La cabeza en otra parte (Trilogía literal III)
Al despertar, Sigmund Head palpa los estantes del armario buscando una cabeza para ponerse. Ya entero, ocupa su silla frente al ordenador. Porque Sigmund es escritor aunque, realmente, carece de imaginación. Su inspiración llega de las cabezas que fue perdiendo y quedaron en lugares fascinantes donde normalmente transcurren sus historias.
Ignacio, ojalá que pudiese cambiar la cabeza y dejarla en diversos lugares para que se empapase de todo, sería genial a la hora de escribir, como le ocurre a tu protagonista. Aunque sí como sé titula la serie perdiésemos la cabeza tal cual, no ganaría para recambios.
ResponderEliminarBuen relato, Ignacio.
Un abrazo.
Gracias por el comentario Javier, ya sabes, mientras no tengamos recambios habrá que mover el cuerpo.
Eliminar¡Qué buena idea! ¿Dónde compras las cabezas, Ignacio? Yo sólo encuentro cabezas de ajos y, aunque me sirven para espantar vampiros, no es lo mismo, no.
ResponderEliminarFascinante, Ignacio.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMi alter ego decía algo así como que el mercado negro de cabezas se hace inaccesible últimamente y que es cierto, él también se hincha a ajos...
EliminarUn cuento originalísimo. Me encantó.
ResponderEliminarVuelves a jugar con expresiones coloquiales para, tomadas de forma literal y al contacto con la realidad, crear sorprendentes situaciones. En este caso, tu escritor protagonista vive más en sus creaciones que en el presente propiamente dicho, se desdibuja un poco en cada historia que ha imaginado, deja en cada una de ellas una parte. Como un actor que ha de cambiar de papel a menudo, se reinventa cada vez.
ResponderEliminarOriginal a más no poder.
Un abrazo fuerte, Ignacio
Una vez más tu relato me sorprende tu relato con la original propuesta, pura imagen surrealista en la que se sustenta.
ResponderEliminarBrillante trilogía. Más, please....Saludos, Ignacio.
Cuántas cabezas coleccionaríamos si cada una de ellas nos ayudase a escribir relatos tan originales como el tuyo.
ResponderEliminarUn micro magnífico y surrealista. Enhorabuena, Ignacio. Un abrazo.
Muy original. Ya quisiera ese método para mi misma. Por cierto, me recordó a esta noticia que he leído recientemente.
ResponderEliminarhttp://www.dmax.marca.com/actualidad/un-paciente-ruso-recibira-el-primer-trasplante-de-cabeza-en-2017/
Un abrazo Ignacio.
Ignacio. ¿podrías decirme dónde se pueden conseguir esas cabezas? Necesito urgentemente una, a poder ser con una capacidad de imaginar desbordante.
ResponderEliminarExcelente micro.
Saludos
Original propuesta la tuya, Ignacio, para hablarnos de lo difícil que es encontrar a veces, o casi siempre, la inspiración, el estro que dicen los poetas y los artistas. Si sabes dónde se pueden encontrar esas cabezas, no lo dudes: monta una tienda, porque aquí, como suelen denominar los economistas, hay "nicho de mercado". Yo mismo, tu primer cliente.
ResponderEliminarEnhorabuena por este cincuenta tan rebosante de inspiración (¿salida de tu cabeza o de una que tenías en un anaquel de tu casa?). Y ya sabes: nos seguimos leyendo.
Un abrazo.
Yo también quiero. Original, muy original.
ResponderEliminarOriginalísimo y sugerente, Ignacio. Yo las que pierdo deben de andar por las nubes, así que para recuperarlas...
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Póngame una docena, de cabezas (claro), oiga!
ResponderEliminarIgnacio, tienes una habilidad para escribir relatos originales que me deja con la boca abierta. No debería sorprenderme a estas alturas, pero sí, lo hago porque no deja de fascinarme esa facilidad tuya para contar historias extraordinarias.
Y bueno, ya si quieres, me explicas dónde conseguir las cabecitas en cuestión.
Beso grande junto con mis felicitaciones y mi expresión de admiración por tu creatividad.
Malu.
Ignacio, que relato mas bellamente repleto de imaginación. Ya quiero verlo en un cuento más largo, tiene todo un potencial. Mira que si lo escribes, de seguro lo pelean las revistas o antologías por tenerlo. Es del tipo de relatos que uno leería en las colecciones de ciencia ficción de Acervo.
ResponderEliminarAprovecho de saludarte y agradecer tu comentario en mi copia del libro "El bosque de las palabras". Muchas gracias.
Y genial relato, ahora mismo me voy a leer las otras partes de la serie.
Ya las había leído, ahora me di cuenta. También que ya sueno cansón agradeciéndote el saludo, que ya lo había hecho antes también.
Eliminar(el recuerdo lo deje en otra cabeza, parece).