Luz de otro tiempo
Aunque su vida siempre estuvo pendiente de un hilo, ella presidía nuestras sobremesas con su presencia luminosa. Pero la última Nochebuena su vida se apagó dentro de la burbuja de cristal y cantamos villancicos a la luz de las velas. A pesar de los leds, siempre recordaremos su incandescente compañía.
Javier, cada vez se utilizan menos las bombillas de siempre. Me gusta mucho tu frase inicial, y el título es toda una definición.
ResponderEliminarBuen relato, Javier, me ha gustado.
Un abrazo.
¡Valla! Me deja imaginando mucho. Relatos como éstos a inicios de día dejan muy buen sabor de boca. Me ha encantado Javier. Un beso enorme desde América.
ResponderEliminarEsas bombillas han acompañado durante años todos nuestros momentos. Fueron un avance sin el que la Humanidad no hubiera sido la misma. Ahora resulta que dicen que gastan demasiada energía y los sistemas de iluminación han cambiado y mucho, pero nunca olvidaremos ese sistema, esos filamentos, aunque sean "luz de otro tiempo".
ResponderEliminarUn saludo, Javier
"...su vida siempre estuvo pendiente de un hilo"... ¡Qué bueno!
ResponderEliminarFelicidades por el relato.
El título me parece súper romántico, Javier.
ResponderEliminarUn cariñoso homenaje a la antigua bombilla, que a día de hoy está tan mal vista... con lo bonitos que son los filamentos.
Un beso.
Malu.
Bello homenaje a las navidades del pasado, y de camino a los recuerdos de una era en la que las reuniones eran más familiares. Me han venido muchos recuerdos.
ResponderEliminarFantástico, Javier.
Un abrazo.
Pablo
Entrañable micro. Yo debo ser más viejo que tú, Javier, o quizá es porque procedo de la Andalucía profunda: aún recuerdo cuando nos iluminábamos con un quinqué.
ResponderEliminarSaludos
Cuando ya nos acostumbramos a los "leds", añoramos la belleza de las bombillas. Y nada mejor que unas velas para una celebración íntima.
ResponderEliminarUn micro muy evocador, Javier. Un abrazo.
Mil gracias a todos por vuestras generosas e interesantes palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarAh, las bombillas. Alabados sean sus filamentos.
ResponderEliminarSaludos, Javier,