Aquella primavera
Con la crisis como excusa intentaron recortar el conocimiento, congelarlo en las aulas, dejarlos indefensos. La adolescencia dormida, con el frío abrió sus ojos, elevó sus manos gritando silenciosas en las calles, la represión con saña golpeó sus cuerpos.
Aquella primavera florecieron las conciencias, armadas con palabras perdieron el miedo.
Aquella primavera florecieron las conciencias, armadas con palabras perdieron el miedo.
Pilar, precioso relato, que comienza con ese título "aquella primavera"y que creo que es un homenaje a la llamada "Primavera Valenciana" del año 2012, y que de forma tan genial llamó así el cantante valenciano, Pau Alabajos. Esos día nuestra ciudad, Valencia, y nuestra juventud, en especial la del Instituto Luis Vives, como tu bien cuentas con tus palabras por falta de calefacción salieron a las calles, y fueron duramente reprimidos por el gobierno con sus fuerzas policiales. y eso fue la chispa que hizo que esa adolescencia dormida despertará, pero creo que se ha vuelto a dormir, y necesitaríamos otra nueva primavera, o como dice tu bella última frase "florecieron las conciencias y con palabras perdieron el miedo", pues de nuevo necesitamos que pierdan el miedo esas conciencias.
ResponderEliminarHay partes de tu relato que dicen mucho: "recortar el conocimiento" "adolescencia dormida" "gritando silenciosas" "florecieron conciencias" "armados con palabras".
Un gran relato que dice mucho, narrado de forma bellísima y escrito de forma genial, y solo desear que aquella primavera vuelva a florecer ya.
Me ha gustado mucho, Pilar.
Besos.
Javier, gracias por complementar mi micro, sobre todo por las personas que desconozcan lo que ocurrió en la "Primavera Valenciana". He intentado que nadie olvide el ataque que sufrió la Educación Pública con los recortes, y la brutalidad policial con la que se atacó a los adolescentes en la calle. Esto despertó las conciencias dormidas y la calle se llenó de manos armadas con libros como única defensa.
EliminarMuchos de ellos no habían vivido jamás una situación así. A partir de entonces todo cambió gracias a los alumnos del Instituto Luís Vives y a los que se les unieron en la calle en defensa de la educación pública.
Todavía me emociono cuando recuerdo lo importante que fue lo que floreció "aquella primavera".
Mil gracias por explicarlo tan bien.
Besos muy muy apretados.
Magistral el relato de Pilar Alejos
ResponderEliminarAna, muchísimas gracias por valorar tan generosamente mi micro.
EliminarBesos muy apretados.
Excelente microrelato de Javier Puchades
ResponderEliminarPilar: con tu habitual maestría nos dejas cincuenta palabras muy bien escogidas para pintarnos una escena que ocurrió en aquella primavera. Gracias al comentario de Javier, un complemento ideal al relato, sabemos en qué primavera y dónde ocurrieron los hechos que narras tan poéticamente.
ResponderEliminarCreo que la primavera ha sido una estación de reivindicación. Tu texto lo podríamos extrapolar a la tan famosa primavera de Praga de 1968 en la que la población alzó su voz.
También la llamada "Revolución de los claveles", en nuestro país vecino, provocó un acto de lucha por la paz bellísimo en plena primavera: 25 de abril de 1974.
Como ves, la primavera no solo la sangre altera, sino que despierta las conciencias.
Me encanta el título y el tema escogido que, como ves, o a mí me lo parece, puede valer para varias fechas de la historia en que la calle tomó el protagonismo que nunca debe perder.
Un beso grande, señora escritora.
Pablo.
Pablo, tienes razón, parece que en primavera han ocurrido las grandes revoluciones. Valgan mis palabras como homenaje a todas y cada una de ellas, aunque mi intención en principio era más modesta, pero me gusta tu idea. Lo importante es que salgamos del letargo y no olvidemos que con la palabra y todos unidos podemos ganar a las armas.
EliminarMuchísimas gracias por tu precioso comentario.
Besos muy apretados.
