Pasión por la ciencia
Ensayo fase I. Selección química.
Apura en una toma el fármaco contenido en la probeta. El efecto es inmediato. Avanza decidido hacia una de sus colegas y le da un largo beso con sabor a magnesio. Reacción positiva. Repasa su libreta.
Ensayo fase II. Gimnasio, sastre y clases de baile.
Apura en una toma el fármaco contenido en la probeta. El efecto es inmediato. Avanza decidido hacia una de sus colegas y le da un largo beso con sabor a magnesio. Reacción positiva. Repasa su libreta.
Ensayo fase II. Gimnasio, sastre y clases de baile.
Ja, ja. Me parece que, a pesar del chute de magnesio, este experimento va a acabar en fase de error en cuanto las colegas químicas se percaten de tus planes. No obstante, ¡ánimo! que el plan está bien programado. ¡A bailar, que ya era hora de levantar la nariz del microscopio!
ResponderEliminarMuy bueno, José.
No seas así, vamos a desearle suerte, el hombre lo hace con buena intención.
EliminarDespués de tantos años de investigaciones y estudios no ha tenido tiempo para sí mismo. Ahora, por fin, ha encontrado un remedio para sus males de amor; un medicamento con el que se enamoraría de la persona más afín de su entorno. El amor nos perturba, nos excita, nos llena de energía; justo lo que necesita para seguir con la fase II ;))
Un abrazo, Patricia.
Los experimentos con gaseosa, porque estos del magnesio, como dice Patricia, cuando se enteren las colegas la fese II va directa al fracaso.
ResponderEliminarBuen relato José, un abrazo.
Él conoce bien lo que supone cada fase de ensayo y error, pero esta vez ha dado con la clave a la primera. Creo que si enteran sus compañeras, alguna le pedirá probar el brebaje y el ambiente en el trabajo mejorará mucho.
EliminarGracias, Javier. Un abrazo.
Jose, a pesar del éxito obtenido por el protagonista en la fase I, ha comprendido que el amor no depende solo de la química, ya que una vez pasen sus efectos ha de ofrecer algo más y se prepara para ello. Ha sabido leer muy bien los resultados del experimento. A ver que ocurre en la fase II.
ResponderEliminarMuy original.
Besos
Dicen que el enamoramiento libera endorfinas y que estas hormonas nos hacen la vida más placentera. Si, como parece, la química juega una baza importante, él parte con ventaja. Eso sí, la fase II es una incógnita, quizá también tenga que idear algo para mover bien los pies.
EliminarGracias, Pilar. Besos.
A mí no me resultó tan fácil la fase I. Y en la fase II me salté el gimnasio (gracias a los nervios prenupciales) y las clases de baile (gracias a YouTube).
ResponderEliminarMuy ingenioso.
Enhorabuena, Jose
Decía Quevedo, “es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente”. ¡Qué desasosiego esto de enamorarse!
EliminarDeseemos suerte a nuestro investigador, seguro que la segunda fase es más fácil y puede aplicar algunos consejos como los tuyos.
Gracias, Placido. Un abrazo.
Para ser solo un ensayo, no está nada mal, pero como científicos que son, seguro que ya han experimentado que la paciencia es la madre de la ciencia.
ResponderEliminar¡Ánimo!
Muy bueno, Jose.
Un saludo
En el amor y en la guerra todo vale, y estos científicos son muy pragmáticos. Creo que yo también le encargaré una cajita, este invento me enamora.
EliminarGracias por tu comentario. Saludos, Margarita.
Muy bueno este ensayo científico, Jose. Seguro que siguiendo paso a paso, fase a fase, tu protagonista conseguirá un resultado final exitoso.
ResponderEliminarUn saludo.
En el método científico y en el baile hay que respetar los pasos, ahí no creo que tenga problemas. La química ha conseguido todo lo demás y el éxito parece asegurado.
EliminarGracias, Alma. Saludos.
La fase que siga, la III, supongo, será una etapa gastronómica, que para seguir investigando es necesario nutrirse (que del aire no se vive). De lo que después venga, ahí, la ciencia ya tiene poco o nada que ver. ¡Enhorabuena, Jose!
ResponderEliminarSaludos y éxitos. ¡¡El Nobel es tuyo!!
