Altea se vuelve gris
—Póngase en pie el acusado. ¿Cuáles son los cargos que se le imputan?
—Señoría, se le acusa de robar al mar sus tonos azules, y a la naturaleza la luz y los colores, para volcarlos totalmente en sus lienzos. Solicitamos el destierro.
—¿Y cómo se considera el acusado?
Joaquín sonreía...
—Señoría, se le acusa de robar al mar sus tonos azules, y a la naturaleza la luz y los colores, para volcarlos totalmente en sus lienzos. Solicitamos el destierro.
—¿Y cómo se considera el acusado?
Joaquín sonreía...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOlga, un bello homenaje al pintor valenciano Joaquín Sorolla, realmente como escribes sus cuadros rebosan color, sobre todo color mediterráneo. No sé si con tu título juegas con la villa de Altea que se encuentra a orillas del mar Mediterráneo, y que aparte de sus playas es bella por la blancura de sus casas y su colorido, si es así has jugado muy bien para indicarnos el motivo de quedarse gris.
EliminarBuen relato, Olga, me ha gustado.
Besos.
Hola, Javier.
EliminarQuería jugar un poco con Altea, pueblo alicantino, aunque el era valenciano. Quería que se sintiera invadido por la luz y el color del Mediterráneo, fuera el pueblo que fuera. No iba a robar los colores y la luz en su propia tierra...
Gracias, Javier. Besos
Esa sonrisa del artista, tras el deber cumplido, parece indicar que tiene previsto hacer lo mismo en el sitio al que lo destierren: apropiarse de la luz y de los más bellos colores. Me ha gustado, Olga. Un saludo y suerte.
ResponderEliminar¡Por supuesto que irá robando por todo el Mediterráneo! Me consta que hay algunos cuadros pintados en esta localidad. He jugado un poco con su biografía también.
EliminarGracias, Jesús. Besos.
¡Precioso, Olga! La frase final ilumina de golpe el relato, como un cuadro de don Joaquín. Has conseguido una simbiosis perfecta entre pintura y narrativa.
ResponderEliminarAbrazo luminoso.
Muchas gracias, Patricia!! Viniendo de una ESCRITORA como tú, es todo un alago. Besos
EliminarSi alguien merece un homenaje es Sorolla. El uso que supo dar a los colores y la luz es tan magistral que no es de extrañar que deje el paisaje huérfano de ellos. No sabemos si la genialidad puede ser constitutiva de delito, lo que creo que tenemos claro la mayoría es que le absolveríamos de todo cargo, además de otorgarle todos los reconocimientos.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Olga
Un pincel puede hacer muchos milagros, pero por fortuna no hace desaparecer el original. Aunque a veces lo mejora muchísimo.
EliminarMuchas gracias, Ángel. Besos
Descubierto ya el secreto de la paleta de Sorolla, solo nos queda admirarnos de su obra y de la tuya, este micro tan original.
ResponderEliminarSaludos, Olga.
Muchas gracias por tu visita y por tu comentario, Manuel!! Besos.
EliminarPrecioso y original homenaje al pintor de la luz. Un abrazo, Olga.
ResponderEliminarMuchas gracias, Juana!! Besos
EliminarHas cambiado el relato, reduciéndolo a uno de cincuenta palabras, logrando lo que te habías propuesto, un bello homenaje a Sorolla.
ResponderEliminarEnhorabuena, Olga.
Besos
Muy reducido, si. Cada vez se me da mejor hacer resúmenes, ja ja ja. Gracias, George!! Besos
EliminarMe encanta el tema y el personaje elegido.
ResponderEliminarAfortunadamente los pintores no suelen robar los colores ni los elementos plasmados en sus lienzos, sino que por el contrario, los trasladan hasta los ojos del espectador y éste podrá disfrutar del estático momento, de los colores, de los personajes pintados, por muy lejos que estos se hallen o por mucho tiempo que haya pasado desde aquel instante. Por eso me gusta la pintura y especialmente Sorolla.
Magnífico, Olga.
Un beso.
Si, afortunadamente no nos quedamos sin los paisajes. Aunque, como somos unos "animales", poco a poco los vamos destruyendo. Está bien que queden esos cuadros para recordarnos y hacernos recapacitar...