¡Bendita primavera, Pilar! Gracias a ella florece todo lo que quedó aletargado y reprimido por el invierno.
ResponderEliminarGracias a la explicación de Javier, nos situamos exactamente en el hecho concreto que narras, aunque como también apunta Pablo, hay otras primaveras en las que también han florecido libertades, como la de Praga o la de los claveles en Portugal.
Me quedo con la última frase, que tiene belleza y fuerza suficiente para ser un micro por sí sola: "Aquella primavera florecieron las conciencias, armadas con palabras perdieron el miedo".
Ojalá no nos falte, ni nos falle nunca la primavera, que no dejen de florecen las conciencias armadas con palabras y con hechos y que nunca, nunca, nada, ni nadie nos haga sentir miedo.
Me dejas muy reflexiva, querida Pilar, este micro es de los que se queda una rumiando.
Un beso grande.
Malu.
Malu, hemos decidido que con mi micro vamos a rendir homenaje a todas las revoluciones que se produjeron en primavera y que cambiaron el rumbo de la historia sin violencia. Pero sobre todo va mi homenaje a la "Primavera Valenciana" que hace cinco años hizo que floreciesen las conciencias y armados con sus libros los estudiantes perdiesen el miedo de salir a la calle y luchar por la Educación Pública.
EliminarQué bonito todo lo que dices de mi micro. mil gracias, amiga.
Besos muy apretados.
!Viva la primavera!
ResponderEliminarMuchas gracias, Maite.
EliminarBesos.
A veces pienso que vamos camino de una glaciación, pero relatos como el tuyo consiguen que renazca mi esperanza. Escribir como tú lo haces, Pilar, es la semilla perfecta para que la primavera florezca tanto en las nuevas generaciones como en la nuestra, que estamos todos un poco dormidos.
ResponderEliminarPrecioso, abracicos fuertes.
Patricia, gracias por acompañarme en el deshielo y florecer a mi lado en esta primavera, que nos despierte para de forma pacífica seguir reivindicando nuestros derechos.
EliminarMuchísimas gracias, amiga, por tus palabras y tus abracicos fuertes. Yo te mando besicos muy muy apretados.
Yo pensé que te referías a la privamera parisina del 68, pero leyendo los comentarios, veo que la primavera las revoluciones altera.
ResponderEliminarMuy evocador tu relato y bien escrito.
Besos, Pilar
Isidro, está claro que la primavera lo revoluciona todo. Que no se nos olvide la historia y despertemos con la primavera.
EliminarMuchas gracias por tu valoración, amigo.
Besos apretados.
Cuando la gente logra unirse en torno a una causa legítima, dejando siempre a un lado la violencia, que todo lo descalifica, el resultado es imparable. Por el comentario de Javier he visto a qué te referías, aunque podría ser extrapolable a otros muchos casos. No tenemos que irnos muy lejos en el tiempo, hay muchos temas pendientes que requieren prontas soluciones y para nuestra vergüenza hacemos lo más fácil: lamentarnos un poco, si, pero también bajar la cabeza y mirar a otra parte, como sucede con los refugiados o el ecologismo, que necesitarían de los gobernantes a nivel global altura de miras y sensatez para establecerlos como prioridad.
ResponderEliminarUn relato necesario, fruto de una autora que escribe y piensa desde la sana inquietud.
Un abrazo, Pilar
Ángel, espero que desde mis letras haya logrado despertar las conciencias dormidas y no se nos olvide lo vivido a través de la historia en las revoluciones que se han producido en primavera. Desde la "Primavera Valenciana" han transcurrido cinco años. Despertemos de nuestra hibernación y florezcamos de nuevo esta primavera.
EliminarMil gracias, amigo, por tu hermoso comentario.
Besos muy apretados.
Pilar, has escogido un tema que me llega muy adentro. Los institutos valencianos vivimos aquella primavera, cuando los estudiantes de Secundaria vaciaron las aulas y ocuparon las calles, durante varios días, protestando por los primeros recortes presupuestarios en Educación. Muchos centros impartían clases en barracones, otros carecían de calefacción, fueron reduciendo la plantilla del profesorado y aumentando la ratio. En una sociedad conformista y adormecida fueron los adolescentes quienes dieron una hermosa lección. Pero intervino el Gobierno y estos muchachos, menores de edad, fueron brutalmente apaleados y algunos, arrestados. Sorprendidos, abrieron los ojos y comenzaron a hacerse preguntas.
