43.252.003.274.489.856.000 combinaciones (Relatos cúbicos I)
Antes que el dinosaurio cierre sus fauces sobre mí, tomo el cubo de colores, giro las piezas y...
Aparezco en el lejano oeste, en plena Guerra de Secesión.
Arrepentido de no haber leído las instrucciones del Rubik's Time Machine, espero, ahora, encontrar la combinación precisa para regresar a mi época.
Aparezco en el lejano oeste, en plena Guerra de Secesión.
Arrepentido de no haber leído las instrucciones del Rubik's Time Machine, espero, ahora, encontrar la combinación precisa para regresar a mi época.
Sorprendente este trillonésimo título y también el relato, chispeante y abierto a tantas cúbicas posibilidades. Me lo digo muchas veces, léete hasta la letra pequeña, pero no, no puedo con los manuales de instrucciones.
ResponderEliminarJean, una micro saga que se insinúa fascinante. Un abrazo.
Hola Manuel, pues muchas gracias por comentar. La verdad es que nadie lee la letra chica,por eso la hacen tan chica y con un lenguaje tan complicado.
EliminarEspero que te guste el próximo relato.
Saludos.
¡Oh, así escapaste de la biblioteca! La gallina es mía, pero tú has dado con el cubo de las historias de oro. Aprovéchalo bien, que los viajes en el tiempo son un ingrediente con mucho fundamento y, con tu maestría, serán un manjar digno de reyes.
ResponderEliminarEspero impaciente que vuelvas a girar las piezas.
Abrazotes, Jean.
Mi querida Patricia, creo que me confunde con el "Jean" la otra línea temporal que quedo atrapado en la biblioteca, yo soy el Jean que logra escapar... y busco venganza!!!
EliminarUn beso Patricia, nos vemos en otro tiempo.
PD: También me encantan las historias de viajes temporales, fans de Asimov, Volver al Futuro y Terminator.
Para mí, que nunca he conseguido resolver el dichoso cubo, esta circunstancia adversa significaría la muerte segura, ya sea tronzado por los dientes del dinosaurio o balaceado en cualquier batalla. Me ha gustado, Jean. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarEstamos en la misma, a lo sumo he logrado armar cuatro colores, y cuando trato de completar los demás, pierdo todo.
EliminarOtro saludo para ti Jesús y gracias por comentar.
Jean, yo probaría con la combinación 43.252.003.274.489.856.001, me han dicho que funciona y así pronto volverás a casa.
ResponderEliminarBuen relato, Jean.
Un abrazo
Que buena alternativa Javier, de seguro esa es la indicada, jajaja.
EliminarTengo un mes para llegar a casa y alcanzar a mandar el relato.
Saludos!
Jean, al fin descubro para qué sirve el cubo de colores que nunca pude resolver. Siento no poder ayudarte con la combinación, pero espero tu regreso el próximo mes, con los brazos abiertos deseando leerte y abrazarte.
ResponderEliminarMuy buen micro que nos deja con las ganas de saber qué pasa...
Besos apretados.
Gracias Pilar. El próximo mes ira otra historia cúbica. El final queda para la imaginación (existen 43 trillones de posibles finales).
EliminarSaludos.
Fantástico, Jean. Hay mucho dinamismo en esta original historia llena de imágenes poderosas, que aparecen rotundas con solo sugerirlas, y una acción trepidante que se nos queda en un “continuará” lleno de interés. Igual en el próximo capítulo...
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo transoceánico.
Muchas gracias por tus comentarios y apreciaciones, se valoran y agradecen mucho.
EliminarOtro abrazo para ti y la mejor de las semanas.
Óptimo relato. Mancantao 😊 Los dos escenarios mencionados no pueden estar mejor escogidos.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, Jean.
Salut.
Gracias Dipandra, busque escenarios que pudieran implicar un peligro latente.
EliminarGracias a ti por leerlo.
Salu2!
Original máquina manual del tiempo, con posibilidades ďe salida tan diversas como peligrosas. Todo es cuestión de probar y, en el caso de dar con el destino adecuado, no volver a tocar el cubo. El problema es el riesgo que se asume con ese objeto colorido y misterioso que no parece de este mundo y es la puerta de otros.
ResponderEliminarUna serie bien iniciada que promete y mucho, conocedores como somos de la fértil imaginación de su autor.
Un abrazo grande, ,
siempe es grato recibir tus grandes comentarios Ángel, más aun sabiendo que has leído (si no mal recuerdo) "El fin de la eternidad" de Asimov, libro pilar para todos los fans de los viajes temporales.
EliminarUn abrazo grande y que tengas una excelente semana.
Es cierto que lo leí y tengo buen recuerdo, como también que una vez lo mencioné con ocasión de uno de tus relatos. Creo que este comentario ha sido el primero que hago con el móvil montado en un tren, con una cobertura un poco precaria. Ruego que disculpes esos signos fuera de lugar.
EliminarQue tengas una buena semana también
Una muy ingeniosa historia, Jean. Me gustaría tener uno de esos cubos y no me importaría no poder regresar a mi época. Enhorabuena por el micro. Saludos
ResponderEliminarYa somos dos, por ultimo que me lleve a 1950, el boom de la ciencia ficción y la década preámbulo para todo el movimiento de "El retorno de los brujos".
EliminarSaludos.
Lo malo va a ser que cuando regreses el dinosaurio todavía esté allí. Espero con enorme curiosidad saber hacia dónde te llevará ese mágico cubo. A mí en su día me llevó a la desesperación porque fui incapaz de resolverlo. Muy imaginativo y divertido tu micro, Jean. Un abrazo.
