Larga jornada laboral
Al amanecer, un primer beso despierta sus sentidos.
Al mediodía, mezclan caricias y sabores en perfecto maridaje de pasiones.
En el ocaso, son dos mares de voluptuosas olas desbordándose en sus orillas.
Dos ventanas permanecen iluminadas. Tras la primera, espera la inocencia; tras la segunda, la sospecha. Es noche cerrada.
Al mediodía, mezclan caricias y sabores en perfecto maridaje de pasiones.
En el ocaso, son dos mares de voluptuosas olas desbordándose en sus orillas.
Dos ventanas permanecen iluminadas. Tras la primera, espera la inocencia; tras la segunda, la sospecha. Es noche cerrada.
Juana, creo que esta "larga jornada laboral" está más que provocada por el trabajo, por el engaño, por una relación amorosa entre compañeros de oficina, muy bueno el comparar la pasión con el mar, con las olas, con el maridaje de sabores y caricias.
ResponderEliminarTus frase finales son geniales, me delatan el engaño, veo las ventanas de la casa de la persona engañada, en una esperan los hijos, en otra la persona engañada. Las palabras "inocencia" y "sospecha" son excelentes en este relato, lo marcan.
Muy buen relato, Juana, me ha gustado.
Besos.
Metáfora de una vida cotidiana, desde el beso al amanecer hasta las sombras de sospecha de la nebulosa noche.
ResponderEliminarLa historia, bien estructurada, crece paso a paso por un lenguaje sensorial muy conseguido.
Suerte y un besito virtual.
Qué bueno es tu relato, Juana. Contado como si de un oleaje se tratase, con frases que van siendo cada vez más largas, lo culminas de una forma inmejorable, con el juego de esas ds ventanas, y lo que se esconde tras ellas.
ResponderEliminarMe encantó.
Pablo
Las tres primeras líneas podrían dar lugar a pensar en una pareja muy bien avenida, con la pasión en primer término. Sin embargo, la última, brillante y clarificadora, que enlaza con el título, deja a las claras que se trata de una relación entre un marido que no termina de regresar a casa y alarga su supuesta jornada laboral en una actividad ajena al trabajo.
ResponderEliminarUn abrazo, Juana
El mar en el otoño queda en calma. Tal vez tras lasventanas aun se vea luz, pero el tiempo rompe calendarios. Es un relato enial. Me gusta ver el tiempo como pasa con las olas.
ResponderEliminarNecesito cincuenta olas para volver a los comentarios y a escribir eneste formato. Un abrazo de los dos.
Este relato no se ha escrito en diez minutos ni en cincuenta. Con toda mi admiración te digo que me parece soberbio: por su estructura, por el tono, por el lenguaje, por su final con el que haces cómplice al lector. Te lanzo una corona de laurel que tenía reservada para un relato que me dejara pasmada.
ResponderEliminarA sus pies, señora Igarreta.
Me ha parecido poesía. Muy bueno.
ResponderEliminarQué belleza de relato, Juana. Utilizas una estructura perfecta desde el amanecer hasta la noche cerrada. Con imágenes poéticas vamos asistiendo al discurrir amoroso de una pareja. Las ventanas iluminadas del final nos descubren la infidelidad cuya coartada está en el título.
ResponderEliminarBrillante relato. Enhorabuena. Besos.
Juana, tu relato me ha dejado lleno de dudas. ¿Cuenta la jornada de un matrimonio? ¿Narra el encuentro en medio de un largo día de dos amantes? ¿Narra las dos cosas?
ResponderEliminarSaludos
Si he entendido bien tu magnífico microcuento, narras la relación ilícita de dos personas que trabajan en la misma empresa y en la que ambos están casados o emparejados.
ResponderEliminarAsí, durante esa larga jornada laboral, que, al ser amantes, supongo que no se les hace larga en absoluto, aprovechan para dar rienda suelta a esos amores clandestinos en cualquier momento y oportunidad que se les ofrecen.
Primero, al amanecer, con un beso, quizá en el momento en el que se encuentran antes de entrar en la empresa. Luego, al mediodía, cuando aprovechan el descanso para la comida, lo que puede deducirse por esa mezcla de caricias y sabores que apuntas. Y, por último, en el ocaso, cuando la jornada laboral ha acabado y buscan algún lugar recóndito y discreto para que su pasión se desborde del todo.
Mientras, en dos casas distintas, las parejas de esas personas esperan el regreso de sus cónyuges o parejas, una de ellas no sospecha nada, pues se mantiene en la inocencia; la otra, al parecer, se reconcome porque las dudas y, seguramente, los celos, le han empezado a envenenar la sangre.
La noche cerrada con la que acabas el microcuento da a entender que estamos ante una historia oscura en la que, inevitablemente, habrá dolor, frustración, amargura, y si hay hijos de por medio, ya no sólo serán cuatro las personas implicadas, sino algunas más las que sufrirán las consecuencias de esa pasión volcánica que parece estar en su apogeo.
Muy bueno tu microcuento, Juana, un abrazo.
Juana, las tres primera frases, son puro lirismo, nos describen un relación amorosa apasionada. El último párrafo nos desvela que mientras el padre oculta una infidelidad con la excusa de una larga jornada laboral, en casa le esperan sus hijos y la mujer que sospecha lo que ocurre.
ResponderEliminarMe ha parecido precioso la forma en que lo has escrito, así como la estructura que le has dado.
Enhorabuena. Un micro genial.
Besos.
Esas dos ventanas quedan sujetas en la noche al extremo de un hilo narrativo que hace vibrar la estructura del relato. Suspendidas, como un plano cinematográfico tan sugestivo, que persiste aún después de que la pantalla del lector funda a negro.
ResponderEliminarEl relato es delicado, sustancioso, poético, sugerente...ajeno al juicio y al prejuicio de la acción, engrandece su marco, tejido como está por las manos de una fina orfebre de las palabras.
Besos, Juana.
Juana, tienes una forma de escribir tan especial, tan diferente, tan serena, tan poética, que hace que nos lleves de la mano por esta jornada laboral y que podamos ver con toda claridad lo que van viviendo y sintiendo los personajes.
ResponderEliminarEs una delicia ser espectadores de primera fila y sentir paso a paso el desarrollo de la historia, con ese desenlace que descubre una realidad bastante triste tras esas ventanas.
Enhorabuena, es un micro brillante.
Malu.
He leído mi has veces tu hermoso relato y, de todas las interpretaciones posibles, creo coincidir con la que hace mi tocayo más arriba, aunque me quedo con la sensación de que puede haber otra por ahí que cuadre más con tu intención. En cualquier caso, tu propuesta me parece excelente.
ResponderEliminarUn abrazo, Juana.
Compro la interpretación de Enrique Angulo. Cuadra perfectamente con las palabras utilizadas en tu relato, Juana, que conociéndote, no son en absoluto casuales. Y a la luz de esa interpretación, no puedo sino decir que es un relato extraordinario.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Como no puedo contestaros uno a uno, os doy las gracias en conjunto. Sois muy amables y muuuuuuuuuuy generosos con vuestros sabrosos comentarios. Un abrazo grande.
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