Escribir para no olvidar
Le asusta el silencio, sintoniza la radio en todas las habitaciones para oír hablar de algo. La casa es muy grande. Reconoce cada arista sin tocarlas. No habla sola, todavía, se distrae con los recuerdos. No tiene a quién decir qué le pasa. Escribe Aurora, pensamientos con tinta de olvido.
Carmen un relato lleno de melancolía, de ausencia, de intentar no olvidar. Me encanta tu frase final, esos pensamientos con tinta de olvido.
ResponderEliminarY mucha razón con tu título, cuantas veces escribimos para no olvidar.
Buen relato, Carmen, me ha gustado.
Besos.
¡Gracias Javier, siempre en primera línea!
EliminarAy, la memoria, los recuerdos y el olvido...
Besicos
Llevo entre manos un ensayo sobre la importancia del silencio, ese que asusta a tu personaje y que tan aterrador se muestra a veces. Dices muchísimo en estas cincuenta palabras, Carmen, tu relato me ha llenado tanto como una novela. Es perfecto.
ResponderEliminarPues seguro Fernando que será otro éxito como tu "Gioconda" con ella ando...
EliminarTu comparación de mis cincuenta palabras con una novela, me agrada mucho, mucho...
Besicos, vecino
melancólico relato que define muy bien el estado de la protagonista, con una preciosa frase final.
ResponderEliminarMe gustó, Carmen.
Un beso.
Pablo
¡Gracias Pablo, ya sabes recordar, lleva la melancolía detrás!
EliminarBesicos
Dicen que el ser humano es el único consciente de que va a desaparecer. También el único dotado de un lenguaje complejo de signos. Será por eso que escribimos, por el miedo a que no quede nada de nosotros cuando nos hayamos ido, por el temor al olvido.
ResponderEliminarTú no dejes de escribir, ni de hacer buenas fotos, que tienes tu público.
Un abrazo, Carmen
¡Gracias amigo Ángel!
EliminarTus comentarios siempre son bien hallados, gracias por el cable de la fotografía. Y, sí, sí escribir para no olvidar "de lo que sea"
Besicos
Buen micro Carmen. Siempre me quedo con ganas de saber más de las motivaciones del personaje, eso está bien, eso es porque es interesante. Desde luego la atmósfera de melancolía que generas, bien merecen esas cincuenta palabras.
ResponderEliminarSupongo que todos cuando escribimos, escribimos un trozo de nosotros mismos.
Un saludo.
A mi también me pasa lo mismo con los microrrelatos, me quedo con ganas de más o aplaudo por el buen final.
EliminarGracias Raquel por tus amables palabras
Besicos
Interesante propuesta acerca de la necesidad de escribir y de "escribirnos". ¡Felicidades, Carmen!
ResponderEliminarBesos.
Me alegra que te parezca interesante, me dice Aurora que escribirá este mensaje de agredecimiento.
EliminarBesicos
La escritura es ante todo, expresión, pero siempre tiene algo de redención y de afirmación, como muy bien reflejas en tu micro, Carmen.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Gracias, gracias Carles por tu buena interpretación de mis cincuenta palabras
EliminarBesicos, amigo
El olvido es la antesala de la nada. No es de extrañar que Aurora sienta miedo ante el silencio de la casa, porque este, no es antesala, sino evidencia de la soledad palpable que sufre, el olvido en que empieza a caer su persona para los demás.
ResponderEliminarLa sensibilidad que has puesto al elegir las palabras para transmitirnos la tristeza de una cotidianidad vacía y sola, empapa de tristeza las paredes del relato y nos llega ese temblor íntimo de quien siente declinar su vida rodeada de olvido.
Atmósfera de sensaciones muy conseguida. Saludos, Carmen.
Tu comentario me ruboriza, Manuel.
EliminarPor eso que dicen que escribir a mano no te lleva a la antesala del olvido. Yo, como Aurora lo hago, escribo a mano, para recordar, para no olvidar. Eso sí, sólo de los buenos momentos.
Besicos, amigo
Vuelvo de nuevo al relato porque me queda una sensación agridulce al leer tu respuesta de que, tal vez, no he interpretado acertadamente tu sentir. Si es así, espero no haber lastimado tu intimidad y tu sensible escritura.
EliminarEscribir nutre las fuentes del alma indudablemente, y ya sea a mano o a máquina (como los lavados) es un ejercicio de amor y entrega a uno mismo que revitaliza los recuerdos vividos y, también, la vida que se vive en presente, manteniendo a raya a las hordas silenciosas del olvido. Por eso no me extrañé de que Aurora, sabia en sus años, decida escribir para expresar, sentir y decir al tiempo lo que a otros no puede mediante esa tinta intangible de olvido.
También yo escribo, Carmen, en las dos modalidades; a mano porque me da la sensación de tejer mi propia historia letra a letra; y a máquina, porque escribir es de todas todas, una de las maneras más intensas de vivir que conozco.
Sigue escribiendo, por favor, y haciéndonos partícipes de tus palabras.
Besos para ti, Carmen.
En absoluto, Miguel, todo lo contrario
EliminarMuuuuuuuuuchísmas gracias
Besicos
Perdón, Manuel
EliminarSoledad, tristeza, nostalgia y una tabla a la que aferrarse para no naufragar: la escritura.
ResponderEliminarDices mucho con tan pocas palabras, Carmen. Un beso.
