Saltos intermitentes
Con gracia se movía el autobús, dando saltos intermitentes entre cada bache, los pasajeros moviendo la cabeza afirman el camino. Dos señoras, sus enormes pechos que rebotan y rebotan, después, vuelven a rebotar. Entre brincos, solicito la parada para terminar con aquella carrera de obstáculos entre dos personajes de Botero.
Víctor Hugo, bienvenido a 50palabras.
ResponderEliminarEn los transportes públicos, a veces, se sufren apreturas o movimientos bruscos que los hacen incómodos.
Bien contado.
Besos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarGracias a ti. Saludos!
EliminarVictor Hugo, bienvenido a 50palabras.
ResponderEliminarCreo que en tu relato tienen que asfaltar esa carretera y arreglar los amortiguadores del autobús.
Muy original tu forma de contar esos movimientos, y las características de los personajes, uno casi se puede hacer una imagen de la situación.
Buen relato.
Un abrazo.
Gracias por tu lectura. Un abrazo de vuelta, Javier.
Eliminar¡Me has contagiado! Aquí estoy pegando brincos y aplaudiendo tu relato. ¡Me gusta! Y a Enrqiueta, la gallina que vive en mi cabeza, también. Acaba de poner un huevo entre salto y salto, no te digo más.
ResponderEliminar¡Bienvenido!
Gracias, Patricia!
EliminarA veces, viajar en autobús es una auténtica aventura. Muy ocurrente el símil entre las dos señoras y las figuras de Botero.
ResponderEliminarBienvenido Víctor.
Un beso.
Malu.
Gracias, Malu, un abrazo hasta allá.
Eliminar¡Bienvenido Víctor Higo! Sin duda en el autobús vivimos muchas cosas, una de ellas nunca mejor reflejado en tu micro. Divertido, muy divertido. Saludos
ResponderEliminarGracias y saludos.
EliminarSólo faltaba que también viajaran en el autobús las tres Gracias de Rubens.
ResponderEliminarSaludos, Víctor Hugo
Saludos!
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