Una prosaica cuestión
¿¡Que qué es poesía!?
¿Y tú me lo preguntas, con la boca llena de judías con chorizo, mientras se inflan tus pringosas mejillas, al masticar sin ningún sigilo, con tanta avidez y tan poco mimo, que varias legumbres yacen en tu blanca camisa?
Desde luego, querido, poesía... no eres tú.
¿Y tú me lo preguntas, con la boca llena de judías con chorizo, mientras se inflan tus pringosas mejillas, al masticar sin ningún sigilo, con tanta avidez y tan poco mimo, que varias legumbres yacen en tu blanca camisa?
Desde luego, querido, poesía... no eres tú.
Antonio, juegas con las frases del poeta, para de una forma casi irónica hacernos vez la pinta que tiene el individuo que come frente a su mujer, casi, casi, nos describes a un cerdo. Está claro que de esa forma es difícil ser poesía, aunque también te digo que en ocasiones "el amor es ciego", jajaja.
ResponderEliminarBuen relato Antonio.
Un abrazo enorme y de nuevo felicidades por ese 2º puesto en febrero.
Gracias, Javier. Cierto que el amor es ciego, pero no tanto, jeje.
EliminarUn abrazo y gracias de nuevo por comentar
Jajajaja, pedestre total, aunque una mala tarde la tiene cualquiera.
ResponderEliminarGracias, Antonio, por esta poética barroca.
Salut.
Gracias a ti por pasarte a comentar, dipandra.
EliminarUn saludo.
muy muy simpático, de verdad que sí
ResponderEliminarY, dicho yo, ¿por qué cuando "es poesía" es una ella y ahora que no lo es es un él? ¿No son dignos ellos de nuestras poesías, no nos gustan también a nosotras esas judías con chorizo, tan sanas y sabrosas?
Vaya, me ha salido una vena reivindicativa, quien lo hubiese imaginado
Tienes toda la razón, Luisa. Proclamo desde aquí la constitución de la arroba(@) como sexta vocal para el género neutro.
Eliminar¡He dicho!
Gracias por tu comentario, luisa. Abraz@
Prosaica, algo cochina incluso, pero sabrosa cuestión... ¡Que se trata de un potaje de judías con chorizo! ¡Si quitamos el embutido grasoso, una receta muy de dieta mediterránea! Aunque con ese estilo repugnante al comerlo ni se conquista estómago alguno ni, mucho menos, a una mujer. ¡Ja, ja, ja, ja!
ResponderEliminarBuen relato, Antonio, con un giro radical con respecto al del mes anterior. Por cierto, enhorabuena por ese segundo y meritorio puesto.
Enhorabuena y nos seguimos leyendo.
Un abrazo.
Y es que hay que saber elegir el momento para lanzar ciertas preguntas, sino te arriesgas a servir en bandeja la respuesta.
EliminarGracias, José Antonio. Celebro que te haya gustado.
Recibe un abrazo mientras espero tu relato de este mes.
Ja ja ja. ¿Pero que te ha pasado, Antoñito? A parte de reírme, se me han quitado las ganas de comer (y eso que va siendo hora). Si que pilla Becquer... pobre de ti.
ResponderEliminarMuy original, me encanta. Besos.
Seguramente no es muy del estilo de Becquer, no. Pero, ¿qué mejor manera de entender el romanticismo que enfrentándolo al anti-romanticismo de unas buenas judías con chorizo a medio masticar dentro de una boca abierta?
EliminarMil gracias por comentar, Olga.
Un beso.
Ay, qué majico... Tan asilvestrado pero con inquietudes literarias. Tened fe, acabaremos teniéndolo de cincuentista. Siendo hijo literario de su padre, hay esperanza.
ResponderEliminarCómo me he reído, Antonio.
Besotes.
La poesía se esconde donde menos te imaginas. Sino, espera, espera a leer a nuestro comensal una vez haya conseguido desprenderse de los grasientos restos de tan energética comida, sabiendo, como sabe ya, lo que no es poesía.
EliminarGracias Patricia, y como dirían los poetas cursis: tu risa es mi felicidad.
Un pedazo de abrazote, maña.
Me parto, Antonio. No he leído el nombre del autor hasta el final y me he llevado un sorpresón con este cambio de registro sobre el anterior, tan melancólico y profundo.
ResponderEliminarA la altura de pocos está plantearse este tipo de ejercicios. No por la imposibilidad de hacerlos, que también, sino por apartarse de la propia ortodoxia. Yo he intentado ya alguno que quiero publicar algún día, aunque ahora me arrastra más lo melodramático y los guardo para mejor ocasión. Para cuando aprenda.
