Lejos
Él decidió alejarse de ella, sin saber que se arrepentiría de su decisión, los caminos se bifurcaron pensando que se volverían a unir.
Pasaron los años, él cada noche miraba la luna recordando aquellas palabras: "Por muy lejos que estemos, siempre miraremos la misma luna".
Nunca la volvió a ver.
Nunca la volvió a ver.
Natalia, bienvenida a 50palabras.
ResponderEliminarComo decían en la película "siempre nos quedará París", pues así se ha quedado tú protagonista, con la luna y su contemplación.
Buen relato, Natalia.
Un saludo.
Decisiones que se arrastran toda la vida...
ResponderEliminarParece que la luna cómplice no será suficiente. Se seguirá arrepintiendo.
Tal vez ella ya lo haya olvidado, y mire esa luna junto a otra persona, que sí quiso quedarse...
Enhorabuena, Natalia.
Aunque desde otro punto, pero sí, la luna seguirá siendo la misma para los dos y siempre tendrán ese punto en común.
ResponderEliminarRomántico y nostálgico.
Bienvenida, Natalia.
Malu.
Natalia, bienvenida a 50palabras.
ResponderEliminarA veces, las decisiones que se toman tienen consecuencias inesperadas, pero si no se pueden revertir, mejor asumir el error y seguir adelante.
Bien contado.
Besos.
¡Bienvenida Natalia! En efecto, la luna seguirá haciendo que se recuerden, aunque la vida da muchas vueltas. Encantada con tu relato. Saludos
ResponderEliminarNo hay que abandonar aquello que se ama; es posible que no lo vuelvas a recuperar.
ResponderEliminarBuen comienzo en 50 palabras, Natalia.
Un beso.
Está claro que se sabe donde comienza un camino pero no donde acaba. Lo mejor es no separarse del compañero.
ResponderEliminarSaludos, Natalia
Las decisiones que toman los protagonistas los alejan para siempre. Puede quedar la luna como punto de mira en el recuerdo, pero a lo sumo no será más que una dulce nostalgia.
ResponderEliminarBienvenida, Natalia. Besos.