La venganza es un plato que se sirve frío
De joven todos en el colegio se burlaban de él —por lo tímido que era—; y aunque era el más listo de la clase también se burlaban de él por eso.
Por eso cuando, algunos años después, ganó el Nobel de medicina, se lo dedicó a sus excompañeros del colegio.
Por eso cuando, algunos años después, ganó el Nobel de medicina, se lo dedicó a sus excompañeros del colegio.
Me alegro que tu protagonista supiera superar ese acoso en el colegio, y como muy bien titulas se vengo de una forma tranquila, sosegada y haciéndoles ver que pese a todo él alcanzó su meta.
ResponderEliminarBuen relato Luis, un abrazo.
Muchas gracias, Javier. Cuando tenemos cualquier problema, nunca es bueno tomar decisiones en caliente, es mejor pensar antes de actuar; el tiempo siempre pone las cosas en su sitio, y quien tiene razón saldrá ganando. Me alegra que te guste mi relato. Un abrazo.
EliminarQuien ríe el último ríe más y mejor. En un mundo donde las cosas no son valoradas como se debiera, seguir el propio camino aun con todo en contra tiene mucho mérito, los obstáculos y piedras en las ruedas que a otros les hundirían, sirven de acicates a los que están hechos de una pasta especial. Al final, el tiempo pone las cosas en su sitio. Habría que ver la cara de los excompañeros al ser nombrados en un discurso difundido a través del mundo entero.
ResponderEliminarUn saludo, Luis
Muchas gracias, Ángel. Lo importante es actuar con serenidad, con rectitud, sin importarnos lo que digan los demás, porque quien actúa correctamente sabe que los que se burlan de él lo hacen por envidia, y al final nuestros actos tendrán su justa recompensa, y no importa si tarda en llegar, porque sabemos que llegará. Un saludo, Ángel.
Eliminar¿Qué haríamos sin la contrariedad de las envidias? Probablemente, sucumbir a la complacencia, dormirnos en el laurel del éxito cercano. Creo que las envidias son un acicate negativo, sí, pero un estímulo que decanta nuestra apuesta personal al elegir un camino. sin el coro de los envidiosos, no sería posible la rebeldía interior, el empoderamiento de los talentos, la reafirmación ante la burla de la propia autoestima. El camino al éxito no es más que un recorrido que pone a prueba todas nuestras inteligencias. Y en este caso que resalta tu relato, la de la inteligencia social y la interpersonal.
ResponderEliminarMe alegra que consiguiera el Nobel tu protagonista y que lo dedicara a sus compañeros de colegio. Sin su encono, tal vez solo se hubiese quedado en un digno médico de familia.
Una buena lección de resiliencia la de tu micro. Saludos, Luis.
Muchas gracias, Manuel. Hay quien dice que la vida es un camino de obstáculos; yo prefiero que sea un camino de oportunidades. Además los envidiosos suelen acabar con úlcera. Un abrazo, Manuel.
EliminarLuís, cuando un niño sufre acoso, se siente impotente y solo. Suele marcarlos toda su vida. Si lo superan, a veces se rebelan superándose y trabajando con más fuerza. Tu protagonista ha esperado durante años para vengarse de ellos ante el mundo entero.
ResponderEliminarBuena historia de superación personal.
Besos
Muchas gracias, Pilar. Quien entiende que no merece la pena enfadarse/agobiarse/deprimirse por lo que digan los envidiosos tiene ya más de medio camino recorrido; lo importante es lo que cada uno piense de sí mismo por lo que es, y no por lo que digan los demás. Besos.
EliminarQuien se enfrenta a las envidias, y lo sabe, se acostumbra a seguir su camino solo, sin compartir sus éxitos y alegrías. Pero ganar el Premio Nobel merece, desde luego, agradecer a los que nos enseñaron a ser así y reconocer su papel. Y devolvérsela, sin acritud.
ResponderEliminarMuy bueno, Luis.
Muchas gracias, Patricia. Ya sabes que, en ocasiones, más vale solo que mal acompañado. Además, quien actúa honestamente siempre gana al final; y los envidiosos sólo se llevan una úlcera de caballo. Un beso, Patricia.
EliminarEl joven acosado demuestra madurez al seguir su propio camino. Si él sufre, puede acabar superándose. Pero los envidiosos están condenados al sufrimiento sin tregua. Más que un acto de venganza, me parece un acto de generosidad dedicar el Nobel a sus antiguos acosadores. Le han enseñado a ser fuerte y a caminar solo con éxito.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Luis. Un abrazo enorme.
Muchas gracias, Carmen. Y es que lo cortés no quita lo valiente. Lo importante es comportarse bien; el buen comportamiento siempre sale victorioso. Me alegra que te guste, Carmen. Besos.
EliminarAtacando al débil, le hicieron más fuerte que ellos. Sus compañeros de colegio le enseñaron a sobrellevar las dificultades.
ResponderEliminarSaludos, Luis
Muchas gracias, Plácido. Toda situación es buena si sabemos aprovecharla. A veces no hay mejor maestro que las dificultades de la vida. Un saludo.
EliminarEl tiempo pone a cada uno en su sitio, Luis, aunque haya que esperar. Me ha gustado mucho tu micro y el título me parece genial. Es el resumen perfecto que conecta y complementa al resto del texto.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, Alma. Quien actúa correctamente sabe que el tiempo corre a su favor. No hay que hacer caso de los insultos de los ineptos. Un saludo, Alma.
EliminarMuy real.
ResponderEliminarMe hizo gracia porque para un concurso de la Ser presenté un relato poetizado que hacía alusión a que la venganza "es veneno y se consume fría"
Saluditos