Te dicen
No llames mucho. Olvidaste el número del teléfono fijo. Te lo dieron. Tampoco conoces el número de la calle donde viven. Sólo vas de visita, si te llevan. Por lo tanto para qué. Tienes en el móvil sus números. Cuando llamas, no contestan. Algunos días después, devuelven la llamada. Entonces...
Carmen, leo tu relato y veo la soledad de una persona mayor, que añora a sus hijos. Veo su edad, sus olvidos, sus manías, su necesidad de sentirse acompañada en la distancia, y esas llamadas no contestadas.
ResponderEliminarY tu palabra final con esos puntos suspensivos a mí me indican que ya es demasiado tarde.
Un excelente relato, lleno de muchísimos sentimientos, me ha gustado mucho.
Besos, Carmen.
Gracias Javier, siempre atento.
EliminarYo creo que los puntos suspensivos son un síntoma de esperanza.
Besicos
Quiere llamar, pero no se atreve, porque cuando lo hace quienes están al otro lado no demuestran ningún entusiasmo, la prueba está en que no llaman y han sido capaces de decirle "no llames mucho". Quiere ir a visitarlos, pero sólo puede hacerlo rara vez, cuando ellos le llevan. Se siente amortizada, fuera de lugar después de haberlo dado todo. Vejez y soledad no deberían ser nunca sinónimos.
ResponderEliminarUn relato para remover conciencias.
Un abrazo, Carmen
Gracias Ángel, lo cotidiano y lo cercano (conversación bus) da para mucho o poco, ya ves, en cincuenta palabras.
EliminarBesicos
¡Pobre mujer!, la eterna soledad de quien se acerca al final, después de haberlo dado todo desde el principio.
ResponderEliminarLo has expresado rotundamente.
Suerte y un besito virtual
Gracias "rotundas" M Jesús Briones
EliminarBesicos
Entonces la regañan porque molesta tanta insistencia... Desgraciadamente, real. Qué bien lo has expresado, Carmen.
ResponderEliminarBesicos.
¡Gracias amiga, viniendo de ti que tan bien te expresas. Yo contenta.
EliminarBesicos, Patricia.
Me ha resultado curioso ver, que salvo en el primer comentario, el de Javier, el resto, ha identificado a el/la protagonista, con una mujer. No sé cuál habrá sido tu pensamiento al escribirlo...
ResponderEliminarMe ha parecido un relato, que ha sabido expresar con suma claridad, la realidad de muchas personas mayores. Y es triste, muy triste que por las prisas, las ocupaciones...también la desidia y el egoísmo a veces...al final de sus vidas tengan que vivir esa soledad y ese desapego de sus seres queridos. No es justo, no lo es. Una sociedad que genera esta "normalidad"...no va por buen camino.
Felicidades, por lo que tan acertadamente, y en las pocas palabras permitidas, has sabido transmitir.
A mi también me ha causado sorpresa que se lea en femenino, quizás será la sensibilidad, o no...
EliminarMe gusta mucho la palabra "desapego" Yo la utilizo, y en este 50 palabras, está implícito.
Besicos, Galilea
Aprovechemos mientras podamos para dar cariño a nuestras personas mayores. Es la conclusión que saco de tu micro, Carmen. Muchas gracias por promover que ese sentimiento siempre esté bien presente porque llegará un día en el que quizá sea tarde. Disfrutemos, mientras podamos, de los abuelos, de nuestros padres, o de cualquier persona mayor...porque ellos SIEMPRE tienen algo que enseñar. Felicidades por tan bella enseñanza.
ResponderEliminarMuchas gracias Enrique por tu comentario.
EliminarBesicos
Y en alguna fecha señalada, como mucho, se presentan con un regalo; más para acallar sus conciencias... Me ha gustado mucho cómo nos has planteado esa triste realidad que viven muchos mayores.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen
Así es la realidad que nos rodea. Gracias Fina, muchas gracias.
EliminarBesicos
Y poco a poco, la persona protagonista va quedándose incomunicada, aislada, anulada...
ResponderEliminarUn relato conmovedor y que lleva a la reflexión, Carmen.
Un beso.
Con tantos medios y así ocurre, Carles.
EliminarMuchos besicos, amigo.
Hay quien busca la soledad y quien se ve abocado a ella. Un micro tristísimo. Saludos, Carmen
ResponderEliminarEs que Plácido la realidad es triste
EliminarBesicos
Carmen, describes la triste realidad que viven muchos de nuestros mayores. Veo esta situación cuando voy a visitar a mi madre en otros de los residentes. Sus familiares están muy ocupados para ir a verlos o para llamarles, ignorando lo mucho que significa para ellos una simple llamada.
ResponderEliminarMuy buen micro.
Besos apretados.
Muchas gracias Pilar, es un síntoma de esta sociedad, tantos elementos que nos comunican y luego...
EliminarBesicos
Relatas muy bien el triste abandono de mayores. Los aparcamos como objetos en desuso y olvidamos fácilmente cuánto les debemos.
ResponderEliminarUn micro necesario, Carmen. Un beso.
Así es Carmen, se nos olvida lo cercano. Gracias y ahí van mis necesarios, besicos
Eliminarde nuestros mayores*
ResponderEliminarUna realidad, Carmen, demasiado frecuente. Precisamente, conozco una señora, Carmen, a la que en la residencia le han confiscado el teléfono para que no llame a los hijos y les moleste en el trabajo para hablarle de sus nadas.
ResponderEliminarSiempre sabes poner un toque especial de humanidad en tus relatos que los hace a la vez bellos y reflexivos. Como este, en el que asoma la tristeza dubitativa y frágil de quien quisiera, pero no se atreve, a reclamar un poco de amor de los suyos.
Un beso, Carmen.
Muchísimas gracias, Manuel
EliminarTú si que sabes sacarle jugo a los 50, siempre tan bien comentados, con tanto detenimiento. Tus comentarios ayudan y a veces hasta dan ideas.
Besicos
¿Por qué ocurre esto? Como dice, Manuel, es algo demasiado frecuente, lo que lo hace aún más preocupante; un aspecto negativo más que añadir a la controvertida naturaleza humana. Tú lo has contado de un modo aséptico, diría que dejando toda la carga emocional en esos puntos suspensivos, pero su efecto de conmoción es rotundo. Nada fácil de lograr.
ResponderEliminarEnhorabuena, Carmen.
Besicos.
Me gusta eso de contarlo de "modo aséptico" una faceta que conozco bien. Gracias por ver en los puntos suspensivos la carga, por eso están, porque podrían ser más y más las cosas que "Dicen"
EliminarBesicos, Enrique
¿Cría cuervos!
ResponderEliminar¡Jo, Carmen, qué triste! Y lo peor de todo es, que es pura realidad en muchos casos.
Conmovedora tu propuesta, querida.
Un beso grande.
Malu.
Bueno si conmueve, ya he producido algún efecto, amiga Malu
EliminarEs triste como la realidad que nos rodea. Así lo veo yo con ejemplos cercanos.
Besicos, amiga