Neuropsicología estatuaria
Cabizbajo, describe al doctor su recurrente pesadilla:
—Cada noche... en una partida de ajedrez, juego contra mí mismo. Negras contra blancas...., y justo en el jaque mate al Rey... despierto. El tablero y la mesita han desaparecido. Quedo petrificado, meditabundo.
—Esto solamente puede ocurrirle a usted, querido Pensador de Rodin.
—Cada noche... en una partida de ajedrez, juego contra mí mismo. Negras contra blancas...., y justo en el jaque mate al Rey... despierto. El tablero y la mesita han desaparecido. Quedo petrificado, meditabundo.
—Esto solamente puede ocurrirle a usted, querido Pensador de Rodin.
Zena lo primero darte la bienvenida a 50palabras.
ResponderEliminarA lo mejor a Rodin se le olvido esculpir una mesa con su tablero de ajedrez para completar la figura de este pensador. Me gusta el título de tu relato.
Buen relato Zena, un abrazo.
Si yo fuera el doctor, le recomendaría jugar al ajedrez mental; seguro que así las piezas no desaparecerían.
ResponderEliminarSaludos, Zena
Zena, nos has descubierto cuáles son las inquietudes que acucian al famoso Pensador de Rodin. Parece tan inmutable, tan abstraído en sus cogitaciones, que uno no podría imaginarse esa recurrente pesadilla que tiene que sufrir cada noche, supongo que ocurrirá una vez desaparecidos los turistas y apagadas las luces del museo.
ResponderEliminarLo que quizá no sabe la famosa escultura es que ese sueño simboliza la partida que todos los humanos mantenemos con nosotros mismos: todos jugamos contra el otro que somos, ése es nuestro principal rival.
Y eso es, quizá, el misterio más grande de todos en un mundo donde todo son misterios, no sé si inútiles, como decía Malcolm Lowry, o no.
Y ese jaque mate al rey que sucede poco antes de que se despierte –no sé si cuando regresan al museo los empleados- interpreto que simboliza la muerte. Pues muerto el rey la partida se acaba.
La mesita y el tablero han desaparecido, el Pensador ha recobrado la conciencia y supongo que se queda dándole vueltas a ese sueño como yo me quedo dándole vueltas a todos los significados que aún podrían sacársele a tu historia.
Bienvenida, Zena, a esta numerosa familia -mucho más que aquella de la famosa película española-, mi enhorabuena por tu microcuento y mis mejores deseos para el año próximo.
Saludos afectuosos.