Del tuyo, aparte del disloque de situación que propones, me encanta el ritmo. Siempre, creo, que acabo destacando esto en tus relatos, pero es que me cautiva ese poder del primer párrafo que mantiene un discurso subjetivado y monologado, inhabitual, insostenible, si no es por una armazón sintáctica coherente que ataca en crecendo la parte central del relato para rematar con esa respuesta que es un estallido de fuegos artificiales en todo regla.
Punto de risa y color. En la buena comedia, hay mucho de buena narración.
Un abrazo con carcajadas, Antonio.
Espero con hambrienta ansia tu decisión de publicar los textos que reprimes. Estoy seguro de que serán tan brillantes como todo lo que nos regalas, Manuel.
EliminarEs verdad, siempre mencionas mi ritmo, cosa que te agradezco mucho, porque es algo que cuido mucho cuando construyo una historia y que tu detectas por tu maravilloso talento innato para la poesía (para muestra, tu blog).
Gracias Manuel, por tu comentario, por dejar esas perlas en todo rincón de 50 palabras.
Un fuerte abrazo.
Ya iré comentando más cuando vuelva, que ando de viaje, pero este es digno de comentar, Antonio.
ResponderEliminarEres crack en todas las facetas. Llevo riéndome un buen rato.
Genial.
Un abrazo.
Tu admirador, Pablo.
Gracias Pablo, por tu hueco en el viaje. Me ha hecho feliz saber que entre tu equipaje llevas una sonrisa provocada por mí.
EliminarUn fuerte abrazo.
No es sencillo pasar de utilizar el lenguaje como expresión de belleza, rayano en la poesía, a hacerlo de la forma más prosaica para dibujar con trazo grueso un homenaje a la inversa al género lírico. Seguro que, años atrás, esa mujer vio en su compañero a alguien muy distinto, obnubilada por el enamoramiento. Él también actúa ahora de forma menos comedida, sin importarle si agrada o no. Los años y la confianza tienen estas consecuencias y otras. Un giro con el que nos has sorprendido a todos, sin dejar de ser tan convincente como siempre eres en lo que transmites.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Antonio
Gracias Ángel por bordar, una vez más, con tu fino trazo de seda un comentario hacia algo mío. Te aseguro que es muy satisfactorio haber sorprendido a quien siempre sorprende.
EliminarUn fuerte abrazo.
Dejando aparte la gracia y maestría con que está escrito y resuelto el texto, lo que me parece extraño es que alguien papeando y aprentemente disfrutando de semejante condumio tenga el suficiente ánimo para inquirir ppor tal cosa. Y qué decir del "inquirido", al responder con tan floreado verbo. Suerte, Antonio, y saludos.
ResponderEliminarLos rincones de la poesía son inescrutables, amigo Jesús. La poesía es el alma de las palabras.
EliminarLa verdad es que tienes razón, es una familia muy peculiar en sus preguntas y respuestas. Pero, oye, yo prefiero a una pareja así de rara que una que se abandona al silencio en medio del telediario.
Gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo.
¡Ay, si mi siempre adorado Bécquer levantara la cabeza y te leyera! Presumo que te felicitaría. Eso sí, después de haberse calmado del ataque de risa provocado por tu micro, como acaba de pasarme a mí. Ya te adelanto que a partir de ahora las judías están de más en esta casa, no tentemos a la suerte (juaaaajuaaaajuaaaaaaa).
ResponderEliminar¡Bravo, Antonio!
Un abrazo.
Cómo me alegro de que te haya divertido. A veces, viene bien dejar escapar la más prosaica de las risas y apartarse un poco de la acaparadora melancolía.
EliminarGracias por pasarte, Fina.
Un fuerte abrazo.
Muy ingenioso y divertido, Antonio. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por pasarte y dejarme tus sensaciones, Juana.
EliminarUn fuerte abrazo.
La poesía se hace prosa, el romanticismo un bacanal de legumbres y la pregunta un sin sentido a una respuesta que atiborra de sonrisas.
ResponderEliminarEres genial querido Antonio, un menú de sorpresas de lo más ocurrente, original y divertido.
Un 50 que va a ser degustado por cada uno de nosotros tus invitados.
Un beso.
¿Me puedo quedar con tu soberbio primer párrafo, Belén, para ponerlo como reseña de lujo del relato?
Eliminar¿Qué gran postre tu comentario, compañera? No sabes cuánto te lo agradezco.
Un besazo.
Divertidísimo, Antonio. Brillas hasta en los micros que presentan un tema que escrito por otra persona pueden ser vulgares.
ResponderEliminarQué es poesía? Pues yo te contesto: poesía eres tú.
