El trabajo es lo primero
Se vistió para desnudarse. Después de una hora, volvió a ponerse la ropa para descubrirse de nuevo poco más tarde, repitiendo ambas acciones varias veces diarias. Así comenzó su vida laboral y diez años después sigue en la misma profesión pero, al menos, nunca le falta dinero para comprarse ropa.
Ana Belén, tu protagonista intuyo que se dedica a la prostitución, profesión a la que por desgracia se ven abocadas muchas mujeres por necesidad y también obligadas por esas mafias que se aprovechan de eso, sea como sea hay que tener mucho aguante psicológico para soportarlo, de hay lo acertado de tu título. También me gusta ese juego de palabras con el vestirse y desnudarse.
ResponderEliminarBuen relato, Ana Belén.
Besos.
Te refieres al oficio más antiguo del mundo sin nombrarlo de forma expresa, con elegancia, como también das a entender que tu protagonista se acoge a él por necesidad, convirtiéndolo, como dice el título, en algo prioritario, pues de alguna manera hay que ganarse la vida y no siempre se puede elegir.
ResponderEliminarUn saludo, Ana Belén
Pudiera ser también que el protagonista o la protagonista de este relato fuera modelo, con lo cual estaría abocado igualmente a cambiar de ropa varias veces en una jornada. Y ropa, no iba a faltarle.
ResponderEliminarVestirse para desnudarse, me gusta esa expresión que abre la dinámica del micro. Saludos, Ana Belén.
Varias veces al día por diez años...
ResponderEliminarNo le faltará dinero para comprarse ropa, pero no creo que el balance vivido sea nada gratificante. Ese "al menos"... lo sentencia. Otros aprovecharon esa necesidad. Aunque pagar por los servicios prestados, tampoco limpie conciencias por el "uso humano".
Felicidades por tu micro, Ana Belén
Qué pena de vida laboral... como dicen antes el "al menos" nos muestra que preferiría otro oficio. A ver si se decide a lanzarse a buscar empleo, desde aquí le enviaremos buenos deseos.
ResponderEliminarSaludos!
Como bien decís, la clave está en el "al menos". Es irónico que la protagonista se tenga que consolar pensando que nunca le falta dinero para comprarse ropa.
ResponderEliminarRetrato de una vida maltratada en lo laboral. O eso es lo que parece. Vestirse para luego tener que desnudarse, son dos acciones que forman parte de esa vida que nos dibujas. Entiendo que lo de ganar dinero para seguir comprando ropa viene a ser una suerte de metáfora sobre cómo tu protagonista tiene que seguir vistiéndose y desnudándose, como dos momentos complementarios de una existencia marcada por un trabajo que no nos desvelas del todo, aunque lo intuimos.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Hay tantas formas de prostituirse... laboralmente hablando. Si tú micro es una oda a la precariedad, te aplaudo. Te ha quedado muy bien planteado.
ResponderEliminarUn abrazo
Un feo trabajo el de la protagonista de tu micro, Ana. Un trabajo sin dignidad ni futuro.
ResponderEliminarSaludos
Triste relato, en el que una chica decide prostituirse para conseguir dinero. Y no tiene visos de cambiar su situación, por lo que dejas entrever de su conformismo.
ResponderEliminarMe ha gustado, Ana Belén, porque tu relato no deja indiferente.
Gracias Asun. Tiene mucho para reflexionar
EliminarUn relato bien trazado, con la ropa como hilo conductor de una historia que te empapa de resignación.
ResponderEliminarBuen relato, Ana. Enhorabuena.
Un saludo