Cuando ganas con trampas
Recordaba con nostalgia su pasado, los primeros años habían estado bien, era una vida muy relajada; se podría decir que incluso demasiado lenta.
Él quería correr, sentir cómo cada zancada le hacía sentir que flotaba, pero eso ya paso; ¿qué habría hecho para haberse reencarnado en un perezoso?, se preguntaba.
Él quería correr, sentir cómo cada zancada le hacía sentir que flotaba, pero eso ya paso; ¿qué habría hecho para haberse reencarnado en un perezoso?, se preguntaba.
A lo mejor tu protagonista su anterior vida la vivió demasiado deprisa y por ello el karma le ha llevado a esta nueva situación.
ResponderEliminarDe todas formas es bueno vivir las cosas despacio y disfrutar de ellas poco a poco, aunque ya se sabe el dicho "sin prisa pero sin pausa".
Relato reflexivo, Ruben.
Un abrazo.
Muchas gracias Javier por tu comentario. Saludos y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarIngenioso. El protagonista tiene una pregunta que responde el título, aunque no sé yo si los tramposos se reencarnan en holgazanes. Saludos, Rubén
ResponderEliminarLo importante es que tu protagonista está reflexionando sobre el tema. Puede que con suerte salga de ese estado.
ResponderEliminarMalu.