosamente a ti y a tus seres queridos.
¡Felices fiestas!
Vicente, me ha encantado este micro denuncia tan apropiado para estas fechas. El entrañable señor de rojo tiene un papel importante, sacarle el dinero al poderoso. Ojalá le pudiera sacar también los colores, pero me temo que donde no hay escrúpulos no hay modo de sonrojar a nadie.
ResponderEliminarDelicioso relato por su ironía y su frescura.
Aprovecho para desearte unas felices fiestas y un 2017 cargado de relatos con los que deleitarnos. Un fuerte abrazo.
Eso sí, hay personas incorregibles. Ojalá que el magnate no sea de éstos.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, Carmen.
Te mando otro abrazo y, también por esta vía, mis mejores deseos para esta Navidad y Año Nuevo.
¡Nos leemos!
A veces, el espíritu de la navidad tiene que personarse para impregnar de empatía y caridad a los que más tienen. Hay tanta necesidad que el amigo Santa Claus no puede con todo. Originalísimo relato, Vicente. Felices fiestas y un abrazo navideño.
ResponderEliminarClaro, Salvador, no hay que dar la lucha por perdida. Además, algo tiene Santa Claus que convence a cualquiera.
EliminarMil gracias y... ¡felices fiestas!
Un abrazo.
No me voy a repetir, pero me ha gustado la ironía.
ResponderEliminarGracias, Maite. Qué amable.
EliminarUn saludo afectuoso.
Siempre he sospechado que el alegre tintineo navideño no provenía de los renos de Papa Noel, sino de las cajas registradoras de las grandes superficies comerciales.
ResponderEliminarUn gran relato corrosivamente refrescante y que coloca en su sitio a los protagonistas de la navidad. No nos olvidemos que el propio papa noel recorre la noche buena con el uniforme de la coca-cola.
Magnífico, genial y muy oportuno tu relato, Vicente. Enhorabuena.
Un abrazo y feliz navidad.
Gran analogía, Antonio. Esas cajas registradoras "tintinean" sin cesar en esta temporada. Es verdad que Santa Claus se ha convertido, tal vez sin querer, en un soldado del comercio.
EliminarMuchísimas gracias, otro abrazo y ¡felices fiestas!
Brindemos con Coca-Cola.
Buena ocurrencia la de tu "Papá Noel". Nadie mejor que un petrolero para hacer realidad todas las fantasías.
ResponderEliminarMis mejores deseos para el 2017, Vicente.
¡Gracias, María Jesús!
EliminarFeliz 2017.
Te mando un abrazo.