Revelación
Leía, como quien oye llover, textos cuyo significado no comprendía, pero las palabras formaban un rumor, como gotas de lluvia que lo empapaban y, misteriosamente, lo transportaban hacia mundos con sentido. Y el cuchicheo entre las palabras le hacía intuir el sutil aroma de las cosas, antes de ser nombradas. "Revelación".
Parece ser que las palabras que leía tu protagonista tenían la capacidad de transmitir todo aquello que querían decir, pese a como pones al principio que leía como quien oye llover.
ResponderEliminarUn relato poético, Javier.
Un abrazo.
Me da miedo tu protagonista, Javier, imagino un fanático iluminado que interpreta a su antojo cualquier texto que caiga entre sus manos, investido por la ortodoxia que proporciona la creencia de que se trata de una revelación. Enhorabuena, me ha impactado.
ResponderEliminarTengo la sensación de estar leyendo pura prosa poética. El micro me ha dejado una dulce sensación.
ResponderEliminarSaludos virtuales, Javier
Nos induce el texto a imaginar un ser enajenado que arrastrado por el runrún de palabras que nadie más puede oír accede a estados sensoriales paranormales, pues más allá de la intuición debe hallarse este enajenamiento que permite a los sentidos revelar nuevos mundos y remontarse a estados de la materia antes de ser nombrada.
ResponderEliminarLos sentidos operan también de esta forma cuando nos hallamos sumergidos en estados creativos muy especiales o en aquellos en que opiáceos u otras drogas estimuladoras de lo onírico crean paraísos líquidos.
Acertadamente el recurso de la lluvia nos permite sintonizar con esa vibración peculiar al ser un elemento palpable. El entrecomillado final me lleva a pensar si estarás haciendo referencia a alguna obra literaria en particular.
Saludos, Javier.
Letras que sutilmente te graban su significado en lo profundo de tu ser, aunque el consciente no las pareciera entender.
ResponderEliminarEl lenguaje, en especial el escrito, exclusivo del ser humano, constituye un código más o menos complejo, ideado para comunicarnos, que con el tiempo evoluciona, como un ser vivo. Al tratarse de un instrumento que enriquece y transmite, también puede revelarnos, de alguna forma, el alma de las cosas, lo que subyace tras lo que se nombra tras una combinación de letras, que viene a ser su tarjeta de visita.
ResponderEliminarUn relato interesante, Javier. Un abrazo
Suena bastante misteriosa esa revelación, no sabemos si religiosa u oculta, si es no es que lo mismo una cosa u otra. Suerte, Javier. Un saludo.
ResponderEliminarcuando los ojos del subconsciente escuchan rumores, estos se pueden convertir en el más claro de los mensajes. La imaginación debe conservar el cordón umbilical con la tierra que pisa, de lo contrario puede terminar albergando a la peligrosa alienación. Tal es la sensación que me transmite tu poderoso relato, Javier, elaborado con una atmósfera inquietante y espesado palabra a palabra.
ResponderEliminarMuy bueno. Enhorabuena.
Un abrazo.
Interesante, si tuviera 50 palabras. Lo siento.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarTienes toda la razón, Luis. Yo recibo los relatos de mi hermano Javier a través del móvil y los transcribo a Cincuenta Palabras. En este caso, interpreté que la palabra "Revelación", aparte de ser el título, iba al final del relato, ya que el contador me dio 50. Ahora, al ver tu comentario, he visto que efectivamente son 51. Si me dio 50, siendo 51, es porque falta un espacio entre el punto que va después de la palabra "sentido" y la "Y" que inicia la siguiente frase. Supongo que Álex podrá corregir el error, por el que pido disculpas. En todo caso, gracias por la observación. Un abrazo.
Eliminar"El sutil aroma de las cosas antes de ser nombradas" me conduce al poder de la palabra, al Verbo del Génesis. ¿Qué tipo de revelación ha descubierto este iluminado lector?
ResponderEliminarUn relato bello e inquietante, Javier. Un abrazo.
Ese momento de lucidez supina... bien se merecen unas 50 palabras.
ResponderEliminarUn abrazo
Una revelación muy misteriosa que hace intuir el sutil aroma de las cosas.
ResponderEliminarProsa poética diría yo que es este micro.
Un beso Javier.
Malu.
Algunas veces la lectura tiene ese poder, entre místico y mágico, de transporarte a un plano superior, en donde el tiempo y el espacio adquieren una textura diferente.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Javier...y Juana.
El poder de la palabra, se nos presente en la forma que se nos presente (dicha, leída, escrita), siempre parece tener una cierta aura misteriosa. Creo que tal es tu caso, Javier.
ResponderEliminarEnhorabuena por este cincuenta tan revelador del misterio de las palabras.
Saludos.
Muy agradecido con vuestras múltiples interpretaciones de esta "Revelación". Un abrazo.
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