ResponderEliminarPara quienes no conozcan Valencia, diré que el Instituto Luis Vives, que lleva el nombre del gran humanista, es el más antiguo de la ciudad y está ubicado en pleno centro. En él estudió Max Aub, que afirmaba que uno era de donde estudia el Bachillerato. En definitiva, la policía cargó contra los alumnos de este centro tan emblemático y pronto llegaron a Valencia estudiantes de numerosas localidades.
Si ahora nos parece que están ensimismados o que no reaccionan ante las injusticias, habremos de admitir que la sociedad en la que vivimos, y de la que todos somos responsables, les propone unos modelos poco ejemplares y un futuro incierto que, en muchos casos, se traduce en una fuga de cerebros.
Has contado el micro de una forma bellísima, utilizando el lenguaje poético.
¡Enhorabuena y suerte! Besos.
Carmen, no puedo añadir nada más a tus palabras, solo puedo emocionarme cuando recuerdo aquellas imágenes de nuestros adolescentes apaleados brutalmente por la policía y luego aquellas calles del centro de Valencia, tomadas por los estudiantes con sus libros en la mano, gritando "estas son nuestras armas".
EliminarLes dedico mi micro como homenaje, para que no vuelva el miedo ni a las aulas ni a las calles y que las palabras siempre venzan a las armas.
Muchísimas gracias, amiga, por tu maravilloso comentario para mis 50 palabras.
Besos muy muy apretados.
Pues nos faltan muchas primaveras como esa, Pilar, para recuperar "la cultura perdida". Cada vez las aulas son más pobres en conocimientos. Como continuen con la tijera no sé que va a ser de nosotros.
ResponderEliminarNo hay más que preguntar a algunos jóvenes alguna cosa de "cultura básica" y quedarte alucinado. Eso sí, si llamas a uno para un problema con el ordenador o con el móvil, te lo dejan niquelado. Aunque luego te digan que América la descubrió Bill Clinton.
Muy buen micro. Besitos
Olga, la mayoría de los jóvenes necesitan a veces de un revulsivo y de una causa justa para despertar y pasar a la acción. Además que el ser humano pronto se acomoda, olvida la historia y desconoce lo mucho que hemos luchado para que ellos disfruten de una Educación Pública de calidad.
EliminarEs bueno recordar, para que no olviden.
Muchas gracias, Olga, por tu comentario y tu valoración positiva.
Besos apretados.
Mi lejanía geográfica de los hechos a los que aludes hace que los vea sin matices, desde una perspectiva muy intolerante contra la represión, los represores y el conjunto de poderosos sobre los que se asientan.
ResponderEliminarTe felicito por traer aquí el tema y vayan mis deseos de que florezcan las conciencias.
Besos, Pilar.
Georges, muchísimas gracias por tu interés en conocer lo ocurrido en mi ciudad y por tu hermoso comentario valorando mi micro.
EliminarBesos apretados.
Una denuncia a los recortes en educación. Has buscado los puntos claves para elaborar tu historia, que te ha salido redonda.
ResponderEliminarFelicidades por tu audacia, Pilar.
M. Jesús, agradezco enormemente tus palabras tan positivas para mi micro.
EliminarBesos apretados.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLeí que en Japón no hay calefacción en las aulas para endurecer a los alumnos. En España, desgraciadamente, uno no sabe si lo que quieren que no haya en las aulas es educación, si lo que pretenden es criar borregos.
ResponderEliminarSaludos, Pilar. Enhorabuena por el micro
Plácido, por la forma tan brutal en que aplicaron los recortes y cómo apalearon a los adolescentes, estoy segura que pretendían aumentar las diferencias entre la Educación Pública y la Privada. De todos es conocido que la formación es un arma muy poderosa, y nos quieren desarmados.