Un beso.
Calla, calla, aún no me ha visto zamparme un buen plato fabes y podrían venirse abajo mis laureles poéticos.
EliminarMuchas gracias, Asun, por tanto bueno.
Un beso muy gordo.
Cuando se come, no se habla y, sobre todo, cuando se comen judías con chorizo, no se deben hacer preguntas trascendentes.
ResponderEliminarSaludos, Antonio
Cierto. Uno se guarda lo que tenga que decir hasta no haber deglutido la última habichuela, por profundo que sea.
EliminarUn saludo Plácido y gracias por comentar.
Me encanta que hayas escrito un micro humorístico y lleno de chispa, Antonio. Si ya te tenía encumbrado por tus relatos poéticos, ahora me encanta descubrir que también se te da genial la parodia. Eres un escritor total. Enhorabuena.
ResponderEliminarBesos.
Por Dios, María josé, bájame de esa cumbre, que allá arriba suele hacer frío y las caídas son muy dolorosas ;-)
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado, de eso se trataba, de conseguir una parodia lo más divertida posible y siempre con el debido respeto D. Gustavo
Muchas gracias por un comentario.
Un abrazo.
Que bien lo has echo. Un deleite a mis ojos...felicidades Antonio. Un beso
ResponderEliminarVaya, Geyna. Muchas gracias. Te agradezco que te hayas pasado a comentar.
EliminarUn beso.
Antonio, está claro que no se ha hecho la miel para la boca del asno y tú lo has explicado con mucho sentido del humor.
ResponderEliminarSabes brillar en cualquier registro, el que es poeta nunca olvida la poesía.
Besos.
Bueno, bueno, muy poeta no soy, ¡eh!, que a veces, cuando compro el periódico, se me olvida pedirlo en verso ;-)
Eliminar¿Qué amable eres, Pilar! Mil gracias por dejarme tanta consideración.
Un besazo.
Has escrito un micro antirromántico con mucho humor y con la buena factura que te caracteriza, Antonio. La pregunta retórica del segundo párrafo es de difícil ejecución, pero la has escrito de tal modo, que fluye mientras reímos con lágrimas en los ojos.
ResponderEliminarTambién me gusta esta nueva tonalidad, Antonio. Un fuerte abrazo.
La antirromanticismo. Sí señor, me gusta como género literario.
EliminarGracias por valorar así mi micro, Carmen. Es un honor para mí.
Un fuerte abrazo.
Es otra forma perfectamente válida de definir una cosa: explicando lo que no es. Esta manera de ilustrar una definición es, en muchos casos, más eficaz que el enunciado exacto.
ResponderEliminarMuy original tu relato, Antonio.
Un fuerte abrazo.
Explicar lo que no es para conocer lo que se pregunta... ¡Umm!, pues vas a tener razón de que tiene su utilidad. Quién sabe, lo mismo nuestro protagonista aprende y vuelve a la pregunta cambiando judías por garbanzos con calamares.
EliminarTe agradezco mucho tu comentario, Isidro. Gracias por pasarte.
Un fuerte abrazo.
Jaja la realidad siempre estropeando el romanticismo. ¡No hay derecho hombre!! Menos mal que algunas andamos siempre entre entre las nubes.
ResponderEliminarUn beso Antonio.
Lo cotidiano y lo romántico nunca se han llevado bien. Entre nubes la cosa funciona mejor, más si éstas son densas y no podemos ver al otro comer ;-)
EliminarGracias Raquel, por tu comentario.
Un beso.
Jolines, Antonio. Desde luego que el tipo no es para nada poético, más bien, tal y como lo describes, es patético.
ResponderEliminarTe felicito por tu versatilidad, que en este caso te ha permitido cocinar un relato humorístico con toda su salsa.
Abrazo.
En efecto, patético a más no poder. Supongo que aprenderá la lección y la próxima vez se limite a preguntar por la receta de las judías.
EliminarGracias por pasarte, Carles
Un abrazo
Jajajajajaja. Qué bueno, Antonio. Al menos el chico tiene interés por aprender. El primer paso muchas veces es el de saber lo que no se tiene que hacer. Tampoco sabemos mucho de los modos de aquella chica que preguntó lo mismo a Bécquer, ni de si tenía más necesidad de un plato de potaje que de un poema, jaja. Por suerte la literatura es capaz de transformar la situación más prosaica en pura belleza o, por qué no, en algo muy divertido, como tú has sido capaz de lograr, y que casi siempre es más difícil que su contrario.