EliminarMuchas gracias, Isidro. Besos
Qué bonito!!! Besos
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen!! Besos
EliminarOlga, he leído emocionada este homenaje a Sorolla. Su pintura refleja esos colores y esa luz que en el micro ha robado a Altea, al Mediterráneo. Y esa luz es la de mi tierra, la primera que me recibe cuando regreso de viaje. Y siempre me acuerdo de don Joaquín. Ahora sé que estará sonriendo.
ResponderEliminarMuy hermoso. Enhorabuena y un beso.
Me alegro mucho que te haya gustado, Carmen. Y siento haberte robado la luz y los colores, aunque haya sido solo un ratito.
EliminarMuchos besos.
Precioso homenaje a Sorolla, el pintor de la luz. Me gusta mucho y es de los micros que apetece volver a leer...
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias, M. José. Muchos besos.
EliminarOlga, original homenaje a Joaquín Sorolla, el pintor que mejor supo plasmar en sus cuadros esa luz maravillosa que tiene el Mediterráneo, mi mar.
ResponderEliminarBella propuesta.
Besos apretados.
Muchas gracias, Pilar!! Besos.
EliminarComo vecina de altea y admiradora empedernida de la luz de los cuadros de sorolla, y de mi terreta. Tu relato me ha "chiflado" Jaja
ResponderEliminarUn saludo Olga,
Gracias, Raquel! En un rato te devuelvo la luz y el color... Prometido. Besos
EliminarHace poco, y después de que de mi anterior visita hubiesen pasado muchos años, estuve de nuevo en el Museo Sorolla de Madrid, viendo, aparte del propio museo, una exposición temporal denominada Sorolla en París, la cual estará abierta hasta el 19 de marzo, y que se la recomiendo a todo el que pueda verla.
ResponderEliminarQué puede decir un simple aficionado a la pintura sobre Sorolla, desde mis escasos conocimientos, creo que es uno de los más grandes pintores españoles e, incluso, de la pintura universal, y que su obra, si bien está emparentada con los impresionistas, es única en su originalidad y en su fuerza, por ese tratamiento maravilloso que hace de la luz y de los colores.
Así que don Joaquín no puede hacer otra cosa que sonreír cuando se le acusa de robar al mar sus tonos azules y a la naturaleza la luz y los colores, y sólo a necios y a inquisidores –como los que llevaron a juicio a Baudelaire por Las flores del mal y a Flaubert por Madame Bovary, o por venirnos más cerca en el tiempo, la barbarie nazi con su quema de libros y su cruzada contra el que llamaban arte degenerado- pedir el destierro para un genio de la pintura, circunstancia, por otra parte, que se ha dado en la historia en todas las épocas y en todos los países.
Por tanto, este lienzo que nos muestras tiene muchos claroscuros, por un lado, la luminosidad y la alegría de vivir que nos transmiten los cuadros de Sorolla, y por otro, el resentimiento y la cerrazón de sus estúpidos detractores, especímenes, por desgracia, siempre presentes en todas las sociedades.
Gran microcuento, Olga, enhorabuena, un abrazo.
Si, estuve en esa exposición de la Casa Sorolla. Estando en Madrid, hay muchas exposiciones buenas que no me pierdo. Tampoco me perdí la del Prado en 2009, cuando trajeron esos cuadros impresionantes de Nueva York, y que recorrió varias ciudades españolas.
EliminarEsto es sólo un relato de mi imaginación, afortunadamente Altea sigue teniendo luz mediterránea.
Muchas gracias, Enrique. Besos
¿Dónde hay que firmar para que el maestro Sorolla sea absuelto? Y me pregunto, ¿qué juez ha decidido juzgar, con la pena de destierro que solicita el fiscal, a un pintor que llenó de luz sus obras? Seguramente un juez ciego, como la Justicia, que no ve más allá de sus narices.
ResponderEliminarPrecioso homenaje el tuyo, Olga, a uno de los grandes pintores del siglo XIX y parte del XX, quien supo captar mejor que nadie los colores del Mediterráneo. Aunque, tal y como rematas tu microhistoria, al propio «acusado» le importa bien poco lo que le suceda: ¡él ya es inmortal!
Enhorabuena por tu cincuenta. Me ha gustado ese hipotético juicio y, sobre todo, esa sonrisa socarrona útima. Nos seguimos leyendo.
Abrazos.
No te preocupes, José Antonio, que todo está en su sitio ya y Sorolla sigue siendo inmortal, ja ja ja. Sólo quería jugar un poquito y se me fue la mano.