EliminarComo anécdota te diré que aquella primavera en algunos medios de comunicación se podía leer "los jóvenes querían calefacción, no que les calentaran". Pues lo que recibieron fue lo segundo y de una forma tan brutal que más bien fue ensañamiento.
Espero que esto no vuelva a ocurrir y venza siempre la palabra.
Muchas gracias por tu buen comentario.
Besos apretados, amigo.
Un micro muy bello, Pilar. Contándonos lo que ocurrió aquella primavera nos dejas un mensaje poderoso: hay de despertar las conciencias y armarlas de palabras.
ResponderEliminarUn beso.
Carme, muchísimas gracias por tus hermosas palabras para mi micro. Que nunca se nos olvide la poderosa fuerza que tienen las palabras.
EliminarBesos muy apretados.
Estamos necesitados de primaveras y de letras justas. Las tuyas, Pilar, siempre ponen un acento bello y delicado a situaciones de calado humanitario. Y este relato de hoy, no lo es menos. ¡Ay, la Educación Pública de mis desvelos! ¡Cuan agredida y con cuanta saña por los enemigos del conocimiento como tú señalas. Si por ellos fuera, congelarían el saber y la tolerancia y proclamarían el estado del invierno perpetuo. Pero no podrán. Textos como el tuyo. coces jóvenes y libres como las que traes a colación estarán siempre dispuestas a levantar las flores de la libertad por encima de represión y el oscurantismo.
ResponderEliminarOtras primaveras hemos visto florecer últimamente. Y seguirán floreciendo, porque el mundo, está necesitado de ellas, como del amor, para renovarse.
Como estamos necesitados de ti, de tu mensaje, de tus palabras, de tus presencia en las páginas de cincuenta. Cuídate mucho, Pilar.
Un beso grande y un abrazo apretao, buena amiga.
Manuel, es tan bello todo lo que me dices en tu comentario, que me has emocionado y mucho. Intento que mis letras no sean vacías, que aunque humildes, sirvan para algo más. En este caso, para que florezcan las conciencias en primavera y que nunca olvidemos defender la educación pública. Con una buena formación, nunca enmudecerán nuestras palabras.
EliminarMil gracias por tu precioso comentario y por tus buenos deseos para mí.
Besos muy muy apretados, buen amigo.
Creo que el mensaje de tu relato es válido y necesario en todo tiempo. Vamos, que ahora mismo estamos viviendo una realidad tan llena de injusticia social que tenemos motivos un día sí y otro también para que florezcan y maduren nuestras conciencias. El problema es que vivimos muy acomodados y nos cuesta mucho salir a la calle. Y también que a veces dudamos de que sirva para algo. Así, que está muy bien que relatos como el tuyo nos zarandeen un poco y nos hagan reflexionar. Muy interesante, Pilar. Un abrazo.
ResponderEliminarJuana, si mis palabras han servido para que recordemos el poder de las palabras y para despertar conciencias, me siento satisfecha.
EliminarMuchas gracias por pasar a leerme y dejarme tu comentario.
Besos apretados.
¡Magistral microrrelato Pilar! La educación hace florecer las sociedades y el conocimiento estimula las mentes inquietas. Teniendo este principio bien claro nos hace fuertes para saber unirnos. Los libros -como has señalado-son la mejor defensa y nuestros grandes aliados. El don de la palabra y el sentimiento grupal hacen que se muevan montañas. Brindo por ese despertar de las conciencias.
ResponderEliminarEnrique, agradezco mucho tus palabras para mi micro. He intentado hacer mi pequeño homenaje a los que perdieron el miedo y salieron a la calle armados con la palabra.
EliminarDeseo que nunca dejen de florecer las conciencias sea o no primavera.
Mil gracias por tan bello comentario y por tu valoración tan positiva para mi micro.
Besos apretados.
Logras con tu hermosa narración impregnar del romanticismo que merecen unos hechos como aquellos. Pocas cosas nos unen tanto como la lucha legítima contra las injusticias y los abusos del poder, y tú has sabido mostrar todo esto con gran acierto.
