Avísame cuando llegues
¡Riiing! ¡Riiing!
"Mamá ya he llegado. Estoy bien. No te preocupes", saltó el buzón.
"Bien", pensé, y volví a dormirme enseguida.
¡Riiing!
—Dime, cielo.
—¿Señora García? Soy de la policía. Su hija... ha sufrido un accidente de coche.
—No puede ser... Ella acaba...
—Lo siento mucho, murió en el acto.
"Mamá ya he llegado. Estoy bien. No te preocupes", saltó el buzón.
"Bien", pensé, y volví a dormirme enseguida.
¡Riiing!
—Dime, cielo.
—¿Señora García? Soy de la policía. Su hija... ha sufrido un accidente de coche.
—No puede ser... Ella acaba...
—Lo siento mucho, murió en el acto.
Dos ingredientes letales: un mensaje para el buzón de voz que lleva a un equívoco y una madre que no sabe mucho de móviles.
ResponderEliminarTriste micro.
Saludos, Raquel
Siempre le quedará un MSN del más allá.
EliminarEn algún borrador quedaba más claro que la hora de la llamada era incompatible con que su hija siguiera con vida... Pero al final sólo pueden ser 50 palabras.
Un abrazo Plácido
Ese es el detalle... La hora de la llamada es definitiva para unir la interpretación. Así queda en el aire y plantea un doble misterio.
EliminarFabuloso... Enhorabuena.
Su madre, como todas las madres, se preocupa de su hija y le dice que la llame cuando llegue, para no preocuparse; la carretera es peligrosa. Y la hija, obediente, llama a su madre para tranquilizarla, para decirle que está bien, que ya ha llegado... al Cielo.
ResponderEliminarUn relato estupendo, Raquel.
Así es Luis, tal cual. Gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo
Ojalá existiera la posibilidad de hablar con los que se marchan para no volver.
ResponderEliminarUn abrazo, Raquel
Es una hija obediente y quería que su madre no se se preocupara.
EliminarUn abrazo Asun
A partes iguales, Tevas, diría yo, tierno y desgarrador. El dime cielo de esa madre une dos dimensiones de un relato soberbio que navega entra la dura realidad de los acontecimientos y el realismo mágico de los milagros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya sabía yo sr Bocanegra que usted sea fijaría en ese detalle. Me ha hecho mucha gracia que me llame por mi apellido, me ha sacado sepa usted una sonrisa. Deberíamos empezar a tutearnos, pero insisto, me encanta como suena su apellido tiene musicalidad jeje
EliminarUn abrazo y gracias por su comentario.
Esa llamada por un lado inquieta, aunque por otro, también tranquiliza. Tener la constancia de que todo no termina aquí, y que quien más queremos está bien, allá donde se encuentre, elimina incertidumbres y miedos. Ojalá fuera así.
ResponderEliminarUn planteamiento y un desarrollo muy originales, Raquel
Un saludo
Gracias Angel. Si tuviera que elegir preferiría que fuese más INQUIETANTE. Creo que eso es una de las mejores sensaciones que puede dejar un microrrelato.
EliminarUn abrazo.
Raquel, ese aviso desde el más allá, como diciendo que ha llegado a su destino final. Y esa madre que nos muestras con dos imágenes totalmente distintas, una de tranquilidad y otra de dolor desgarrador.
ResponderEliminarRaquel, muy buen relato.
Besos.
Gracias a ti Javier por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Interpreto que la hija hizo la llamada aún manejando y ante el descuido que eso significa, la consecuencia del desenlace.
ResponderEliminarEs como una llamada de atención para quienes utilizan el móvil mientras manejan.
Saludos!
No Yoli, mi idea es que la llamada la hace desde el más allá, como le prometió a su madre que la llamaría cuando llegará a casa. Y ahora ese sitio es su nuevo hogar y se comunica con su madre para decirla que allí está bien.
EliminarAunque cada persona es libre de interpretar cada relato, esa es la grandeza de la lectura.
Un saludo y gracias por comentar
Lo bueno es que llego bien, entonces no se fue al infierno (a menos que fuera heavy metalera, jaja).
ResponderEliminarMuy buen relato Raquel, de misterio, como lo que me gustan.
Un abrazo y un beso enorrrrme.
Je je Otro abrazo para ti Jean.
EliminarObediente hasta la muerte. No sé qué tarifa ni que compañía trabaja en el espacio más acá-más allá, pero espero que sea más benevolente que las que sufrimos aquí en nuestro país ;-)
ResponderEliminarMe gustó tu propuesta. Muy original.
Un beso, Raquel.
Pablo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMisterios de la telefonía ja ja Sólo espero que la llamada no venga a cobro revertido.
EliminarGracias Pablo.
Besitos.
Eliminar
Me ha impresionado tu relato, Raquel, por el tema tratado y de cómo lo planteas. La muerte y sus misterios... Gran relato.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Maria José.