ResponderEliminarJajajaja, puede irse también a una época anterior a Monterroso y la líe evitando su nacimiento... De seguro todos nosotros desapareceremos y la pagina se llamara "50 mil palabras".
EliminarSaludos Juana!
Genial Jean. La ciencia ficción es el género más creativo sin duda, y para mi siempre es bienvenido. Me gusta el guiño a regreso al futuro con lo del lejano oeste. Y si no es difícil ya hacer un Rubic... Ahora que lo pienso te ha quedado un relato muy ochenter. Jajaja
ResponderEliminarUn abrazo
Yo crecí leyendo relatos de ciencia ficción, concuerdo plenamente contigo. Originalmente pensaba hacerlo llegar entre una batalla de indios, a lo Volver al Futuro, pero superaba las 50 palabras describiéndolo. Jejejeje, habría que hacer una serie de relatos ochenteros.
EliminarUn abrazo y un beso Raquel, a ver cuando dejas de manejar y te bajas del auto, que el día esta bonito.
Jean, este primer relato cúbico me ha recordado el libro Cien mil millones de poemas de Raymond Queneau, en el cual, diez sonetos podrían combinarse un número exorbitante de veces, al parecer, mayor que el del título.
ResponderEliminarY es que las matemáticas son fascinantes y, para mi desgracia, yo me quedé en la suma de quebrados y la raíz cuadrada, o tal vez ni eso.
Del cubo de Rubik he oído hoy que hablaban por la radio, pues, según parece, hace poco se ha celebrado el campeonato mundial, y el campeón actual consigue resolver el reto en menos de seis segundos, algo que quizá yo no consiguiese en toda la eternidad.
Y quizá más sorprendente es que alguien sea capaz de resolverlo con los ojos tapados en veintitantos segundos, si no me he enterado mal.
En cuanto a tu microcuento es de lo más original, convertir el cubo de Rubik en una máquina del tiempo ya es una muy buena idea, y luego, pasar de Parque Jurásico a Lo que el viento se llevó, por decirlo en términos cinematográficos, es un salto vertiginoso que debe de dejarte más aturdido que unos cuantos porros.
Lo malo de tu protagonista es que con tanta excitación ha olvidado leerse las instrucciones, y me temo que va a estar dando bandazos por esos abismos temporales hasta que las ranas críen pelo –que pudiera ser-, y hasta puede que se pase del presente y llegue a unos futuros donde sí que va a estar más perdido que si lo hubiesen llevado de repente a la Nebulosa del Cangrejo.
Muy brillante la idea y su ejecución. Ya nos irás desvelando en sucesivos micros qué le ocurre a ese despistado, tal vez, en un golpe de suerte, aparezca en el presente en una playa caribeña, y pueda relajarse tomándose un mojito para sobreponerse de tantas emociones.
Un abrazo.
Desconocía ese libro de "Cien mil millones de poemas", habra que buscarlo en alguna librería, me ha gustado. He visto unos libros de cuentos de estilo pop up que juegan con conceptos parecidos y muy originales. En ese sentido me gusta el cubo de Rubik por la semejanza con las combinaciones infinitas que se puedan obtener. Personalmente creo que no se ha explotado como debe el concepto Rubik en la ciencia ficción, o bien yo no me he enterado.
EliminarTengo entendido de que los que resuelven el cubo en 6 segundos o en 22 con los ojos cerrados, son con formulas aprendidas de memoria. La gran gracia es la rapidez para mover las piezas, no en resolver el puzzle que hay varias soluciones en internet. La gran diversión es encontrar formas de resolverlo nuevas y originales, sin copiar de memoria las que han logrado otros.
Leí, para escribir el micro, que si se demorara 1 segundo por ejecutar cada combinación, le tomaría 140 billones de años. Ese es el gran chiste del micro,que el protagonista morirá tratando de volver a su tiempo (o encontrando uno mejor, como bien dices).
Saludos Enrique, siempre es grato hablar contigo, y de seguro siempre sale uno aprendiendo algo.
Me ha encantado... Muy original esa manera de viajar en el tiempo. La tengo que probar 😉
ResponderEliminarHola Galilea, pues si encuentras la manera de que funcione este tipo de viaje en el tiempo, no olvides avisarme. Tengo un negocio de comprar libros, comics y otras cosas de distintas épocas y poner un local de productos Vintage.
EliminarUn abrazo y que estés bien.
Saludos.
Tu fantasía, desde el dinosaurio, traspasa todos los tiempos.
ResponderEliminarBuena forma de mantenernos en vilo, con aventuras intrépidas de un final incierto .
Ingeniosa forma de presentarlo
Saludos desde el otro lado del Océano.
Pues lo tiene complicado tu viajero intertemporal para encontrar la combinación precisa que le haga regresar a casa entre las más de 43 trillones...
ResponderEliminarEspero que le guste viajar como a mí leer tus relatos, Jean. Y si encima componen una de tus series, pues miel sobre hojuelas.
Un abrazo.
Pobrecito, ya puede darle muchas vueltas al cubo para encontrar, por lo menos, una época que no sea muy desfavorable.
ResponderEliminarY sí, lo de la letra pequeña es un rollo, pero hay que leerla, si es necesario se compra uno hasta una lupa bien grande.
Genialidad al poder, querido Jean, me encanta. Deseando leer tu próximo relato cúbico, estoy segura de que no nos dejará indiferentes, al igual que lo ha hecho este.
Un beso grande.
Malu.
Jean, utilizar el cubo de Rubik como máquina del tiempo ya, en sí misma, una idea genial. Seguirle los pasos a tu protagonista a través de los vertiginosas coordenadas temporales y espaciales es un regalo que nos haces. Quedo a la espera de nuevos escenarios.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.