Caricia de luz
Las lágrimas se detuvieron por un breve instante. En un abrazo, encontró aquello con lo que su adolorida alma soñó tanto tiempo. ¿Qué importaba cuánto duraba ese momento? Sentir por unos minutos la caricia del sol era cien veces mejor que resignarse a pasar la vida entera entre las sombras.
Un canto a la esperanza es lo que nos dejas. Un poco de luz y calor, humanos o no, consiguen aplacar los dolores y la oscuridad. Buen relato, Patricia. Saludos y suerte.
ResponderEliminarPoético canto que simboliza la plenitud vital, el absoluto, el paroxismo. Un instante es suficiente para colmar un alma sencilla.
ResponderEliminarMuy delicado, Patricia. Saludos.
¡Cuánto ayuda un simple gesto de cariño, un abrazo sencillo! ¡Tanto como ese sol que acaricia nuestra piel, rescatándonos de las sombras!
ResponderEliminarCincuenta exquisito el que nos dejas, Patricia. Por cierto, es tu primer relato en este rincón literario que abre sus puertas para que nos sigas deleitando con textos tan deliciosos como este u otros de temática bien distinta. Así que ¡¡sé bienvenida!!
Saludos muy cordiales.
Un micro insólito. Alguien que vive en las sombras recibe, durante unos instantes, la caricia del sol. Hay que aprovechar esos breves momentos de dicha. Evocador.
ResponderEliminarSaludos, Patricia
Instantes maravillosos.
ResponderEliminarSiempre hay que aferrarse a lo que nos aporta luz y huir de las sombras.
ResponderEliminarUna caricia de luz muy calurosa y cariñosa.
Enhorabuena, Patricia.
Malu.
Mil gracias a todos por regalarme un poco de su tiempo. No tengo palabras para expresar lo mucho que signican sus palabras.
EliminarMil gracias por tus palabras
ResponderEliminarBuen comienzo para salir de las sombras: apreciar la belleza de esa luz, aunque sea fugaz.
ResponderEliminarUna pequeña y delicada joya, Patricia.
Saludos.