Para comértela mejor
Cuando necesito dinero, suelo ir a la casa del bosque. Aunque la abuela está retirada siempre me consigue algunos clientes. Con el leñador no hay problema, pero al lobo no se lo hago por menos de quinientos euros; lo peor del bestialismo es lo que tardan en desaparecer las cicatrices.
Caray, Perraka. Un poco salvaje sí que parece lo tuyo. Nos muestras a unos personajes reconocibles pervertiendo sus actos ante la necesidad. Suerte y saludos.
ResponderEliminarTransgredir los viejos cuentos infantiles con unas onzas de perversión y volverlos del revés para explicar otra historia en la que la inocencia se torna prostitución. En el proceso creativo, tener un buen martillo a mano para romper las reglas también es oportuno.
ResponderEliminarSaludos, Perraka.
Perraka, un cuento infantil que como ha dicho Carles lo has transformado en una historia de prostitución. Y a esta "Caperucita", le da igual que sean hombres o el propio lobo.
ResponderEliminarEl título es genial redondea esta historia de perversión y lujuria.
Buen relato, muy original.
Un abrazo, Perraka.
Bestia, más que bestia, Perraka. Me has dejao marcao para toda la semana. Pero a la vez, bestial la concepción del relato y la perspectiva desde la que enfocas el tema del mismo, al margen de connotaciones éticas, morales o moralizantes, Caperucita, se monta a la puta bestia sin hacer ascos a nada.
ResponderEliminarPara usuarios sin remilgos ni pudores. Saludos.
Gracias por vuestros comentarios, la verdad es que siempre he creído que los cuentos infantiles tienen un fondo oscuro, que no se narra en el cuento. Por ejemplo ninguna madre dejaría a su hija pequeña atravesar un bosque con una bestia suelta, solo para llevarle la comida a una anciana, antes iría ella. Decidí buscar otros motivos por lo que Caperucita decide cruzar el bosque....
ResponderEliminarPerraka.
Mordaz y malintencionada Caperucita. pero ¡Hay que vivir!. y al lobo se la tenia jurada.
ResponderEliminarSuerte, y un saludo
Mordaz y malintencionada Caperucita. pero ¡Hay que vivir!. y al lobo se la tenia jurada.
ResponderEliminarSuerte, y un saludo
Cincuenta con toque porno pero de lectura en abierto, nada codificada. Ya el título apunta maneras de película X (¡Ja, ja, ja, ja!). Muy bien escrito (y descrito), Perraka, aunque no veo yo este microrrelato en un compendio de cuentos infantiles.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Saludos.
Contundente y directo, sin subterfugios. Menuda Caperucita... Creo que te ha salido un personaje más creíble que la del cuento, ¿verdad? Buen micro.
ResponderEliminar¡Pues sí que ha cambiado el cuento!
ResponderEliminarLa verdad es que no me parece muy lejos de muchas realidades. Muy bien contada la historia. Enhorabuena.
Malu.
Perraka, tu versión bestial del cuento clásico no me lo parece tanto, si tenemos en cuenta que los Cuentos de Perrault originales se recreaban en detalles salvajes, sin pudor, puesto que iba dirigido a adultos. Otra cosa es la versión edulcorada que llegó a manos de la tierna infancia... Te felicito por esa "vuelta de tuerca".
ResponderEliminarBesos.
¡Ángelamaria, Perraka!Esto sí que es darle una vuelta al cuento. :) Saludos.
ResponderEliminarTu relato me parece salvaje, Valiente y divertido. Una historia que busca el lado sucio del, por otra parte, absurdo cuento infantil y consigue encontrarlo con una redacción muy bien medida.
ResponderEliminarNada fácil contar esta versión del cuento de forma tan excelente a partir de la idea que se desprende del título, muy bien escogido, por cierto.
Enhorabuena Perraka.
Un saludo.
Jarrrll!! No le has dado una vuelta al cuento... ¡directamente lo has centrifugado!!!!
ResponderEliminarHasta me han dolido las cicatrices.
¡Saludos!
Carme.