ResponderEliminarEnhorabuena, Pilar.
Un abrazo.
Enrique, cuanto me alegro que te haya gustado la forma en que he contado lo sucedido "aquella primavera". Que nunca se nos olvide la fuerza que tenemos cuando unimos nuestras manos y las palabras.
EliminarMuchísimas gracias por tu bello comentario, Enrique.
Besos muy apretados.
La primavera del tiempo viene una vez al año, pero las primaveras de la conciencia suelen tardar mucho más en aparecer. A veces, se hacen de rogar durante largos periodos y, luego, cuando llegan, muchas veces, no lo hacen con la inteligencia necesaria, no logran los objetivos que se proponen, pero, aun así, dejan un perfume en el aire de la historia que hace revivir ciertas esperanzas, dejan ejemplos que otros pueden seguir.
ResponderEliminarAsí que la primavera a la que te refieres, una más entre las miles de protestas que se dieron y se dan a lo largo y a lo ancho de este injusto mundo, también dejó su semilla; sin duda, esos estudiantes sufrieron sus primeras decepciones, se soliviantaron ante el cinismo y las injusticias del poder, así que a muchos no sólo les dejaron heridas en el alma, también sus cuerpos sufrieron la brutalidad de la sinrazón, en vez de un diálogo en el que se hubiesen escuchado sus justas demandas y se hubiese intentado ponerles remedio de la mejor manera posible.
De todas formas, si tomaron conciencia, si descubrieron que incluso en las sociedades que se llaman democráticas –y en las que, a muchos de sus políticos se les llena la boca con lo del estado de derecho- hay que luchar muchas veces por lo obvio, por lo que parecía ya ganado, pues esos son unos valores necesarios, tanto para ellos como para el resto de la sociedad, en su parte adormecida y, a veces, narcotizada.
Estupendo microcuento, Pilar, que nos retrotrae a nuestra juventud, a nuestros ideales, a esos veinte años que cantaba Serrat cuando teníamos fuerza, sentíamos bullir la sangre y no teníamos el alma muerta. Ahora no la tenemos muerta –hablo por mí-, pero sí un poco pachucha.
Un abrazo.
Enrique, tu comentario lleno de ternura, me ha vuelto a emocionar. Somos románticos, utópicos y soñadores, pero sabemos luchar por nuestros derechos, aunque últimamente todos estemos un poco adormecidos y oxidados.
EliminarMi micro es un homenaje y a la vez un canto a la defensa pacífica de la Educación Pública, dónde existe la igualdad de oportunidades que tanto nos ha costado lograr. Ahora no nos vamos a rendir y eso es lo que los adolescentes aprendieron esos días.
Mil gracias por tu comentario lleno de cariño y bellas palabras.
Besos muy apretados, amigo.
Muchas revoluciones cómo la que cuentas han marcado nuestras vidas.. Hasta los años más hermosos se cuentan por primaveras. Evocadoras siempre tus palabras, todos hemos sentido, alguna vez, esa revolución, esperemos que todo lo bueno sea posible cada nueva estación. Enhorabuena amiga, me ha encantado. Mil besos.
ResponderEliminarCarmen, que sigan floreciendo las conciencias cada primavera.
EliminarMe alegro de que te haya gustado.
Muchísimas gracias por tu hermoso comentario.
Besos apretados, amiga.
Pilar, he leído que te refieres a unas protestas en Valencia, en tu micro, sin embargo, yo pienso que se podría entender que estás hablando de la Primavera del 69, en Paris, o de cualquier otra gran protesta ocurrida en el mundo. Ahí radica la grandeza de tu relato. Felicidades. Besos.
ResponderEliminarM. José, aunque mi micro lo escribí como homenaje a los estudiantes que participaron en "La primavera valenciana" me parece precioso que, a la vez, sirva para todas aquellas primaveras, como la del 68 en París, la de Praga, la Revolución de los claveles de Portugal, etc. donde hayan florecido las conciencias y las palabras hayan vencido a las armas.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus bellas palabras para mi micro.
Besos apretados.