Gracias tocaya, aferrarse a lo que gusta suele ser alentador, acompaña y se disfruta.
EliminarBesicos
Carmen, ¡qué maravilla!
ResponderEliminarUna escritora que cada vez va siendo más conocida, Laura Riñón, me dijo en la presentación de uno de sus libros, que uno escribe para quitarse capas, para sacar lo que lleva dentro, que le duele, que le atormenta o que le enamora.
Esa frase del final me ha dejado... sin palabras.
Un beso grande.
Malu.
¡Ay, amiga Malu!
EliminarQuitarse capas y usar las palabras al desnudo es algo muy satisfactorio cuando las musas llegan o te acompañan en ese momento único que ni cuando fluyen sabes cómo
Gracias
Besicos
Todos tenemos nuestros motivos para escribir. Motivos que se me antojan nimiedades comparados con el de la protagonista de esta historia tan tierna y triste a la vez porque ¡qué mala pareja forman la soledad y el olvido!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Carmen.
Un abrazo.
Sí que es verdad, Fina la soledad y el olvido una pareja fatal.
EliminarMe alegra que te guste
Besicos
Qué bonito y que triste. Nos muestras una situación que, creo, debe ser bastante habitual, ahora que cada vez se vive más tiempo. Esa de poner la radio para sentirse acompañado y que el silencio no te absorba. Nuestra amiga, además, parece apoyarse en la escritura para no olvidar. Suerte, Carmen. Un saludo.
ResponderEliminarEscribir es un buen ejercicio para estar acompañada y Aurora sabe cómo por eso lo hace. No se siente sola.
EliminarMuchas gracias Jesús
Besicos
A veces me imagino de mayor, escribiendo. Para eso no es necesario ser joven ni fuerte. Si llego a vieja tendré tiempo de sobra, espero que mi intelecto no me abandone y pueda seguir haciéndolo.
ResponderEliminarUn precioso micro que me ha puesto melancólica. Un abrazo.
Con intelecto y sobre todo con ganas de expresarse y comunicar, seguro que si ya escribes y lees mucho lo conseguirás.
EliminarAurora y yo sabemos de eso
Besicos, Asun
El silencio en su tinta, y al menos aún así, mudo, decirlo.
ResponderEliminar¡Gracias Juan, qué alegría verte por aquí!
EliminarBesicos, vecino
Carmen, bellísimo relato, lleno de lirismo. ¡Cómo asusta el silencio! y esa soledad que enmudece las palabras mientras el tiempo pasa...
ResponderEliminarLa frase final me parece maravillosa.
Muy buen relato, Carmen. Me ha encantado leerte de nuevo.
Besos apretados.
Gracias Pilar, una dolencia cervical me ha tenido en off y no he podido ni contestar, ni comentar desde mediados de febrero.
EliminarBesicos
Un canto a la soledad y al silencio, hecho con sensibilidad y un remate de antología.
ResponderEliminarMuy grande, Carmen.
¡Gracias, gracia María Jesús!
EliminarBesicos
¡Cuánta melancolía y soledad concentradas en cincuenta palabras! ¡Y un bellísimo título para presentárnoslas (las palabras y esos dos estados anímicos!) Ese «No habla sola, todavía, (...)» me llena de tristeza y me provoca un sentimiento enorme de cariño hacia Aurora. Menos mal que sé que te tiene a ti...
ResponderEliminar¡Enhorabuena, Carmen! Nos seguimos leyendo.
Abrazos sin olvidos.
Aunque tarde pero llego para darte las gracias por comentar José Antonio
EliminarBesicos
Si la soledad es el cáncer del alma, puede que los recuerdos sean su metástasis. Recordar a solas puede ahogar bajo el oleaje de la melancolía y en ese caso, bendito sea el olvido.
ResponderEliminarUn relato escrito con gran sensibilidad que retrata perfectamente el miedo más arraigado del yo.
Enhorabuena, Carmen.
Un abrazo.
Me encanta lo que me dices Antonio
EliminarBesicos
Nos dibujas una situación de ausencia, alguien se ha quedado sólo, y le auguras un futuro no mucho mejor (pues acabará hablando sola). Es muy triste que no pueda hablar con nadie sobre como se encuentra.
ResponderEliminarUna última frase muy melancólica.
Un abrazo, tocaya.
Carme.
Gracias amiga y tocaya
EliminarBesicos
Un micro escrito con mucha sensibilidad. El silencio y la soledad adueñándose de todo. Me ha gustado mucho, Carmen, felicidades. Un beso.
ResponderEliminarMuchísimas gracia Matrioska
EliminarBesicos
La soledad que va carcomiendo las entrañas y sonido, recuerdos y tinta par mitigarla. Muy bueno, Carmen. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Gracias Salvador!
EliminarBesicos
Entiendo en tu hermoso y sumamente poético relato una etapa tibia de transición en la que tu protagonista, que vive sola, empieza a tomar conciencia de lo dolorosos daños del olvido, y se pone en guardia para luchar contra él.
ResponderEliminarPor lo demás, su lectura es un completo disfrute.
Enhorabuena y un fuerte abrazo, Carmen.
Si has disfrutado leyendo, me alegro Enrique
EliminarBesicos, sin olvido
Es muy visual, se capta la rutina diaria y la soledad.
ResponderEliminar¡Gracias Maite!
EliminarBesicos