Realidad
Su lengua enfanga mi boca con fluidos de hiel. Sus labios absorben en vez de besar. Sus caricias arañan mi piel. Sus dedos serpentean por mi cuerpo sin afinar. Su olor rancio se adueña de la estancia. Su dinero, sin embargo, desencadena mi furor y logra comprar la desagradable realidad.
Maite nos muestras de una manera admirable las sensaciones de asco y repugnancia que siente una mujer que se ve obligada por la necesidad del dinero a ejercer la prostitución.
ResponderEliminarTu frase final es muy buena, enhorabuena.
Buen relato Maite, un abrazo.
Gracias, Javier, me alegro de que te guste. Un beso.
EliminarComo decía Vespasiano, no hay que hacer ascos al dinero. Una realidad amarga.
ResponderEliminarBuen micro, Maite. Saludos
Gracias, Plácido, por el comentario y la información, no se me olvidará Vespasiano. Un beso.
EliminarAsco, palabra de solo cuatro letras pero espeluznante y descrito de forma magistral. A mí lo que me ha sugerido es un amante o marido que le triplica la edad, pero traga por la compensación económica. Un saludo Maite.
ResponderEliminarGracias, Cristina. Da igual que sea un amante, el marido, o una mujer que viva de la prostitución, el asunto es que está enamorada del dinero.Un beso
EliminarEl dinero abre todas las puertas, suaviza cualquier aspereza y motiva todo tipo de acciones. Las situaciones que sugiere tu relato y han planteado Javier y Cristina son perfectamente posibles, la realidad amarga que apunta Plácido, también.
ResponderEliminarUn saludo y felices fiestas, Maite
Gracias, Ángel, has dicho bien "la realidad amarga", en cualquiera de los casos. Felices fiestas a ti también. Un beso.
Eliminar¡Es buenísimo, Maite! Y con una realidad muy dura, creo que hemos sentido ese asco de la protagonista, todos. Parece que el "vil metal" puede comprarlo todo.
ResponderEliminarFeliz Navidad, preciosa. Muchos besos.
Es así, lo puede todo, y para muestra solo mirar cómo está mundo. Es una contradicción, pero me alegra que sintáis ese asco.
ResponderEliminarFeliz Nadal.Bicos.
Maite, qué tristeza produce ver que una mujer es capaz de venderse a su marido, a pesar de la repugnancia que le produce, el dinero compra su realidad y para ella es lo importante.
ResponderEliminarBien contado.
Besos
Gracias, Pilar. Un beso
ResponderEliminarYa lo dijo Quevedo: " Poderoso caballero es don dinero".
ResponderEliminarCreo que has hecho un perfecto retrato de esta afirmación.
Suerte
Gracias, Mª Jesús.
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