EliminarBesos
Yo había interpretado tu micro de forma mucho más llana. Vi de un lado la preocupación de la madre, de todas las madres, y del otro a la hija, abrumada por los continuos cuidados, que ella puede considerar una forma de control, por lo que deja en el contestador un mensaje tranquilizador que le permite regresar a casa cuando desee.
ResponderEliminarPero lo que tu planteas es algo mucho más interesante… e Inquietante.
Muy bueno, Raquel.
Besos
No está nada mal tu planteamiento Georges. Tiene también su punto.
EliminarUn saludo.
Permíteme otro punto de vista. Inquietante, sí, pero porque el Más Allá demuestra más sensibilidad que las fuerzas vivas. No es lo mismo llamar para confirmar que estás bien que llamar para dar una noticia como esa de forma tan impersonal. Y me temo que es lo que hacen.
ResponderEliminarMuy bueno, Raquel.
Gracias Patricia. Y enhorabuena por tu relato de Marzo.
EliminarBesos.
Antes de leer los comentarios y tus respuestas yo veía esa primera llamada como un sueño o un recuerdo durante el duermevela de una madre preocupada mientras su hija no regresa. Me ha gustado, Raquel. Saludos y suerte.
ResponderEliminarGracias Jesús
EliminarBesos
Interpreto que ha sido el fantasma de su hija, quien hace la llamada a la madre, desde allá donde se encuentre, después del accidente.
ResponderEliminarEl comentario del policía lo confirma.
Suerte, Raquel, un besito
Otro besito para ti Maria Jesús.
Eliminar😀😜
Raquel, al principio pensé que la hija llamaba desde el coche y como consecuencia, sufría el accidente.
ResponderEliminarAl acabar de leer el relato, me doy cuenta de que llama desde el más allá.
Es un relato duro y triste, Raquel, pero contado de forma (aparentemente) sencilla, sincera y tranquila que nos lleva al desenlace final, sin esperarlo, para que surta más impacto en el lector.
Enhorabuena, Raquel, muy buena propuesta.
Malu.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMuchas gracias Malu. Podría ser cualquiera de las dos lecturas.
EliminarUn abrazo
Inquietante tu cincuenta por esa llamada procedente del más allá. Pero es que esa hija quiso ser obediente, una buena hija hasta el final, y no dejar que su madre se preocupara. Cierto que llegó y todo parece que llegó bien...
ResponderEliminarMuy buena historia, Raquel. Mi enhorabuena y nos seguimos leyendo.
Un abrazo.
Nos seguimos leyendo, por supuesto.
EliminarUn beso J. A. Barrionuevo.
Esta hija obediente cumple con lo prometido y hace la llamada desde el más allá. Pero ni el lector ni la madre lo averiguan hasta la llamada policial.
ResponderEliminarInquietante relato muy bien llevado, Raquel. Besos.
Gracias Carmen.
EliminarBesitos.
Una hija muy obediente que no se olvidó de llamar a su madre. Realmente había llegado, aunque fuera al "más allá".
ResponderEliminarSiendo madre, no quisiera jamás verme en esa situación, pero como que tranquiliza saber que está bien... No sé, es una situación rara.
Me ha gustado mucho,Raquel. Besos
Gracias Olga. Lo que más me gusta es que haya quedado registrado en el buzón. Es como una prueba de que existe algo más... Sólo que ahora al escucharlo te cagas del miedo.
EliminarUn abrazo bonita
Raquel, has conseguido impactarme con este relato de una forma bárbara. Recuerdo cuando era niño que me conmocionaba al ver los anuncios tan explícitos de la DGT con sus campañas de prevención de accidentes y soñaba con ello. Tu micro deja unas escenas aterradoras no contadas en el inconsciente y eso no es fácil de conseguir, tu micro también contiene una gran cantidad de información subliminal. Ya no quiero ni pensar en la reacción posterior de la madre a la llamada porque se me pondrían los pelos de punta. Introducir la llamada desde el más allá de la hija diciendo que ha llegado bien, lejos de serenarme, me acongoja aún más. Desgraciadamente, es un micro muy real y creo que, mensajes como el tuyo consiguen sensibilizar del peligro del coche y tomarse las carreteras como algo serio. No se trata de ir con miedo pero sí de valorar el mero hecho de haber llegado a tu destino sano y salvo. Gracias porque tu 50 no me pasa desapercibido.
ResponderEliminarComo me encanta leer tu comentario. Gracias Enrique.
EliminarBesos.
Dos lecturas, dos interpretaciones a cual más impactante. Con tu habitual forma de hacer visual lo que narras, nos das a elegir entre un desolador final que desgarra o uno estremecedor que da esperanza. Yo, particularmente, me quedo con los dos.
ResponderEliminarEnhorabuena Raquel.
Un abrazo.
Gracias Antonio. Nos seguimos leyendo.
EliminarUn saludo.
Tremendo, Raquel. Impacta tanto por lo que cuenta como por el modo en que lo hace.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Enrique Monchon. Besitos.
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