Programación, prueba y error, método empírico. Tu protagonista no disocia su vida científica profesional de la privada y puede que haga bien, pues dicen que somos química y respondemos a sus reglas lógicas. De momento, los resultados son satisfactorios, pero nunca se sabe, hay muchos factores que pueden variar el resultado que se pretende. Deseamos toda la suerte del mundo a tu protagonista con su experimento.
ResponderEliminarUn abrazo, José
Con experimentos así y con una colega tan receptiva a mano, no me importaría que la fase I se prolongará las veces que hiciera falta.
ResponderEliminarEs un magnífico relato, jose, que me ha recordado a la película de Jerry Lewis, el profesor chiflado, aunque por la pinta que tiene la fase II, parece que los efectos del fármaco serán más prolongados.
Felicidades. Un abrazo.
Un bloque compacto, dónde no se distingue, lo personal de lo profesional.
ResponderEliminarSaludos, José
Experimentos de campo puedo observar. No sabemos si pierden fiabilidad y/o replicabilidad, pero desde luego su valor ecológico es indudable.
ResponderEliminarUn abrazo,
un síndrome de Asperger en el laboratorio del amor. Cada cual lo afronta como puede. No quiero ni pensar las anotaciones que habrá de hacer en su libreta en posteriores fases cuando aborde los ensayos clínicos del sexo y sus vertientes.
ResponderEliminarapasionado ingenio de laboratorio, tu relato, Jose. Saludos.
Cada cual se vale de sus armas en el juego de seducción. Al científico parece que le están ayudando mucho sus experimentos de laboratorio. Le deseo mucho éxito en la siguiente fase, aunque peque de patoso en las clases de baile.
ResponderEliminarMuy ingenioso tu relato, José. Un abrazo.
Muchas gracias por vuestros generosos comentarios, José Antonio, Ángel, Antonio, María Jesús, Raquel, Manuel y Carmen. Como bien dice José Antonio, creo que merece el Nobel y para que todo fuera perfecto, podría Bob Dylan en la entrega poner música y letra al milagro farmacológico del amor.
ResponderEliminarAbrazos.
Tengo la impresión de que este científico, además de ser feliz gracias a la pasión que siente por su trabajo, está hallando en su actividad también el medio para apasionarse también de la vida. Al fin y al cabo, qué es la ciencia sino un compendio de conocimientos cuya aplicación no tiene límites.
ResponderEliminarGran relato, Jose, como siempre. Lo leí cuando se publicó, con la normal expectación que me producen tus propuestas, pero no he podido comentarte hasta ahora.
Enhorabuena y un abrazo.
Este investigador ha conseguido cerrar el círculo, de la pasión por la ciencia a la ciencia de la pasión. Aun así, y a pesar de ser tan metódico y organizado, no hay garantía de éxito en un mal tan difícil de tratar como el de amores.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Enrique. Un abrazo.
Tu protagonista debería repetir varias veces la primera fase antes de comenzar con la segunda. Me parece que su desenfrenada pasión no le permite seguir el método científico como mandan los cánones, algo que le puede llevar a cometer el más estrepitoso de los fracasos en la última fase del proceso. O no. ;-) Buena combinación de químicas. Felicidades, Jose. Un abrazo.
ResponderEliminarColega científica, opino como usted. La fase 1 es muy importante y debiera darse la importancia que merece. Me gustaría intercambiar algunos apuntes al respecto con usted.
EliminarCompletamente de acuerdo, debe tomar más de una dosis de su pócima. El primer beso puede ser un tanto engañoso y el método científico recomienda repetir una y otra vez el experimento hasta que no queden dudas de su efectividad.
EliminarGracias, Matrioska. Un abrazo.
Muy divertido micro, lúdico y original.
ResponderEliminarMis felicitaciones.
Veo que estás a la última en avances y métodos científicos. Esa primera fase debería ser eterna para intentar conseguir el beso perfecto, alcanzar el infinito y llegar incluso más allá.
EliminarGracias, Jean.
Gran relato, José.
ResponderEliminarEse científico sí que sabe. Además ha escogido el conejillo de indias ideal.
Por cierto, me encanta cómo lo has estructurado.
Un abrazo.
Pablo
Gracias, Pablo. Me alegra que te haya gustado. Lo cierto es que le di al texto varias vueltas para que formalmente pareciera un manual de instrucciones o el prospecto de un medicamento.
EliminarUn abrazo.
Menudo elemento..., el químico.
ResponderEliminarBuena historia, Jose.
Saludos cordiales.