EliminarMe alegro que te haya gustado. Muchas gracias
Me gustaría saber como se considera el acusado, aparte de la sonrisa que muestra. Seguramente culpable del robo. Gracias a éste, las costumbres y paisajes mediterráneos nos han llegado con la misma luz e intensidad de entonces. Gracias Joaquín...
ResponderEliminarCulpabilisimo... Pero le da igual.
EliminarMuchas gracias M. Luisa. Besos.
Absolución inmediata para el acusado. Si su crimen ha sido robar colores para dejarlos en sus lienzos, merece ser libre.
ResponderEliminarUn abrazo, Olga
Muy buena abogada defensora!!
EliminarSorolla te lo agradecería. Muchos besos y gracias.
Veo a la envidia como a la auténtica protagonista de ese relato, la única que puede espolear a los mediocres para tratar de empequeñecer el talento ajeno, en este caso, el inmenso don de luz que atesoraba el genio valenciano.
ResponderEliminarNo me extraña que sonriera.
Original y magistral, Olga, me ha encantado.
Un abrazo.
Muchas gracias por tus palabras, Antonio!! Muchos besos.
EliminarOriginal escena para describirnos la genialidad del pintor de la luz y muy acertada la elección de Altea por su belleza y luminosidad.
ResponderEliminarEnhorabuena, Olga.
Un abrazo.
Muchas gracias, Rafa!! Besos
EliminarAh, menudo bribón, el acusado, con razón pintaba unos cuadros tan bonitos.
ResponderEliminar¡Buena historia, Olga!
Muchas gracias, Carles!! Besos.
EliminarQuizá el pecado de Sorolla era el mismo que el de Wang-Fo, el artista que imaginó Marguerite Yourcenar: pintar un mundo demasiado hermoso. Altea ya era gris antes.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos, Olga
El pecado es ser demasiado buen pintor.
EliminarEn lo otro discrepo, Plácido. Altea no ha sido gris nunca.
Muchas gracias. Muchos besos.
El gran y maravilloso "ladrón" de la luz. Precioso homenaje al maestro Sorolla. Me ha encantado, Olga, felicidades. Muchos besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Matrioska!! Besazos.
EliminarQue la justicia caiga de lleno sobre él pues es culpable de todos los cargos de los que se le acusa. Sentencia: la admiración y la gloria eternas.
ResponderEliminarMe ha encantado, Olga, este encantador relato. ¡Enhorabuena!
Un abrazo.
Muchas gracias, Mª Jesús!! Un beso.
ResponderEliminarEl micro es maravilloso, Olga. Un homenaje a Sorolla en toda regla. Es uno de mis pintores preferidos, todos esos cuadros en la playa, ese saber captar la luz, esa mezcla de colores pasteles, ese no darle toda la importancia a las personas que salen en sus obras...
ResponderEliminarY Altea... qué puedo decir... de los mejores lugares del Mediterráneo para desconectar, para inspirarse, para relajarse...
Hija mía, me has dado en el clavo con este micro. Me ha encantado y me ha llenado de paz con tanta belleza.
Mi veredicto como jurado popular es, que este acusado sea declarado: INOCENTE.
Un beso grande, querida Olga. Enhorabuena.
Malu.
Qué bonito, Olga. Qué forma tan original de explicar cómo el mago Sorolla consiguió plasmar esos colores en sus cuadros. A mí es un pintor que me encanta. Tu micro, sublime.
ResponderEliminarTe lo repito, bellísima forma de narrar un homenaje.
Un beso.
Pablo.
Original propuesta, Olga, con un trasfondo poético, tal y como Sorolla trataba sus obras. Su espíritu ha llegado hasta 50 palabras a través de tus letras.
ResponderEliminarMuy bonito.
Suerte y un besito virtual.
Creo que no hay mejor manera de expresar lo que el gran Sorolla, también uno de mis favoritos, hacía con sus lienzos y pinturas. Muy ingenioso.
ResponderEliminarEnhorabuena, Olga.
Un abrazo.
Magnífico homenaje el que has logrado hacer a Joaquín Sorolla con este micro. Su inteligencia y su creatividad, ciertamente, pueden hacer que con un pincel logré "plagiar" y "robar" ¡a la propia naturaleza! Has homenajeado el arte con más arte. Felicidades porque la puesta en escena es super original.
ResponderEliminarHas escrito un cuadro. Un bico
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