Un momento de duda
Dijo adiós en silencio. Prefiero un insulto, como hacen las otras. Resulta menos humillante. Su despedida ausente removió mi conciencia y, durante unos segundos, miré la puerta, dudando. ¿Podía haberme salvado de mi vida de crápula impenitente? Afortunadamente recuperé mi mirada perdida y mi moral laxa. Ahora cambiaré las sábanas.
Jesús,este caradura casi se deja seducir por la única que se marchó sin insultarle. Y como diría aquel "que pase la siguiente", pues eso un verdadero caradura tu protagonista.
ResponderEliminarBuen relato, Jesús.
Un abrazo.
La actitud diferente de una de las muchas mujeres que pasan por su vida le ha hecho reflexionar, hasta el punto de suponer un punto de inflexión a partir del que podría haber cambiado. Cuando todas le insultan merecido se lo debe de tener, pero no, como se dice en el título, sólo ha sido "un momento", pasado el cual, se alegra de volver a su rutina de relaciones de usar y tirar, esa es su verdadera naturaleza, la de un individuo hedonista y con nula empatía hacia sus congéneres.
ResponderEliminarUn saludo, Jesús
No sé si el protagonista busca cambiar de vida o no. O simplemente lamenta que una mujer le haya tratado como él suele tratar a las mujeres.
ResponderEliminarSaludos, Jesús
Jesús, tu protagonista ha dudado por un momento si ella habría sido la mujer de su vida, pero rápidamente se olvida y sigue siendo el mujeriego de siempre.
ResponderEliminarBien contado. Bienvenido a la familia.
Besos
Muchas gracias por vuestros comentarios, la verdad es que esta vez me ha salido un protagonista un poco "golfo".
ResponderEliminarMuy bien lo has contado, Jesús, solo un momento de duda. No vaya a ser que le dé por dejar de ser crápula.
ResponderEliminarUn protagonista muy golfo, sí señor.
Malu.