Camisas caras
Día tras día pasaba por mi lado. Con traje, corbata y camisas caras. No existía en su mundo de finanzas y juegos de bolsa.
Ayer fue diferente. Se paró a mi lado, me miró y creo que sonrió. Me echó unas monedas y siguió su camino.
Este... se ha enamorado
Ayer fue diferente. Se paró a mi lado, me miró y creo que sonrió. Me echó unas monedas y siguió su camino.
Este... se ha enamorado
Dí que sí, Amelia. El amor nos enternece y vemos lo que nos rodea con los ojos del niño que se emociona con lo que descubre a cada paso. Yo creo que saca lo mejor de nosotros mismos y nos vuelve mejores personas. Hasta que se acaba y volvemos a lo de antes...
ResponderEliminarMuy bonito micro.
Efectivamente. Los ojos enamorados ven la vida de otra manera. Gracias Patricia
ResponderEliminarQué bello guiño cómplice el del amor con la vida y qué sabia la pobreza, que en su humildad, sabe mirar también a los de arriba. Poética de lo pequeño en un micro grande. Saludos, Amelia.
ResponderEliminarMuchas gracias Manuel. A veces el amor nos quita la venda que nos puede imponer el egoismo
ResponderEliminarLa capacidad de amar nos vuelve más humanos.
ResponderEliminarBonito micro!
Me parece, Amelia, que la protagonista de tu micro está muy equivocada. Esa es una relación imposible. Generalmente los que se dedican al mundo de las finanzas son indigentes sentimentales. Saludos
ResponderEliminarA veces los mundos divergentes convergen, entonces parece, por un instante, que todo es posible, aunque la distancia abismal entre los dos mundos permanezca. Tu relato refleja bien ese instante, una hermosa ilusión, una quimera.
ResponderEliminarUn saludo, Amelia
Y ¿Qué es el amor, sino una quimera, un imposible? Muchas gracias
ResponderEliminarSi el estar enamorado le ha descubierto a quien querer y también a ser un poco más generoso, pues ¡viva el amor! Que dure mucho tiempo el amor, pero también la generosidad. Los dos tienen mucho que ver con la salud del corazón. La persona que pide estará mal económicamente, pero sicología no le falta. Muy interesante esta visión sobre los efectos secundarios del enamoramiento, Amelia. Un saludo.
ResponderEliminar¡Seamos saludables cardiovascularmente! Muchas gracias Juana
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