Dolor verdadero
Sale del sepelio de su hijo. Lo dejó allá, desprotegido, junto a su autito rojo. Se siente sola, prisionera, confundida. Los consuelos y las caricias la dañan. Su corazón se desgarra y la aísla. No puede gritar sus verdades, se sabe hueca, imposibilitada.
Se abraza al tiempo, su última esperanza.
Dicen que el tiempo todo lo cura y dicen, también, que no hay mayor dolor que la pérdida de un hijo. Esperemos que la protagonista, algún día, alcance esa esperanza que ahora parece muy lejana. Me ha gustado, Amadeo. Suerte y saludos.
ResponderEliminarEl tiempo mitiga el dolor.
ResponderEliminarDicen que la muerte de un hijo es contra natura y que una madre nunca se repone de una pérdida así...
Triste relato para contar un dolor verdadero, Amadeo. Enhorabuena.
Malu.
Ante un dolor tan fuerte, las palabras poco tienen que decir. Ayudan a quien las dice a expresar su propio dolor en forma de consuelo para el dañado, pero el dañado, ¡ay, el dañado! en ese momento todo el universo se conjuga en el agujero negro de su corazón.
ResponderEliminarNos dejas temblando, Amadeo. Saludos.
Un pozo negro... El tiempo hará su parte, pero el pozo siempre estará ahí.
ResponderEliminarBuen micro!
Si el tiempo pone las cosas en perspectiva, pero no creo que haya cosa más angustiosa que sobrevivir a un hijo. Ese vacío seguro que es insondable, es contranatura, estamos programadas biologicamente para proteger y cuidar a nuestras crías.
ResponderEliminarUn saludo
Describes con mucho realismo lo que supone la pérdida de un hijo, de una mujer en soledad. dejando un final inquietante.
ResponderEliminarSuerte y saludos virtuales
Perfecta simbiosis entre el título y el contenido del relato. Duele de verdad.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Amadeo.
El tiempo, ese bálsamo que lo cura todo, si bien el dolor verdadero es inevitable y causa mucho daño.
ResponderEliminarTriste cincuenta el que nos deja Amadeo en su estreno cincuentista. Me queda darle la bienvenida a este rincón literario que le abre, desde ya, sus puertas. Así que, ¡sé bienvenido y enhorabuena!
Un cordial saludo.
¿Qué decir de este micro? Los padres no deberían enterrar a sus hijos. Un tema bastante trágico. Desde luego, un dolor verdadero.
ResponderEliminarSaludos, Amadeo
Triste. El tiempo lo difumina todo, pero no olvida.
ResponderEliminarTiene que ser una de esas vivencias que no la deseas ni al peor enemigo. Una huella marcada a fuego de por vida; ya que al dolor que supone la ausencia del hijo, hay que añadir otro peor, el de la culpa. Un micro que de verdad duele. Bienvenido, Amadeo. Saludos.
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