ResponderEliminarNo es nuevo este registro en ti aquí en Cincuenta, aunque es cierto que nos tienes más habituados a cosas diferentes, y me alegro mucho de que reincidas, pues la calidad de tus textos es altísima independientemente del tema que trates.
Enhorabuena por este estupendo micro, Sr. Bolant.
Un abrazo.
Muchas gracias Enrique, siempre tan considerado con lo que uno intenta transmitir.
EliminarY yo feliz por haberte arrancado una sonrisa y por que me hayas dejado tan alentadoras impresiones bajo mi relato.
Un fuerte abrazo, compañero.
Hola Antonio, me he reído mucho con el relato. Es muy gracioso pero a la vez super ingenioso y muy bien redactado. Lo has descrito tan bien que no he podido evitar imaginarme al ser en cuestión masticando esas judías con chorizo y con la camisa manchada...¡Excelente!
ResponderEliminarGracias Enrique. Que el relato se haya hecho visual, es un gran elogio para mí. Te lo agradezco.
EliminarUn abrazo.
A veces, de la poesía a la prosa, a lo prosaico, hay un paso, es lo de que los extremos se tocan. Por eso, vamos por la vida de la comedia a la tragedia y de las risas a las lágrimas.
ResponderEliminar¿Qué es poesía? ¿Cuántas veces habremos repetido esas palabras? ¿Y cuantas veces nos habremos acordado de Bécquer en esos momentos en que nos respondíamos a nosotros mismos al pensar en la persona amada: poesía eres tú.
Pero también cabe darle la vuelta a ese lirismo, a esas emociones, y dejarnos ir por el lado cómico, como has hecho tú, pues el humor es un gran arma de la que disponemos para salir adelante en esta, a veces, tierra hostil; y sobre todo el humor inteligente, el humor que no hace sangre de los más desfavorecidos, de los diferentes y ni siquiera de los que más se lo merecen.
Por tanto, aparcadas por un rato esas sensaciones que nos producen las Rimas del poeta sevillano, podemos reírnos de ese cernícalo, que como el sochantre que ronca, duerme y engorda en la Rima LXVII de Bécquer, y que tú pareces haber traído hasta el escaparate de tu microcuento, disfruta de una buena pitanza, con sus formas rudas y descuidadas que lo sitúan en el extremo opuesto de las delicadezas de la poesía lírica.
Poesía no es él, sobre todo no es poesía lírica, sentimental o romántica, porque a un Quevedo o a un Góngora, les habría dado también mucho juego para escribir alguna de sus sátiras.
Enhorabuena, Antonio, por este desembarco en el humor, tan necesario, tan difícil, por otra parte, pues historias tristes en las que inspirarse hay muchas, pero para escribir algo humorístico creo que hay menos en lo que inspirarse y es más difícil encontrar el tono.
Un abrazo.
Creo que llevas razón en que encontrar el tono a la tragedia o a la desgracia es más fácil, pero me gustan los retos... y el humor.
EliminarY de nuevo gracias por tus espléndidos comentarios tan llenos de luz y cultura, que son una auténtica gozada.
Un fuerte abrazo, Enrique.
:D Si es que algunos valéis tanto para un roto como para un descosido. De una preciosidad de micro en el que se respiraba melancolía, a una escena socarrona de lo más ocurrente. Felicidades, Antonio. Muchos besos.
ResponderEliminarNo creas, no creas, que cuando tiras un poco de la sisa, saltan las costuras ;-)
EliminarMil gracias por tus palabras, Inma.
Un besazo.
Desde luego, querido, señor Bolant, usted hace con las letras lo que quiere, se atreve con cualquier estilo, prosa poética, drama, romance, baladas y ahora nos sorprendes con excelente humor. ¿Qué es ser un buen escritor? Es ser Antonio Bolant.
ResponderEliminarMe ha encantado el tono que has usado y esas judías... mmm... habría que probarlas... ja, ja, ja...
Lo único que me quedo pensando es, ¿cuando conoció a tal "personaje" comía de la misma forma?
Un beso de admiración.
Malu.
¿Y tú dices admirarme, marcándote relatos como el ganador del mes pasado y el de este mismo mes, sin ir más lejos?
Eliminar¡Mi admiración es hacia ti!
Gracias por pasarte y decirme cosas tan bonitas, Malu.
Un besazo.
La antítesis de la Poesía. No has podido buscar mejores imágenes para exponerlo.
ResponderEliminarBien por la ironía que persiste en el relato.
Mucha suerte, Bolant.
Antonioooo!! ¡Vaya escena!
ResponderEliminarPodemos reirnos pero creo que habrá parejas donde esta escena será de lo más habitual, y no vivirán muchos momentos románticos.
Divertido micro.
Un beso.