Las capas de las cebollas
En la cocina van a hacer una tortilla de patatas. Teresa recuerda las lágrimas amargas resbalando por sus mejillas pecosas, destiñendo la alegría de su cara. La mayor dice: "Con cebolla". La pequeña: "Nosotras las pelaremos, yaya". A la abuela se le aclaran las pecas, mantiene la sonrisa sin capas.
Un simple acto como cocinar le hace a Teresa, la abuela, traer a su memoria recuerdos tristes. Son esos recuerdos, que están ahí, ocultos, pero que permanecen, y que en ocasiones como cuando quitas las capas de una cebolla salen al exterior de nuevo.
ResponderEliminarCarmen a lo mejor es una interpretación loca y absurda, pero es lo que me ha hecho sentir al leerte.
Buen relato, un abrazo.
Una buena interpretación Javier (felicidades por ayer,amigo)
EliminarBesicos
Tu micro destila tristeza, nostalgia y a la vez amor de aquellos que quieren a su abuela y por eso tratan de facilitarle las cosas. Precioso relato, Carmen. Un beso de Gloria
ResponderEliminarMuchas gracias Gloria, así es la tristeza y los recuerdos, cambian a Teresa en la alegría que le producen las nietas. Muy reconocible hoy en día...
EliminarBesicos, amiga
Carmen, el amor de los nietos habe olvidar las penas y borra las lágrimas de la abuela. Su dolor se torna sonrisa. No hay mejor terapia.
ResponderEliminarMuy bonito tu micro, contiene muchos sentimientos.
Besos.
¡Gracias Pilar!
EliminarTengo una nieta de tres añitos y es un encanto hasta que no se es abuela no se sabe lo que significa.
Besicos
Qué mayor alegría para una abuela que esas nietas, que se ofrecen para aliviarla de llevar a cabo una tarea nada agradable. Esa sonrisa se sobrepone a todas las capas que los años y los avatares han puesto sobre esa piel curtida, rejuvenecida de repente ante una descendencia de la que está orgullosa.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Carmen
Las capas de la cebolla hacen milagros en algunas ocasiones. Yo digo siempre que se llora con ellas para "enjuagar los ojos"
EliminarUn besico grande para ti Ángel
Un micro entrañable y melancólico, que se esconde bajo capas de cebollas.
ResponderEliminarSaludos, Carmen
Más entrañable que melancólico, así me salió este cincuenta.
EliminarGracias Plácido
Besicos
Son las generaciones los estratos de las familias. Capas que la memoria del tiempo va interponiendo entre nuestro principio y el ahora, pero que ahí siguen, ocultadas pero latentes, como en tu protagonista, vinculando pasado y presente con una simple cebolla, que arranca sentimientos de cariño y protección a las nietas y, a ella, el regalo de una sonrisa.
ResponderEliminarBonito relato, Carmen.
Un abrazo.
¡Qué bonico comentario! Gracias Antonio, eres muy amable...
EliminarMe encantó conocerte.
Besicos
Qué cosa una simple tortilla de cebolla y qué entrañable, qué emotiva puede llegar a ser su historia, si capa a capa de generaciones sucesivas trocan haciéndola, sus lágrimas con sonrisas.
ResponderEliminarQueda darle la vuelta y saborearla, Carmen, después de degustar con placer tus palabras.
Saludos.
¡Ay, muchas gracias Manuel!
EliminarSiempre mejor sonrisas de paladeo que lágrimas por hacerla...
Besicos
Muy entrañable, Carmen. Y más aún si nos lo das en estas fechas.
ResponderEliminarQué hermosa la imagen de la cara límpida y fresca de la abuela, transportada por la arrasadora prominente vida de sus nietas. Bello.
Gracias por compartirlo.
Salut.
Tu comentario ayuda para seguir escribiendo, aunque a veces se llore haciendo tortilla de patata y cebolla, son más las sonrisas que produce el comerla, siempre en compañía.
EliminarBesicos Dipandra.
El amor de las nietas es la mejor terapia para la abuela. Podrán compartir la sencilla y deliciosa tortilla entre sonrisas que borren las lágrimas de la azarosa vejez.
ResponderEliminarMuy bonito, Carmen. Besos.
¡gracias tocaya!
EliminarYo que ya soy abuela, lo sé bien.
Besicos
La vida va desgranando las capas de la existencia con amargura, tristeza y alegría, pero, ya en la vejez, que mejor que unos nietos para contagiarse de su felicidad. Muy bueno, Carmen. Un abrazo y suerte.
ResponderEliminarEs que las capas de la cebolla son las capas de muchas vidas ajenas. Gracias por comentar Salvador.
EliminarBesicos
Gran momento entre abuela y nietas, con ese punto de conexión de las lágrimas, resbalando por la cara desde el principio de los tiempos, y no siempre por picar cebollas, que convierte la escena en intemporal, y a sus personajes en uno solo.
ResponderEliminarMe ha encantado, Carmen. Conectas además con el lector.
Un fuerte abrazo.
Me alegran mucho tus palabras, Enrique.
EliminarMe encanta eso de conectar con el lector.¡Ay!
Besicos, amigo
Genial escena de ese amor tan especial que hay entre abuelas y nietas.
ResponderEliminarLo has contado de una forma preciosa, Carmen.
Un beso.
Pablo
Me alegro que te guste, amigo Pablo
EliminarMuchos besicos
Las cebollas, a pesar de que son feas, no huelen demasiado bien y no me gusta nada su sabor en crudo y muy poco su sabor una vez cocinadas, dan para mucho en la literatura. Tengo un micro escrito haciendo un símil entre las cebollas, sus capas y la vida, no tan bueno como este tuyo, pero algún día saldrá a la luz.
ResponderEliminarMe ha encantado y por cierto, la tortilla, con cebolla siempre, por favor.
Un beso grande Carmen.
Malu.
Vaya, espero que esas lágrimas amargas no las haya provocado la pérdida de la madre de las nietas.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Carmen.